DEC. 10 2015 GUTUNAK Vivir en «Jauja» MARIA OLGA SANTISTEBAN OTEGUI Zalla Se dice de un país soberbio e imaginario donde fluye la felicidad y la abundancia, donde todos y cada uno de nosotros viviríamos sin «miedo» a enfrentarnos a nuestras obligaciones y preocupaciones de cada día. Esto parece ser que sucedería de cumplirse todas y cada una de las inagotables «promesas» que escuchamos decir estos días a los políticos ya sean «viejos» o «nuevos» en esta interminable «pelea» electoral. Tenemos tanto donde escoger como en un mercado del alfombras «persa» desde la ya repetidas hasta la saciedad, promesas de creación masiva de empleo, de un futuro maravilloso para nuestra juventud, mejor educación y sanidad pública y de calidad, lucha contra las desigualdades y un larguísimo e interminable etc. Seria interesante que ya por ley u otro «mecanismo» oficial los partidos políticos se vieran obligados a cumplir mínimamente sus programas electorales y que los ciudadanos no nos sintiéramos «estafados» después de estas o aquellas elecciones. No nos olvidemos también que tenemos ahí siempre a la «vieja Europa» vigilante, que nadie se pase de la raya prometiendo que luego hay que «rendirle» cuentas. El día 21 y los que le sigan después de las elecciones, ¿seguirá habiendo el mismo número de parados? Cientos de miles de emigrantes que se hayan ido en busca de un porvenir que aquí no tenían, quizá ¿puedan retornar? ¿Se resolverán acaso todos y cada uno de los grandes retos que nos han prometido solucionar? En definitiva, ¿viviremos en ese «país de Jauja» maravilloso y feliz? O bien nos daremos de nuevo de bruces con la dura y para algunos triste realidad.