FEB. 04 2016 PERSECUCIÓN POLÍTICA EN EUSKAL HERRIA Los cinco de Askapena, absueltos tras seis años de juicio político Los cinco militantes de Askapena que se enfrentaban a penas de seis años de cárcel han sido finalmente absueltos. La Audiencia Nacional asume que no formaban parte de ETA. Alberto PRADILLA MADRID Gabi Basañez, Unai Vázquez, David Soto, Walter Wendelin y Aritz Ganboa no serán encarcelados por su actividad política. Los cinco miembros de Askapena, que aguardaban en el «babesgune» de Iruñea la sentencia de la Audiencia Nacional española, fueron absueltos por el tribunal especial. En el fallo, los magistrados consideran que los cinco ciudadanos vascos compartían ideología y proyecto político con el Movimiento de Liberación Nacional Vasco pero que ni formaron parte ni colaboraron con ETA. Algo que, por otra parte, ya habían explicado los absueltos durante la vista oral que comenzó en octubre. Las casi 100 páginas de sentencia se resumen en asumir la teoría del «todo es ETA» pero excluir a Askapena de esa ecuación. Considera, basándose en sentencias como la del 18/98, que la organización armada controlaba determinadas asociaciones. Sin embargo, no cree que Askapena sea una de ellas. «Existen, sin embargo, otras organizaciones sectoriales, feministas, de solidaridad, internacionalistas, que, aunque en general siguen los planteamientos del MLNV, no aparecen como directamente vinculadas a la organización terrorista ni consta que sean dirigidas directamente por ETA», aseguran los magistrados en referencia a la organización internacionalista. Admite el fallo que Askapena colaboraba en campañas con otros grupos abertzales e internacionales (cabe recordar que una de las pruebas era la participación en la campaña de boicot a Coca Cola) pero insiste en que no basta para ubicarle bajo los designios de ETA. Por ello, y a pesar de que la Fiscalía y las acusaciones populares pedían la ilegalización de Askapena y Askapeña, podrán seguir trabajando sin ningún tipo de traba. Valoraciones éticas Esa misma lógica de observar con sospecha pero no condenar ocurre con las actividades que se analizan tanto de Askapena como de otros ámbitos del internacionalismo. Desde las jornadas internacionalistas hasta las brigadas, pasando por los comités de solidaridad con Euskal Herria. Lo más significativo es una frase que los togados reiteran con insistencia: «Al tiempo que se preocupaba por la violación de los Derechos Humanos en otros países, jamás ha denunciado la violación sistemática de los Derechos Humanos por parte de ETA». Sin entrar al carácter reversible del argumento, se repite al menos en cuatro ocasiones, casi como reproche ético pero sin recorrido penal. Al final, la base probatoria es exigua, como en todos los juicios políticos. En un plano general los jueces rechazaban desde un primer momento considerar a Askapena como parte de ETA. Para sostener lo que los imputados, testigos y abogados habían defendido durante todo el proceso, los jueces se van hasta el origen de la organización, en 1987, y su falta de nexo con KAS, lo que se interpreta como un signo de autonomía. En opinión de los togados, esto puede ser «por su carácter sectorial, por el poco interés de ETA en su control directo o por decisión propia». Aun sin llegar a saber si en algún momento alguien planteó esta integración o solo existe en las cábalas policiales, los jueces la toman como elemento clave. Advertencia sobre «indicios» Sobre cada uno de los acusados, el fallo asume que actuaban como activistas de Askapena y reconoce que no les puede castigar por ello. En este sentido, los magistrados limitan las actuaciones observadas a 2008 en adelante, que es cuando se inicia la investigación. Sin embargo, en clave más histórica, añaden que no se ha detectado «doble militancia» entre Askapena y ETA. Tampoco «relaciones económicas» entre ambas organizaciones. Aunque hay que recordar que, por ejemplo, la sentencia sobre las «herriko tabernas» destacaba como prueba de la existencia de financiación el hecho de no haber hallado un solo flujo monetario. No se quedan los jueces sin lanzar una advertencia y apuntan que existían «indicios» de vinculación con ETA tanto por la relación de sus militantes con «organizaciones enmascaradas» como por «el seguimiento del pensamiento hegemónico del MLNV». Insuficiente para condenar. Pese a ello, estos cinco vascos pasaron meses en prisión, fueron dispersados y han debido hacer frente a cuantiosas fianzas. El juicio político, por suerte, ya ha quedado atrás. «Que esta no sea la última absolución, aurrera!» En el «babesgune» conformado el sábado en la calle Calderería de Iruñea todo estaba listo para aguantar: grupos de trabajo organizados, un calendario de acciones de un mes de duración... Pero a mediodía llegó la noticia de la absolución, una hipótesis en la que no querían creer demasiado, y la satisfacción no se podía ocultar. Llamadas de teléfono, abrazos, risas y hasta brindis saludaban la noticia llegada de Madrid tras un lustro largo de persecución y un trabajo ingente para denunciarla. Conocieron la absolución cuando estaban reunidos para preparar nuevos pasos adelante, y allí hicieron una primera valoración para NAIZ. Unai Vázquez, David Soto y Aritz Ganboa posaron abrazados y puño en alto en la entrada al «babesgune». «Sentimos alegría y tranquilidad a la vez. Tenemos qué celebrar, por supuesto, pero también tenemos claro que aquí se ha cometido una injusticia y que no se va a reparar», resumía Ganboa. Tras agradecer todas las felicitaciones que ya entonces iban recibiendo, este internacionalista de Arruazu replicaba que «las gracias son para todos y todas, esta es una victoria general, no nuestra».A su lado, Vázquez también se mostraba conmocido por el apoyo que han recabado: «Gracias a todos. Hoy estamos aquí para celebrarlo, pero sabemos que hay un montón de ciudadanos y ciudadanas vascas que todavía están a la espera de ser juzgados. Que esta no sea la última absolución. Aurrera!» Coincidía con sus palabras Aritz Ganboa, que hacía hincapié además en la necesidad de dar continuidad a un gran auzolan contra la represión de los derechos civiles y políticos, consciente de que en los próximos tiempos «habrá más militantes juzgados» y que «cortar esta cadena es responsabilidad de todos. Esta lucha debe continuar». Además de resolver su situación personal (estaban amenazados de seis años de cárcel), el fallo de la Audiencia Nacional exonera a Askapena y Askapeña y les permite seguir adelante con su labor internacionalista y solidaria. No obstante, los tres absueltos matizaban desde Calderería que «fuera cual fuera la sentencia, el trabajo internacionalista iba a continuar». Ejemplo de ello habían sido los apoyos acumulados en Euskal Herria y el ámbito internacional en torno a las declaraciones impulsadas antes del verano, así como los juicios populares al Estado español pueblo a pueblo en el mes de setiembre o el acto que tuvo lugar antes, en Zarautz, en abril.Aitor AGIRREZABAL LA OPERACIÓN Los cinco absueltos y otros dos ciudadanos vascos que quedaron fuera de la causa fueron arrestados en 2010. En aquel momento la Policía les vinculó con el «aparato internacional de ETA». Los cinco fueron encarcelados y dispersados.