El 15 de agosto de 2008 vio la luz en la prensa de Pamplona mi escrito con el título «Mancomunidad de aguas: ¿bandido generoso?» en el que denunciaba la utilización del valor catastral de las viviendas como base de cálculo para establecer la cantidad variable de la cuota de residuos en la factura cuatrimestral que emite la Mancomunidad de Aguas de la Comarca de Pamplona.

Me sigue pareciendo desafortunado e injusto utilizar este parámetro, pues como comentaba, se darán muchísimos casos de pensionistas o viudas con pensiones muy bajas que vivan en el Segundo Ensanche de Pamplona con muy poco consumo y cuya producción de residuos es ínfima y cuyo valor catastral es superior, por ejemplo a Mendillorri, donde viven familias con hijos y que pueden tener ingresos muy superiores, si tienen la suerte de trabajar ambos cónyuges, y en consecuencia, producir mucha mayor cantidad de residuos.

Es increíble que después de aquella llamada de atención de hace siete años no hayan hecho nada por corregir ésta situación y además anuncien en la prensa de este miércoles que no van a variar los valores catastrales para determinar la parte variable de la factura de residuos, es decir, seguir con la misma injusticia que hasta la fecha.

Teniendo como tienen un parámetro mas ajustado a la realidad como es el del consumo de metros cúbicos de agua ¿cómo no lo toman como base para determinar ese cálculo variable?

No me sirve que establezcan bonificaciones para rentas con ingresos que no superen ciertas cantidades, pues sigue siendo injusta, ya que estas bonificaciones no se discriminan por zonas, mientras el valor catastral si discrimina.

Repito lo que dije en su día, las medidas de redistribución de la riqueza competen, por un lado a los ayuntamientos con la Contribución Municipal que se basa, precisamente, en el valor catastral de las viviendas, y al Gobierno de Navarra en las declaraciones de Renta y Patrimonio.

A la Mancomunidad de Aguas de la Comarca de Pamplona le compete facturar solamente, eso sí, con la mayor exactitud posible, la utilización real de los suministros de agua y recogida de residuos.