La práctica del alpinismo y de la escalada, bien que no sujeta a una reglamentación severa, si contempla una serie de normas, a veces difusas, eternamente discutidas y a las que se ha llegado por un cierto consenso. Qué es aceptable y qué no, qué condiciones o prácticas dan valor añadido a un ascenso y cuales se lo restan... Los extremos están claros pero la zona media es difusa. Así, en el ascenso al Everest desde Nepal, y para que el ascenso sea validado oficialmente, se ha admitido por parte del gobierno (¿quién es el gobierno para dar por válido un ascenso o no?) el uso de helicóptero para llegar al campo 1 y evitar así la peligrosa cascada de hielo, bajo el pretexto de que así se evitaba el mayor riesgo a los porteadores (lo cual es verdad), que son quienes recorren este tramo muchas más veces. ¿Y si el helicóptero te lleva hasta el campo 2, o al 3, hoy día posible? ¿Quién define cuál es el comienzo lógico de una escalada? ¿Por qué no comenzar desde el último pueblo, o desde la última carretera, o…? Todo discutible, pero el caso es que las expediciones ya no tienen que pagar dinero al grupo selecto de sherpas que equipaban la cascada y ahora tienen que pagar a los helicópteros y está habiendo problemas monetarios este año para pagar a los sherpas que equipan desde el campo 2 hasta el collado sur (8.000m) y cercanías de la cumbre. Redistribución de gastos e ingresos y costos para el consumidor de cumbres. La vida misma.