«Si oigo a un jugador decir algo así, os aseguro que no sale del vestuario». Así de tajante contestó el capitán blue John Terry a la información publicada en un medio inglés respecto a que un jugador habría dicho que prefería perder antes que ganar con José Mourinho. Con esta lapidaria frase e imaginando la cara del central, no es de extrañar que Cesc Fábregas saliera al paso para negar que él esté liderando ‘cama’ alguna contra el técnico luso como se habría insinuado. Los londinenses, el entrenador por más señas, se la jugaban este fin de semana ante el Liverpool, se adelantaron en el marcador pero acabaron perdiendo 1-3 ante los de Jurgen Klopp. «I have nothing to say!», fue la respuesta de ‘Mou’ a cada una de las 14 preguntas en 54 segundos de duración en una entrevista postpartido.

El dueño del club, Roman Abramovich lleva gastados 91 millones de euros en despidos de entrenadores desde 2004 en el Chelsea. Si echa al portugués, con cuatro años de contrato, a razón de unos diez ‘kilos’ por curso... Así que nadie puede asegurar que la salida de Special One sea la solución en un equipo donde nadie ni nada carbura, pero en el que la afición está con su entrenador. Así que como sostuvo Klopp, tras ganarle, puedes llevarte bien con Mourinho si no eres árbitro o periodista. La clavó.

Otro que no atraviesa su mejor momento es Louis van Gaal. ‘‘¿El Manchester United más aburrido de la historia?’’. Es la pregunta que se hacía un periodista del ‘‘Telegraph’’ este fin de semana. El equipo actual suma tres empates a cero consecutivos y el holandés no acierta con el gol. El Newcastle tampoco, de ahí que suene el fichaje de un delantero internacional por Zimbabue, Matthew Rusike, quien disputó 11 partidos y marcó 4 goles en su primera experiencia europea, en el campeonato sueco con el Halmstad, liga en la que, por cierto, se acaba de proclamar campeón el Norrköping, que llevaba 26 sin levantar un título en una competida Allsvenskan con ocho campeones diferentes los diez últimos años.

Un fichaje exótico el de Rusike que nos recuerda a otro compatriota suyo que hizo historia en el Liverpool. Seguro que lo recuerdan, Bruce Gloobelar, el excéntrico portero de los Reds entre 1980 y 1993 del que a muchos les traerá a la cabeza su pasaje más memorable.

En 1984, en la final de la Copa de Europa contra el Roma, el cancerbero del Liverpool ganó él solito la tanda de penales. Antes del lanzamiento de Bruno Conti, se puso a mordisquear las redes. Y después, cuando le tocó el turno a Francesco Graziani, caminó hacia la portería como si estuviese borracho y empezó a hacer movimientos extraños con las piernas. Ambos lanzadores erraron sus tentativas, y el arquero zimbabuense entró en el olimpo de los Reds.

Pero por quien daría algo Van Gaal sería Jamie Vardy, el goleador del sorprendente Leicester. Los Fox volvieron a remontar y su ariete no faltó a la cita con el gol, 11 en otros tantos partidos, máximo artillero de la Premier, seguido de su compañero Mahrez, con 7. Varios equipos europeos pujan ya por Vardy, ese chico que en su otra vida, hace no tanto, acabó con una tobillera electrónica tras una pelea en un pub, aunque eso fuera después de que con 16 años le rechazaran en alguna cantera por bajito.

Pancartas islamófobas

El que no marcó esta jornada fue Pierre Aubameyang. «¿50 goles? ¿Por qué no?», ha dicho el gabonés. Sí lo hizo su compañero Marco Reus, líder de un Dortmund y segundo doblete seguido. Los renanos ganaron y se colocan a cinco puntos de un Bayern que no pudo batir récord de partidos ganados en las primeras jornadas y se queda en diez. Los de Guardiola no pasaron del 0-0 en su visita a Frankfurt. El Dudelange luxemburgués ganó los primeros 16 en la 2007-08, el Shaktar Donestk 15, como el Bangor City galés... Por cierto, el Estrella Roja de Belgrado, líder serbio, suma ya 15 encuentros seguidos ganando.

Cerca de allí, en la liga croata, el Hajduk Split, segundo, perdió en casa ante el Rijeka, primero, mientras en las gradas la ‘Torcida Split’ desplegaba una pancarta donde se leía ‘‘Islamists Not Welcome’’. Algo similar sucedió entre otra hinchada ultra y, por lo que se ve, racista, como la polaca del Slaw Wroclaw, mostrando bufandas contra el Estado Islámico y un enorme tifo que rezaba: ‘‘Si Europa está siendo inundada por la plaga islámica, vamos a defender el cristianismo’’, acompañado el lema por la imagen de un caballero cruzado dispuesto a atacar tres buques musulmanes: ‘‘USS Hussein’’, ‘‘USS Isis’’ y ‘‘USS Bin Laden’’.

No temas racistas sino de sentimientos a flor de piel están detrás del encontronazo que algunos jugadores del Girondis de Burdeos y aficionados tuvieron a la llegada del equipo al aeropuerto. Tras la derrota de los bordeleses en la cancha del Ajaccio, el equipo fue recibido por un centenar de aficionados en Mérignac. En su mayoría pertenecientes a los ‘Ultramarines’, pidieron explicaciones a los dirigidos por Willy Sagnol. Varios jugadores tuvieron un elevado cruce de declaraciones, incluso se propinaron insultos, según cita ‘‘L’Equipe’’.

El presidente, Jean-Louis Triaud, intentó mantener la calma y los capitanes tuvieron que tomar la palabra. Tan mal lo hizo el Girondis, que hasta su entrenador asumió muy enfadado que «a veces es mejor ni jugar». Una Ligue 1 en la que se viene el derbi por la hegemonía del Ródano, entre Lyon, segundo, y St.Etienne, cuarto, 50 kilómetros de separación, el burgués contra el obrero, la lógica ante la pasión, les Gones y Les Verts.

Roma y Lazio también se juegan el clásico capitaliano en Italia este domingo, tras una jornada de resurrecciones en Todos los Santos. Los laciales fueron derrotados 1-3 por el Milan que entrena Sinisa Mihajlovic, uno de cuyos hijos, juvenil en la Lazio, ejercía de recogepelotas local. Tiene 16 años, los mismos que el portero rossonero Gianluigi Donnarumma, tercer partido como titular. También la Juventus resucitó en el derbi turinés y ganó en el minuto 91 al Torino, y el Inter se situó colíder al vencer a la Roma ¿por cuanto? 1-0, el mismo resultado por el que ha ganado todos sus partidos, excepto uno por 1-2.

Derbi della Capitale en Italia y derbi danés, el Brøndby-Copenhague, cuya rivalidad data de hace poco, 1992, el año que el KB y el B1903 se fusionaron bajo un nuevo escudo, el del FC Copenhague, para hacer sombra al Brøndby que representa a la clase trabajadora del extrarradio.

Aunque para currela, el Apache Tévez, que acaba de proclamarse campeón argentino con su Boca Juniors del alma. Son ya ocho títulos de liga en cuatro campeonatos diferentes para este goleador de 31 años, que ha alzado trofeos en Corinthians, United, City y ahora con la camiseta xeneize –que significa genovés–, donde su equipo con él suma un porcentaje de victorias del 86%. Un hombre hecho a sí mismo, como Mourinho. Como dijo nuestro filósofo de cabecera, el gran Bill Shankly, «presión es bajar cada día a la mina. Presión es estar en el paro. Presión es tratar de escapar de la zona de descenso cobrando 50 chelines a la semana. Presión no es la Copa de Europa, ni la liga ni la final de Copa; a eso se le llama recompensa».