El 26 se votará en un ambiente de pesimismo social y deseo de cambio
La ciudadanía de la CAV votará el día 26 preocupada por el paro, los recortes y las desigualdades sociales y pesimista sobre las posibilidades de que la situación mejore en el próximo año. De ahí que no sea extraño que haya un gran deseo de cambio, que se extiende a la posibilidad de novedades en el Gobierno de Lakua tras las elecciones de otoño.
El retrato del estado de opinión y de ánimo que ofrece el Deustobarómetro presentado ayer es poco halagüeño. Un 58% de los encuestados creen que la situación económica de la CAV es «regular» y un 15% que «mala», lo que muestra un disgusto y pesimismo que se extiende porque el 68% cree que todo seguirá igual dentro de un año.
Los datos figuran en el VI Deustobarómetro Social que cada seis meses publica la Universidad de Deusto, con una muestra de 1.012 entrevistas online realizadas esta vez la última semana del pasado mayo. María Silvestre y Braulio Gómez presentaron ayer los datos y destacaron que, por primera vez, las desigualdades sociales se encuentran entre una de las cinco principales preocupaciones. Así lo expresan el 16% de los entrevistados. Están por delante el paro, que es la principal preocupación para el 58%, el mercado de trabajo (42%), la situación económica (30%) y los recortes en los servicios públicos (20%).
Y no hay espacio para mucho optimismo. El 88% de la ciudadanía de la CAV cree que todavía no hemos salido de la crisis económica. Entre tanto, las expectativas sobre una evolución positiva de la economía han continuado cayendo en el último año (del 26% al 17%).
El 75% de los parados y paradas ven improbable encontrar trabajo los próximos seis meses. Y las expectativas de las mujeres son peores que las de los hombres.
También es cierto que el 72% cree poco o nada probable que pierda su actual empleo en el próximo medio año. Y también aquí hay que mostrar una brecha de género, puesto que quienes confían en seguir trabajando son el 78,7% de los hombres, por un mucho menor 65,2% de las mujeres.
En todo caso, tantos unas como otros ven que sus condiciones laborales han empeorado. Un 43,9% tiene mayor carga de trabajo, un 25% ha tenido problemas con su salario y a un 22,6% le han empeorado sus condiciones para conciliar la vida laboral. Y hay que sumar a eso que el 39,8% de los encuestados entienden que han perdido posibilidades y capacidad de reclamar mejoras.
Apretándose el cinturón
Ante esta situación, más de la mitad de los entrevistados (56%) aseguran que en los últimos seis meses han reducido los gastos de ocio y en tiempo libre. Esto puede parecer superfluo, pero hay un 28,4% que afirma haber bajado gastos en alimentación. Un 27,5% ha dejado de consumir carne o pescado. Y otro 27,1% ha renunciado a comprar ropa y calzado que realmente necesita.
Los encargados del estudio destacan también que, según este Deustobarómetro, sigue estado por encima de la cuarta parte de la ciudadanía la que ha dejado de acudir al dentista como fórmula para ahorrar.
La crisis también afecta a la vivienda, puesto que un 15% dice haber renunciado por ello a independizarse y sigue viviendo en casa con sus familiares, mientras que un 10,5% ha tenido que volver al hogar familiar.
Servicios públicos
María Silvestre y Braulio Gómez apuntaron que la valoración de la calidad de la mayoría de las políticas y servicios públicos se mantienen. Osakidetza, Educación y el transporte público siguen siendo las políticas mejor consideradas. Pero la mayoría de los vascos suspende las políticas de vivienda, pensiones, I+D y los servicios sociales. En términos comparativos, destacaron que la valoración de la educación pública, tanto en colegios e institutos como en universidades, baja un punto en los últimos tres años (del 6,5 al 5,5)
En este ámbito de los servicios públicos, la utilidad de Lanbide para encontrar empleo está altamente cuestionada. El 61% de los entrevistados afirma que el Servicio Vasco de Empleo «no es útil» para encontrar un trabajo, frente al 17% que considera que sí lo es y un 23% que no contesta. Con estos datos, Lanbide aparece nítidamente como el servicio público que menos puntuación recibe, con un nota de 3,4.
Además, el Gobierno de Iñigo Urkullu suspende en rendición de cuentas (3,7), eficiencia en gestión económica (4,1), sensibilidad para recoger adecuadamente los intereses de la ciudadanía vasca (4,2) y eficacia en la reducción de la desigualdad social (4,1).
Sustrato y deseo de cambio
Sostienen los expertos –con lógica– que para que pueda darse un cambio político y social primero tiene que haber una conciencia nítida de su necesidad, lo que pasa por un estado de opinión como el que se describe en este estudio, que es condición necesaria, aunque no suficiente, para que la ciudadanía apueste por políticas transformadoras. Y si bien en este Deustobarómetro la mayoría de los encuestados muestran deseos de cambio, por ejemplo en el Gobierno de Lakua, no parece que quede claro cómo podría materializase en la práctica.
El 48% de los encuestados han respondido que desean que después de las próximas elecciones autonómicas de otoño se produzca un cambio de gobierno. Un 21% está en contra y hay un 31% que no sabe o no quiere contestar.
Pero frente a este deseo mayoritario de cambio, cuando se les pregunta a los encuestados qué partido les gustaría que ganase esas elecciones al Parlamento de Gasteiz, el 22% responde que el PNV, partido que actualmente está en el Gobierno, mientras que hay un 21% que responde que Unidos Podemos. El resto de opciones queda lejos y las lidera EH Bildu con un 9,5%. En este punto el Deustobarómetro no coincide con otras encuestas sobre las próximas elecciones autonómicas publicadas ayer mismo y la pasada semana.
En cuanto a las elecciones del próximo 26 de junio, se eleva hasta el 33,5% el porcentaje de los encuestados a los que les gustaría que ganara Unidos Podemos. Y ese porcentaje se eleva hasta el 45% en el deseo de que gobierne con el PSOE.
Diferencias con el Estado
El sondeo evidencia que hay una percepción muy diferente de la política y las instituciones según estemos hablando del ámbito vasco o del estado español. La calidad de la democracia del Estado Español es valorada con un 3,6 frente a un 5,7 de la CAV. Los políticos españoles tienen un nivel de confianza del 1,8 frente a un 4,1 que alcanzan los políticos vascos.
En lo referido a la percepción de la corrupción, un 90% responde que en el Gobierno español hay mucha o bastante. Una opinión que según los responsables del estudio es también abrumadora entre los votantes del PP. Esa impresión baja al 41% en el caso del Ejecutivo autonómico, al 38% en las diputaciones y al 31% en los ayuntamientos.
Este es un retrato de la ciudadanía de la CAV que votará el 26J, y puede ayudar a comprender el comportamiento que tenga ante las urnas.