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JUICIO CONTRA ASKAPENA EN LA AUDIENCIA NACIONAL

Los acusados reivindican su militancia en defensa de los pueblos

Tres de los cinco acusados de Askapena negaron ayer en la Audiencia Nacional haber recibido órdenes de ETA y explicaron cómo se ha desarrollado su militancia internacionalista de manera pública. Los otros dos declararán hoy.


Los acusados de Askapena destacaron ayer el carácter político de su trabajo en la primera jornada del juicio que comenzó en la Audiencia Nacional española. Gabi Basañez, Unai Vázquez y Walter Wendelin explicaron su trabajo internacionalista con multitud de detalles, negando categóricamente que actuaran siguiendo órdenes de ETA, Ekin o Xaki, como sostiene la Fiscalía para reclamarles seis años de cárcel a cada uno. Solo respondieron a las preguntas de sus abogados, negándose a hacerlo a las formuladas por la Fiscalía y las acusaciones.

Antes de entrar en las dependencias de la Audiencia Nacional, recordaron que 40 juicios populares celebrados en Euskal Herria y otros lugares han sentenciado que el Estado español es culpable de imperialismo y de oprimir pueblos; y que el 12 de octubre, en el marco de una movilización celebrada en Iruñea con la asistencia de unas 5.000 personas, la ciudadanía respaldó este veredicto. «Estado español, no eres quien para juzgar a los militantes vascos ni al internacionalismo vasco», proclamaron, antes de denunciar, una vez más, el carácter político de este y otros juicios.

Gabi Basañez explicó que comenzó militando en Askapena tras viajar a Rosario (Argentina) con Euskal Herrian Euskaraz para participar en un encuentro de lenguas minorizadas. Tras contactar con mapuches y guaraníes consideró que sería conveniente trabajar a favor de la solidaridad con estos pueblos originarios y en 2004 se acercó a Askapena. Asimismo, negó haber participado en ningún órgano creado por la izquierda abertzale para coordinar su política internacional, como sostiene la Fiscalía.

Junto a ello, este vecino de Algorta explicó que la red Euskal Herriaren Lagunak (EHL) es la heredera de los comités de solidaridad con Euskal Herria surgidos hace décadas y que Askapena no ejerce ningún control sobre la misma. Suelen celebrar una reunión anual, de igual a igual, para intercambiar experiencias. También explicó qué es la diáspora vasca y a qué se dedican las euskal etxeak.

Unai Vázquez contó que ha estudiado Trabajo Social en la UPV-EHU y que presentó un proyecto para realizar las prácticas en El Salvador. Tras viajar a Venezuela con una brigada de Askapena, comenzó a militar en este grupo en 2004, organizando la brigada del año siguiente. También relató que la brigada que viajó a Colombia en 2007 fue criminalizada en medios de ese país utilizando imágenes grabadas durante una visita a una cárcel colombiana y que posteriormente fueron amenazados de muerte por el grupo paramilitar Águilas Negras mediante una llamada telefónica.

Vázquez también explicó que Askapena ha tomado parte –junto a otros grupos vascos, como Komite Internazionalistak– en la campaña de boicot a Israel, puesta en marcha a iniciativa de grupos sociales, políticos y sindicales palestinos y que tiene carácter mundial. La Fiscalía ve la mano de ETA tras esta campaña internacional, al igual que en la que boicotea a Coca-Cola, que fue impulsada por el sindicato colombiano Sinaltrainal y apoyada por el Foro Social Mundial.

Este vecino de Barakaldo explicó cómo se organiza Askapena, geográficamente y en función de las áreas temáticas, pero también tuvo que explicar qué son las comparsas de Bilbo porque aparecía en una foto junto a su padre con una camiseta de Askapeña y que la txosna que se organiza en fiestas de Barakaldo junto a Berri Otxoak tiene como objetivo principal tener presencia, ya que «suele dar bastante poco dinero».

Un grupo creado en 1987

La declaración de Walter Wendelin fue la más extensa, ya que lleva militando en Askapena desde su creación en 1987. Su compromiso internacionalista comenzó en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza y participó también en comités de solidaridad con la Revolución sandinista, viajando a Nicaragua. Tras su retorno a Euskal Herria participó en la creación de Askapena, negando rotundamente que fuera a instancias de ETA.

Su militancia en Askapena se prolongó hasta 2006. En este periodo tuvo responsabilidades en distintos ámbitos, como organización de brigadas, ayuda al desarrollo o comercio justo.

La declaración de Wendelin se convirtió en un repaso a la historia del internacionalismo vasco. Así, en la Audiencia Nacional se escuchó la división existente en 1987 entre quienes consideraban el internacionalismo como algo que se proyectaba hacia otros países y quienes pensaban que tenía que tener un reflejo en la praxis local. También explicó las características de un movimiento popular y subrayó que Askapena no puede tener relación estructural con la izquierda abertzale. «Un movimiento popular no es un partido político, es como un banco de peces», subrayó.

También explicó que Askapena practica un internacionalismo de ida y vuelta, de igual a igual, «porque la solidaridad no puede ser unidireccional porque se corrompe y se cae en el asistencialismo y en la caridad».

Wendelin añadió que la financiación de Askapena se lograba mediante la instalación de txosnas, las cuotas de la militancia y la venta de pines u otro material. Negó rotundamente que Askapena financiase a estructuras de la izquierda abertzale. «Es imposible. Ni siquiera nos daba para nuestras actividades», subrayó, añadiendo que la venta de ron de comercio justo tenía más un objetivo de sensibilización que financiero, «puesto que casi siempre daba números rojos».

Junto a ello, destacó que las directrices de Askapena las marca la asamblea general en la que participan todos los miembros de la organización y que nunca han recibido una orden de ETA, de Ekin ni de Xaki. También rechazó que Askapena dispusiera de una caja común de fondos con la izquierda abertzale y negó ser el autor de un documento sobre la organización amancomunada de las organizaciones internacionales abertzales redactado en euskara. «No es posible que lo escribiera yo porque soy analfabeto en el idioma vascuence», destacó.

El Parlamento navarro muestra su solidaridad

La Junta de Portavoces del Parlamento navarro aprobó ayer una declaración institucional en la que apoya a «todas las organizaciones y personas que desarrollan la actividad internacionalista, con respeto a todos los derechos humanos» y muestra su solidaridad a los cinco miembros de Askapena, «imputados por criterios políticos más que jurídicos». Los cinco enjuiciados comparecieron la pasada semana en la Cámara navarra.

A favor de esta declaración votaron Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E, mientras que UPN, PSN y PP lo hicieron en contra. Además, el Parlamento navarro reclama que el juicio contra los cinco miembros de Askapena sea «justo y libre de condicionamientos políticos y en su caso se les restablezcan todos sus derechos y la reparación pertinente».

El portavoz de EH Bildu, Adolfo Araiz, destacó que «lo que subyace en este tipo de procesos en los que se proclama que ‘todo es ETA’ han sido los criterios políticos más que los jurídicos», y subrayó la importancia de que el Parlamento apruebe este tipo de declaraciones.

También los partidos representados en el Ayuntamiento de Bilbo, a excepción de PSE y PP, aprobaron una declaración en la que rechazan el juicio contra Askapena y exigen la absolución de los cinco acusados. La declaración fue suscrita por PNV, EH Bildu, Udalberri y Goazen Bilbo y proclama que el juicio que comenzó ayer «resulta carente de la más mínima y elemental base jurídica, por lo que nunca debió iniciarse».M,D.