Hundidos por un niño que será una auténtica bomba
DOMINION B. BASKET 92
REAL MADRID 99
Dolió lo suyo esta derrota de Dominion Bilbao Basket frente al Real Madrid. No tanto por los merecimientos de la escuadra blanca, que a pesar de las ausencias de Rudy Fernández y Thompkins siempre encontró un recurso más con el que responder, sino por un arbitraje que acabó mediatizando un duelo precioso, especialmente en el último cuarto.
Unos claros pasos no señalados a Taylor, un triple de Suárez invalidado por una dudosa falta en ataque previa de los hombres de negro, y lo puntilloso a la hora de pitar los contactos solo bajo la canasta bilbaina dieron el «puntito» que en algún que otro momento le hizo falta al conjunto madrileño, que hubiera vivido días de cuchillos largos de haber encadenado dos derrotas en el lapso de tres días.
Con ustedes, Luka Doncic
Antes del «concierto de pito» liderado por don Francisco Araña, hubo mucho y muy buen baloncesto en Miribilla. En especial, por parte de un joven imberbe que responde al nombre de Luka Doncic. A sus 16 años, este esloveno le sacó las castañas del fuego a Pablo Laso, en especial en el segundo cuarto, momento en el que el técnico gasteiztarra sacó a la perla a jugar de base.
Ni sus dos metros fueron un lastre para enfrentarse a Hannah y Raül López, ni los 10.004 espectadores del Bilbao Arena pudieron hacer otra cosa que rendirse a su buen hacer, toda vez que Llull mostraba una imagen muy menor de sí mismo y Sergio Rodríguez sufría por las faltas. Entre el esloveno, el dominio reboteador blanco y Jaycee Carroll, el Real Madrid volteaba un inicio a remolque y ganaba 46-48 al receso.
El partido tendría aún muchos capítulos por escribir, porque resultó ser muy largo, en el sentido de que ningún equipo lograba imponer su ritmo sino a impulsos. Así, aunque se intuía en el ambiente que iban a faltar gasolina y sobrarían nervios en el seno local, todas las espadas estaban en lo alto cuando se terminaba el tercer período con empate a 65.
La cara y la cruz
Hubo jugadas injustamente pitadas a los hombres de negro, cierto. Pero este último cuarto volvió a tener un nombre y un apellido: Luka Doncic.
Cuando más calentaba el sol, lideró a su equipo, todo un campeón de Europa, y sangró a Bilbao Basket con dos triplazos y una gran penetración. Mientras, con Bogris y Hannah eliminados, los agumentos de juego del conjunto bilbaino fueron decayendo hasta una digna derrota.