DEC. 05 2015 BALONMANO - 22º CAMPEONATO MUNDIAL FEMENINO Con las miras puestas en Río’2016 Solo cinco selecciones tienen asegurada su presencia en los Juegos, y la sexta saldrá de este Mundial. El resto, en los preolímpicos. P. URTAZA Lo que está en juego en este torneo es el billete olímpico, y hay un buen número de aspirantes empezando por la anfitriona Dinamarca. Cinco selecciones ya están clasificadas para los Juegos Olímpicos de Río 2016 (Brasil, las tres campeonas continentales –Noruega, Angola y Corea del Sur–, y la subcampeona panamericana Argentina). Y la sexta plaza saldrá de este Mundial, con un nutrido ramillete de pretendientes como la propia Dinamarca, Rusia, España, Montenegro, Suecia, Hungría y Rumania. Para las seis plazas restantes habrá que disputar unos preolímpicos del 17-20 marzo de 2016, donde se clasificarán del 2º al 7º del Mundial, más dos de cada uno de los dos primeros continentes según el ranking del anterior Mundial (2013), y uno de cada de los otros dos. Grupo A: Dinamarca. La principal favorita es la anfitriona, que por si acaso se ha procurado un cruce favorable para octavos. Con Kristiansen al frente de las operaciones, las danesas lo fian todo a acudir a sus quintos Juegos, y es la única selección que los ha ganado tres veces consecutivas. Montenegro, Hungría y Serbia no deberían tener problemas para acompañarle. Las montenegrinas se apoyan en la base del Buducnost y tienen varias jugadoras jóvenes con mucho futuro. Las húngaras aún recordarán la novedad táctica de jugar con una portera como jugadora durante casi 45 minutos frente a Dinamarca en el último Europeo 2014, que les apartó de las semifinales. Y Serbia, sin Lekic, ni Cvijic, ni Damnjanovic, bastante hará con clasificarse para la segunda fase, aunque tengan que agradecer la invitación de la IHF. Japón puede dar guerra a las europeas, pero Túnez no tiene mayor peligro. Grupo B: Suecia. Suecia es la favorita del grupo, sobre todo tras ver la composición del mismo con Cuba como cabeza de serie. Las suecas atraviesan un momento dulce de su trayectoria internacional con Gullden, Roberts, Tostensson y Ahlm, y son candidatas al liderato del grupo. Por detrás Polonia, que ya dio la campanada en el anterior Mundial con una cuarta plaza (con Wojtas, Byzdra), y Holanda, que también viene pegando fuerte con Abbingh, Snelder, Van der Heijden, Broch, Groot y Polman (solo dos jugadoras del equipo juegan en clubes holandeses, la portera Van der Wal y Goos). Y por detrás China, Angola y Cuba se jugarán la otra plaza que lleve a octavos. Angola parece la más capacitada para llegar más lejos, aunque su irregularidad le haga poco fiable, pero su nuevo técnico, el portugués Joao Florencio, le concede cierta ventaja. China no es una gran potencia, pero puede manejarse en este tipo de partidos, y la gran incógnita es Cuba, que parece decidida a dar el paso de abrirse y encontrar un club que le dé cobijo en Europa, a la manera de Brasil, aunque a través de su Federación. Podría ser Issy París… o Zuazo. Grupo C: el más imprevisto. Brasil es el cabeza de serie del grupo, pero no lo tendrá fácil ante la presumible oposición del resto… O no. El hecho de que se concentren en el grupo tres de los cinco equipos ya clasificados para los Juegos 2016 lo convierte en una trampa. ¿Se dejarán llevar? ¿Eso les beneficiará a la larga o no? Las brasileñas siguen un plan que acaba en Río, pero no le harán ascos a lo que se puedan encontrar, mientras coreanas (ojo a estas en los años olímpicos) y, sobre todo las argentinas, podrían tomárselo con más calma. Quienes no podrán hacerlo son Francia y Alemania, las primeras porque se toman muy en serio este tipo de compromisos (con Lacrabere, Kamto, Pineau, Dembele, Leynaud y compañía), y las segundas porque acuden a este Mundial con su enésimo proyecto (además, invitadas) y lo hacen con una plantilla mitad y mitad novatas. Una apuesta arriesgada. El Congo, que completa el grupo, no tiene pedigrí. Grupo D: Noruega. No hay razón para desconfiar. Puerto Rico y Kazajistán serán los descartados y el resto pelearán por el festín. Noruega, actual campeón, llega sin Koren pero con Mörk, Löke y Solberg (las tres formaron parte del siete ideal del último Europeo, donde Solberg sustituyó a Grimsbo, lesionada entonces en la primera jornada). España llega con Zoqbi (brasileña nacionalizada), y un equipo veterano para estirarlo hasta los Juegos. Rusia cambia lentamente para poder incorporar a dos de sus mejores piezas en el extranjero (Chernoivanenko y Kmhyrova, ambas en el Vardar), mientras valora la experiencia del danés Jan Leslie al frente del Rostov Don (imbatido tras la primera fase de la Champions), pero todavía sin despegarse de Yevgeyi Trefilov. Y Rumania lo deja todo en manos de su lateral izquierda Neagu (Buducnost) y la joven central Buceschi (Thüringer).