La puntería sí que no rota
Valverde revoluciona un once que se muestra superior a su rival, pero termina pagando su falta de pegada y otro desajuste defensivo.
AZ ALKMAAR 2
ATHLETIC 1
Teorizaba el filósofo griego Heráclito con que «no podemos bañarnos dos veces en las mismas aguas, porque fluyen constantemente». El Athletic lleva camino de ahogarse y nada tienen que ver las cuestionadas rotaciones de Valverde, sino esos detalles que le penalizaron en Villarreal, que hicieron lo propio ante el Madrid y de nuevo se repitieron ayer en Alkmaar. Dos jugadas puntuales ante un contrario que nunca fue mejor, dejan a los leones sin un premio que vista la primera mitad donde se perdonó en exceso, parecía más que probable que se trajeran para la capital vizcaina. Decepción por el marcador final, sobre todo porque no se mereció la derrota, pero cuando no aciertas y el rival sí, se sabe cómo acaba. Un traspiés que en nada empaña la clasificación, aunque habrá que espabilar en la próxima visita a Belgrado.
Ernesto Valverde dejó claro que el que hace las alineaciones es él, y no la prensa ni los tertulianos deportivos. Y si alguno no quería rotaciones, pues toma rotación y media. El domingo en el derbi vasco, el técnico rojiblanco repetía por primerez vez equipo titular esta temporada. Tocaba refrescar jugadores y dar cancha a los teóricos suplentes. Lo había hecho ante el Villarreal, allí tenía un plan, aguantar la primera mitad y dar entrada en la segunda a primeros espadas como Aduriz, Raúl García... Pero le salió mal, por los imponderables del fútbol, que diría Marcelo Bielsa, y le llovieron los palos. Ayer, estaba claro que volverían los cambios porque el partido en Alkmaar, de ganarlo, sería un paso muy importante, pero de perderlo, no habría nada que no se pudiera arreglar. Así que en buena lógica Valverde pensó en el Valencia, dejó a algunos de los ‘fijos’ en casa y dispuso en tierras holandesas un once con un solo titular en Anoeta, Aymeric Laporte; el resto, los que tenía al alcance, salvo Elustondo que ha dejado de contar, sí un Viguera casi inédito y la ausencia de un Williams al que se podía esperar de inicio.
Un banquillo de lujo, un once con mucho que demostrar a su técnico y a los aficionados, y enfrente un rival que quedó claro no es más que los bilbainos, ni siquiera que el teórico ‘segundo’ equipo de los bilbainos, pero un rival que se llevó los tres puntos en liza merced a un desajuste defensivo de los leones, como ante el Madrid, y un gol en propia puerta. El gol del de siempre, de Aduriz, porque el resto sigue pegado con la red contraria.
Cuarenta y cinco primeros minutos en los que los rojiblancos fueron superiores, a pesar de que en ningún momento pudieron combinar ni dominar el esférico. Enfrente, un AZ que tenía muy claro cómo jugar, fútbol directo, sin miramientos. Con dificultades para sacar la pelota jugada ante la presión de los bilbainos, se dedicó a lanzar balones en profundidad que tampoco le dieron mucho botín, si exceptuamos el chutazo que Rienstra mandó al larguero de Iago. Fue lo más peligroso que hicieron los holandeses, que, sin embargo, tampoco dejaban jugar al Athletic.
Los de Valverde perdían con demasiada rapidez la pelota, Aketxe no entraba en juego, Eraso con cuentagotas lo mismo que Viguera, al menos Kike Sola tuvo el gol en el minuto 11 al rematar yéndose al suelo un centro lateral, pero se interpuso el portero Coutinho, salvador de los locales. Y es que en el 36, el guardameta sacó el gol de la misma escuadra a toque de seda de Aketxe desde la frontal. Perdonaron y luego lo pagaron.
Falta de pericia en el área holandesa, al menos el once dispuesto por Valverde había dejado una mejor impresión que su rival, siendo superior, llegando más, sin virtuosismos ni alardes, pero firmando una buena primera mitad para lo que son estos partidos europeos. Pero todo se vino al traste en un minuto, el 44. La jugada, o jugadas claves. De poder marcar, a recibir el gol. «Impericia» lo llamó Valverde después, porque tenía que haber acabado en gol. Sí o sí, y fue no. Y así les fue.
Balón que roba Lekue en la medular con el AZ volcado, enfila portería, mayoría de rojiblancos en el área para recibir el presumible pase, lo más lógico, y el chaval que chuta impactando la pelota en un defensor, que llega a Iturraspe e intenta también rematar, mal, al portero, en lugar de colgarla a los que seguían esperando. Coutinho que saca, contra, equipo descolocado, balón cruzado al goleador Henriksen al que a falta de Lekue seguía un Viguera que llega tarde, y el noruego no perdona ante el marco de Herrerín. Desbarajuste. Como ante el Madrid.
Txingurri reaccionó al instante, dio entrada a Williams por un casi inédito Aketxe y poco después repetía como en Villarreal con un doble cambio, Aduriz y Raúl García para mover el marcador. Con lo que no contaba es que se iba a tambalear pero del lado local. El rápido lateral Hops gana en la carrera a Williams, centra y Bóveda corta introduciendo el balón en su portería. Una jugada desgraciada, tercera llegada de los holandeses... gol. 2-0. Mazazo al que el Athletic quiso reponerse y lo hizo, cómo no, volviendo a tirar de su goleador. Diez minutos después, necesitados de ese chispazo que les metiera en el choque, Williams gana una pelota por banda, cede a Bóveda y este pase atrás que Aduriz –10 goles en 13 partidos– culmina en la escuadra del AZ.
De ahí al final, los leones pusieron esta vez cerco a la meta de Coutinho y lo hicieron liderados por un inquieto Williams que se convirtió en el más peligroso y hasta pudo ser objeto de algún penalti en un par de caídas en el área tulipán. Un cabezazo, una chilena, no tuvo suerte el bilbaino, como no la tuvo en ese final del partido un Athletic que mereció la igualada. Al final, como diría aquel viejo entrenador, «no perdimos el partido. Simplemente se nos acabó el tiempo». Así es.
Decepción en el rostro y en el cuerpo de los rojiblancos, se iban de vacío habiendo tenido el partido en su manos si hubieran afinado mejor cara a gol. Esta vez nada o poco se puede achacar a las rotaciones, sino más bien a esa especie de cruz que les está persiguiendo en este comienzo de temporada y que les está obligando a esforzarse al máximo en cada partido, ni un encuentro fácil, llevadero, holgado, siempre en la pelea. Detalles, despistes... de la falta de pegada más allá del de siempre ni hablemos... Y de las rotaciones, otro día que ya aburre...
«Es increíble que no hayamos marcado en esa jugada»
Ernesto Valverde apareció contrariado en sala de prensa. Disgustado por el resultado. «La verdad es que es increíble, el fútbol son goles y tienes que convertir, hemos tenido llegadas, opciones y la más clara, que ha sido increíble, cuatro para uno o cinco para dos, no sé, y nos han terminado metiendo ellos. Hemos tenido la opción de meter gol y no hemos sido capaces y en la contra nos lo han hecho. El segundo llega de un rebote, y ya apurados con el tiempo hemos tenido opciones... es increíble que volvamos de vacío. Pero es que en el fútbol se trata de hacer goles», fue el resumen del técnico rojiblanco.
A juicio de Txingurri, «el mayor problema hoy con el AZ era que dejaban jugadores detrás de nosotros en nuestro ataque y eran las pérdidas a las que teníamos que estar atentos, ahí nos generaban peligro. Nuestra intención era llegar a zonas de remate y terminar bien, lo que pasa que esa jugada concreta ha sido una jugada sencilla, donde todos los jugadores veían que marcábamos, se han apuntado en ataque y hemos descuidado las distancias. Pero es que tenía que terminar en gol, hemos tenido una impericia muy acuasada para terminar la jugada. Pero, repito, esto es fútbol, puede parecer sencillo y luego no lo es».
Para Valverde lo hecho en el partido «era suficiente para haber ganado, con lo que hemos desplegado podíamos haber sacado un buen resultado», con lo que «no me voy satisfecho» y eso hace que «a los próximos partidos vamos con obligación».
El técnico asumió que «hemos perdido partidos que no deberíamos haberlo hecho, como ante el Zilina, no así en Villarreal. Hoy ha habido cosas buenas y me quedo con eso, con jugadores que han estado bien». Sobre el futuro del grupo «va a ser igualado, vamos a ir obligados a los partidos que quedan, también el Ausburgo, todo está en el aire y el siguiente partido va a ser muy importante». J.V.