Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

Héroes y villanos

Mientras Leicester, Tottenham o Inter de Milán vitorean a sus estrellas, el Aston Villa cae a los infiernos arrastrado por sus jugadores.

Leicester-West Ham, las dos revelaciones de la Premier, con permiso del Tottenham, frente a frente a cuatro jonadas del final. El 1-0 lo puso pronto Jamie Verdy para los Fox, pero los Hammers martillearon por dos veces hasta que en el descuento, un dudoso penalti salvaría un punto para los de Claudio Ranieri. En los once metros no cogió carrerilla el goleador Vardy, expulsado, sino un suplente cuya historia arranca cuando un día fue a la carpintería de su padre para comunicarle la oferta de un humilde club argentino, aquel chaval al que su entrenador le castigaba con falta si en ataque no recibía dentro del área rival, que acabó cruzando el charco para ser el fichaje más caro en la historia del Castellón, transitar tiempo después por las filas de un Segunda inglés y acabar con su compatriota Cambiasso en el Leicester de la misma categoría. «Oh, his name is Leonardo. Leicester’s number 23. Yes, he cost a fucking fortune, but he scores goals so that’s alright for me», le cantaba la grada a Leo Ulloa, la misma que celebró su gol del empate.

Un punto in extremis que puede valer un título, máxime después de la victoria de unos lanzados Spurs que se colocan a cinco del líder. El primer guardameta que utilizó guantes en el fútbol profesional fue un galés que defendía la portería del Stoke, allá por 1905. Los Potters recibían la visita este domingo del Tottenham. En la portería local, un arquero de 40 años; enfrente, unos veinteañeros que le dieron la tarde. Cuando Harry encontró a Dali. Las dos mayores promesas del fútbol inglés los marcaron a pares, Harry Keane-Delle Alli. 0-4 «Si ganamos la liga deberían erigir una estatua a mis jugadores», dijo Mauricio Pochettino, el artífice de la temporada de los de Londres.

Sonrisas... y lágrimas. Las del Aston Villa, un histórico que esta jornada certificó su descenso a Championship. «Nos hemos quitado un peso de encima», se le ocurrió decir a su jugador Lescott, el mismo que mostró en un tuit hace semanas la foto de un coche de lujo para responder a las críticas de sus aficionados. Por si fuera poco, su capitán Gabby Agbonlahor fue protagonista de unas fotos comprometedoras sacadas de fiesta la noche de la derrota. El club le ha suspendido de empleo y sueldo. Triste epitafio para una entidad cuyo equipo llegó a ser campeón de Europa, y que se convierte en el primer descendido que había jugado todas las temporadas en la era Premier League desde el Southampton (2004-05). Solo tres victorias en todo el curso.

Kompany, el gran capitán

Los colores azul cielo y vino de su vestimenta dicen adiós a la máxima categoría del fútbol inglés, el león de su escudo, the villains venían flirteando con el descenso desde hace varias temporadas y al final se precipitaron por el abismo. Villa Park, estadio mítico. ‘‘De Rotterdam a Rotherham’’, del lugar donde alzaron la Copa de Europa al lugar donde cayeron, rezaba una pancarta exhibida por los seguidores villanos en Old Trafford, donde el equipo perdió 1-0 y selló su ascenso a segunda división. Un salto al vacío cuyo primer paso dio allá en el verano de 2010 cuando el club decidió vender a sus dos estandartes, Gareth Barry y James Milner, ambos a un Manchester City que este domingo le hizo un 0-3 al Chelsea –con otro triplete del Kun Agüero– y este martes solo pudo empatar ante el Newcastle de Rafa Benítez que sigue penúltimo en la tabla.

Ante las ‘urracas’ del norte de Inglaterra regresó tras su enésima baja al eje de la zaga el gran capitán citizen. Vincent Kompany volvió a la cancha, esa de la que las lesiones le han apartado demasiado tiempo. El belga que deslumbró en el Anderlecht siendo un chaval, que fichó por el Hamburgo... y a los dos meses su primera operación, el tendón de Aquiles. Nueve meses de calvario. «De repente pasé a ser el mayor talento de Europa al mayor fracaso de Europa», recordaba el belga. En solitario, incluso en Navidades, se ejercitaba para recuperarse. «Sentía tanto dolor que podría haber roto de llanto, pero no lo hice». Sobre todo después de que en ese periodo, su madre y hermana fueran diagnosticadas de cáncer; la primera falleció. «Me dije a mí mismo: ‘he de continuar’». Y lo hizo.

«Hay que mantenerse en movimiento», era su lema. Y arribó al City en 2008, cuatro años después ya era capitán y con él los Sky blues levantarían dos títulos de Premier. Un jugador comprometido con sus colores y su profesión, un hombre comprometido con la realidad del mundo. De origen congoleño, es embajador de Aldeas Infantiles y promotor de un proyecto en Kinshasa que consta de viviendas, escuela, guardería, centro médico y, cómo no, un campo de deportes. Por si no bastaba, patrocina de su dinero un club de fútbol en Bruselas que promueve la educación entre los más jóvenes. Es Vincent Kompany, alma del City, y uno de los que suena transferibles para un Pep Guardiola que, dicen, ha atado ya al turco Ilkay Gundogan, del Dortmund. Y si lo dice el diario ‘‘Bild’’ va a misa.

Totti-Spalletti, es la guerra

Otro que parece tener las malestas, pero en Italia, es Il capitano Francesco Totti. 58 minutos en las últimas dos jornadas, gol 301 incluido y una asistencia. Eso y una bronca, cuentan, con su técnico Luciano Spalletti, empujones incluidos. El entrenador salió raudo a negarlo, pero a estas alturas, cualquier cosa. «Cuando hago el once no tengo padre ni madre, sólo pienso en lo mejor. Lo siento si Totti lo entiende de otra manera», ha replicado Spalleti al tira y afloja. El jugador quiere vestir la giallorosa cuando cumpla los 40, incluso gratis, pero ya suenan voces que le colocan en el fútbol estadounidense la próxima campaña.

Empató la Roma en casa y respira el Napoli, que perdió 2-0 en feudo de un Inter que a la chita callando presenta candidatura a meterse en Champions. Lo hace de la mano de Mauro Icardi, el incorregible, pero que marca goles, solo superado por Higuaín. Apenas 23 años, capitán interista, el más joven en el último medio siglo, hijo de carnicero, rosarino de nacimiento, de Newell´s, hasta que la crisis argentina dio con su familia en las Islas Canarias, con 8 añitos.

Acabó en La Massía. ‘‘¿El nuevo Eto´o?’’ tituló en 2009 ‘‘El Gráfico’’ de su país. Un día esperó a que Leo Messi llegara a entrenar, le tocó el cristal del coche y se presentó. «Soy el otro argentino que juega aquí». Al día siguiente el ‘10’ le llevó a almozar, y al otro, y al otro. Mauro tenía 15 años. La llegada del ‘falso 9’ al Barça y su cantera dio con él en la Sampdoria, en la segunda italiana. Y de ahí al Inter. 13 millones de traspaso. Goleador, polémico, enfrentado a la hinchada, tuitero, no gambetea ninguna pregunta, modelo publicitario. «Cada vez que me encuentro frente a una decisión, no me preocupo por la fama que podría tener, el dinero que podría ganar, los enemigos que podría encontrar o los seguidores que podría perder», sostiene. Mauro Icardi, capitano interista.

Los Nerazurri están a cuatro puntos de la Roma, a nueve del Napoli. A más de una Juventus que goleó al Palermo e incluso este fin de semana puede revalidar Scudetto, precisamente en uno de los estadios donde es más odiada, el de la Fiorentina. Sería su quinta liga consecutiva.

Algo así como el Bayern en Alemania –acaba de renovar Manuel Neuer hasta 2021 a 15 millones por temporada–, que suma y sigue, algo así como el PSG en Francia, donde la noticia ha estado en la salida, al fin, de Michel del banquillo del Marsella. Dos victorias en los últimos 17 partidos, y ¡ojo! a 6 puntos del descenso. ¡13 técnicos cesados en la Ligue 1! Seguro que no faltan candidatos al puesto, como tampoco ofertas a José Mourinho, al que se dice que tienta el PSG mientras el United deshoja la margarita: él, Ryan Giggs o Louis van Gaal. Como le advirtió Benito Mussolini a Vittorio Pozzo, seleccionador italiano en el Mundial de 1934 jugado en Italia: «Usted es el responsable del éxito. Pero si fracasa, que Dios le ayude». Héroes o villanos. Sólo fútbol.