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Los 50 primeros pasos


Esta semana en la Audiencia Nacional y en el TSJPV se han alcanzado sendos acuerdos que permitirán que las diez personas enjuiciadas por su actividad política no entren en prisión. Desde un punto de vista humano, la cárcel, aunque sea para unos pocos meses, siempre es dura y por eso hay que evitarla. Pero como pretendo analizar en este artículo, también desde un punto de vista político es muy importante que en estos momentos nadie más entre en la cárcel. Y digo más, es tiempo de vaciar la cárceles, no de llenarlas.

Yo fui detenido en Segura pero como estaba imputado anteriormente fui juzgado y condenado en el sumario 35/02. Digo esto, para que se comprenda que pretendo, desde fuera y no como afectado en primera persona, argumentar la importancia de los acuerdos que se están dando en la Audiencia Nacional desde un punto de vista netamente político y acorde con la actual estrategia política.

Efectivamente, el primer acuerdo de este tipo en la Audiencia Nacional fue el denominado sumario 04/08 de Segura. Todavía recuerdo cuando nuestros compañeros y compañeras nos enviaron desde Madrid el texto propuesto por la fiscalía al que dimos, sin dudarlo ni un segundo, nuestro apoyo total. A nuestro entender, el mismo, no sólo era aceptable políticamente, sino que era positivo para conseguir que los 35 compañeros y compañeras del sumario de Segura no entraran en la cárcel y poder utilizarlo en futuras ocasiones y juicios. Afortunadamente así ha sido.

Hemos pasado años, décadas, en una estrategia que tenía como objetivo táctico negociar un acuerdo con los gobiernos español y francés para que nuestro derecho a decidir democráticamente nuestro futuro fuera respetado, así como para buscar una solución a las consecuencias del conflicto. Repito, años y décadas, reclamando la negociación y acuerdos con los estados, y cuando se lleva a cabo uno con parte de ese estado, en este caso con la fiscalía (y también con las asociaciones de víctimas) hay quien se echó incomprensiblemente las manos a la cabeza. En el camino hacia la libertad se avanza paso a paso, y codo con codo, con quienes caminan en la misma dirección, no sentados al borde del camino criticando lo que hemos defendido durante décadas.

Respecto al contenido simplemente decir dos cosas. Por una parte, la izquierda abertzale ya había reconocido anteriormente y de forma pública el dolor causado a las víctimas, elemento fundamental para la convivencia a futuro de todos y todas en nuestro país. Por otra, hay que subrayar que lo que el acuerdo dice es que la renuncia a «futuro» de la violencia y la apuesta exclusiva por las vías políticas sirve para aliviar el dolor causado a las víctimas en el «pasado».

Durante estos últimos años, el PNV, por ejemplo, ha pretendido lo contrario, esto es, que negáramos nuestro «pasado» para, supuestamente, concedernos desde su atalaya del «suelo ético» legitimad a «futuro». Creo que no hace falta extenderse más para entender que el contenido del acuerdo no sólo era aceptable en términos políticos, sino que además podía servir para avanzar en el nuevo escenario abierto en Euskal Herria tras el fin de la lucha armada por parte de ETA.

Afortunadamente, así ha sido, y tras ese primer acuerdo, se han producido otros tres acuerdos más que han posibilitado que finalmente 50 personas se hayan beneficiado del mismo. Que 50 personas no abandonen a sus familiares y amigas y terminen dispersados en cualquier cárcel del Estado español. 50 personas que seguirán luchando por una Euskal Herria libre. Repito, es tiempo de vaciar las cárceles no de llenarlas.

Creo, sinceramente, que debiéramos pensar en las razones por las que este acuerdo ha sido posible. ¿Y si por mucho que el Estado tenga una actitud de cerrazón, se han dado cuenta de que la sociedad vasca no acepta que la Audiencia Nacional siga encarcelando a militantes vascos? ¿Y si hemos sido todos y todas nosotras las que hemos creado un escenario donde el PP se está convirtiendo en un partido marginal en Euskal Herria? ¿Y si, ciertamente, estos acuerdos suponen un primer paso de los que nos tocará recorrer para vaciar todas la cárceles? ¿Cuando nos vamos a dar cuenta de que el objetivo de nuestra lucha es la independencia y el socialismo y que para ello necesitamos a todos, y a todas, cuanto antes, entre nosotros para avanzar y construir día a día nuestro proyecto político?

En esta fase política la izquierda independentista tiene que, en mi opinión debe, quitarse los miedos y actitudes de resistencia para afrontar desde una posición ideológica de fuerza y de ofensiva tanto la superación de las consecuencias del conflicto como el desarrollo íntegro de nuestro proyecto político.

Como dijo Arnaldo, no nacimos para resistir, nacimos para ganar y es de los que se trata. Ganarnos a la sociedad vasca, decirle que sabemos hacer autocrítica, que también entre nosotras hay muchas víctimas, que no tenemos la razón en todo, pero que tenemos el mejor proyecto para garantizar una vida digna a los hombres y mujeres de Euskal Herria en el marco de un estado digno o república vasca.

A la izquierda abertzale no le conceden grandes platós de televisión, nuestra lucha se gana en la calle. Por eso, también, les necesitamos a todos y a todas, cuanto antes, en la calle.