JUL. 08 2016 VIVA El mundo LGTB cubano visto por un irlandés Mikel INSAUSTI Para comentar “Viva” (2015), todos se están acordando de “Fresa y chocolate” (1993), pero la película de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío abordó la problemática homosexual en un periodo de la historia cubana muy diferente al actual. Además, la película que ha representado a Irlanda en los Óscar, ofrece la mirada de un extranjero que cuando visitó La Habana se sintió atraído por los cabarets nocturnos en los que actúan “drag queens” haciendo sentidos play-backs de las grandes damas de la canción cubana. Y no cabe duda de que en lo musical Paddy Breathnach se ha asesorado bien, porque no falta niguna de esas añoradas voces, como las de Rosita Fornes, Lourdes Torres, Gina León, Blanca Rosa Gil, Maggie Carles, Elena Burke, Annia Linares o Zoraida Marrero. Lo más curioso de todo es que el tema principal es de una cantante foránea, ya que se trata de “El amor” interpretado por la más que reconocible Massiel. Aun así, no hay que distraerse y olvidar que lo que importa en esta historia es la persona que vive, parafraseando el título, la letra de la canción a través de su puesta en escena, con esa melodramatización tan propia del transformismo. Y quien se transforma lleva consigo otra existencia detrás, que es la de un joven que quiere subir al escenario convertido en mujer, y mientras espera su oportunidad peina a las artistas del local y ejerce como peluquero en el día a día. Sus sueños libres se ven amenazados al enterarse de que no está solo y sin familia, pues la salida de la cárcel de su padre boxeador tensará la convivencia y la aceptación de su condición sexual. Héctor Medina, visto en “El rey de La Habana” (2015), se convierte en la gran revelación de la película, dando réplica a nada menos que Jorge Perugorría, dentro de una difícil relación paternofilial que pasará del rechazo inicial al acercamiento.