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Interview
GORKA URTARAN
ALCALDE DE GASTEIZ

«Cuando entramos no teníamos dinero ni para el gasoil de los autobuses»

En junio de 2015 Gorka Urtaran (Gasteiz, 1973) fue elegido alcalde de Gasteiz. Se hizo con la makila con los votos de EH Bildu, Podemos e Irabazi, que apoyaron al candidato jeltzale para evitar la reelección de Javier Maroto (PP). En estos doce meses ha cerrado un pacto de gobierno con el PSE y ha logrado acordar los presupuestos municipales con la coalición soberanista.


Hace un año que llegó a la Alcaldía, ¿qué balance hace?

Ha sido un año muy positivo, un año en el que ha primado el diálogo, el consenso y el acuerdo. Acuerdo para sacar adelante proyectos estratégicos, como son el presupuesto municipal o el reciente acuerdo de movilidad. Y ha servido para devolver a esta institución la política con rigor, dejando a un lado la política-espectáculo y los conflictos estériles, y centrado la actividad municipal en tratar de resolver los problemas que tienen los y las gasteiztarras.

El pleno de investidura estuvo marcado por las protestas en la Plaza Nueva y por el cambio de opinión del PSE.

Tuvo bastantes dosis de emoción. El acuerdo del PSE estaba garantizado y al final no fue así, lo que hizo que Podemos e Irabazi se reposicionaran. De todos modos, creo que ese pleno marcó un antes y un después en la gestión del Ayuntamiento. Se ha recuperado la normalidad política, el diálogo entre formaciones. Y se evitan los discursos estridentes y mediáticos que polarizan a la sociedad y generan conflicto social. Se ha planteado una alternativa política diferente a la que ofrecía el PP, muy mediática y muy populista.

El PSE se abstuvo en aquel pleno y ha tardado meses en entrar en el Gobierno local. ¿A qué se ha debido esta tardanza?

Las razones habrá que preguntárselas al PSE. Con el PSE inicialmente alcanzamos un acuerdo de gobernabilidad y después un acuerdo de gobierno. El Gobierno municipal actual tiene nueve concejales, el mismo porcentaje que tenían los tres anteriores, y creo que es un número suficiente para poder dar respuesta a los retos que tiene la ciudad. Si con cinco hemos sido capaces de dar respuesta a las necesidades que se planteaban, creo que ahora con nueve la velocidad de crucero va a ser mayor.

Al poco de entrar en la Alcaldía se topó con un agujero de 68 millones de euros. ¿Cuál es la situación de las arcas locales?

Es una situación muy delicada. Por dos motivos. Primero por un motivo estructural, como es la incapacidad que tiene el Ayuntamiento de generar ahorro neto, de hacer que los ingresos corrientes sean suficientes para dar respuesta a los gastos corrientes y además generar un ahorro que te permita realizar inversiones. El interventor lo viene advirtiendo desde hace muchos años: o incrementamos los ingresos corrientes o reducimos los gastos, o combinamos ambas fórmulas para que la situación mejore y recuperemos el músculo financiero.

Y por otra parte, tenemos una situación coyuntural, imputable al anterior gobierno del PP, que ocultó un agujero económico de 68 millones de euros. Cuando entramos en el Gobierno nos encontramos con que Tuvisa no tenía dinero ni para echar gasoil en los autobuses. Esto no es una exageración. No teníamos recursos para repostar los autobuses urbanos.

En el Debate de Política General planteó un pacto fiscal a la oposición.

Para solucionar esta situación es necesario incrementar los ingresos, reducir los gastos o aplicar una combinación de ambas medidas. Y es lo que estamos planteando desde el Gobierno local. Creo que hay que ser honestos con la ciudadanía, hay que decirle que la situación económica del Ayuntamiento no es buena, que apenas tenemos ingresos corrientes para dar respuesta a todos los servicios que ofrece esta ciudad, que tenemos unos servicios públicos de primera calidad, y mucho recorrido en política fiscal, porque la presión fiscal en Vitoria-Gasteiz es baja en comparación con los municipios de nuestro entorno.

Sin embargo, el PNV acordó una reducción del IAE con el PP, el PSE y el SEA.

Había un compromiso previo adquirido para corregir ese incremento desproporcionado que se había producido con la subida del coeficiente en el año 2015. Se cerró un acuerdo con el PSE y con el PP, eso permitió moderar el incremento del IAE en un 5%, y para el año que viene el acuerdo prevé un incremento. Aunque se tratará de un incremento mesurado y proporcionado, que es lo que planteamos también para el resto de impuestos y tasas.

Y es que, cuando alguien dice que la tasa de basuras va a subir un 15%, igual hay gente que se lleva las manos a la cabeza, pero si se le explica que la tasa de basuras va a subir ocho euros al año, lo que supone algo menos de un euro al mes, creo que la recepción por parte de la ciudadanía es diferente. La gente tiene que saber que con un pequeño esfuerzo podemos mejorar la situación económica de la ciudad, máxime cuando el Impuesto de Bienes e Inmuebles va a bajar el año que viene gracias a un acuerdo entre el PNV, el PSE y EH Bildu.

Pero el IBI ha subido para las VPO de Salburua y Zabalgana.

Puedo entender el enfado de la ciudadanía de Salburua y Zabalgana por las formas en las que se ha producido, pero el Ayuntamiento es ajeno a este incremento, por lo menos a este gobierno. Porque la actualización de los valores máximos de venta fue solicitada por el anterior Ejecutivo del PP a la Diputación. Este Ayuntamiento tuvo conocimiento de que iba a subir el IBI a las VPO en el mes de marzo, el 28. Y el 5 de abril comunicó a los grupos municipales y a la ciudadanía este hecho. Por lo tanto, en ningún caso es algo imputable a ese gobierno y en ningún caso este gobierno ha querido ocultar un incremento que, de media, supone unos 40 euros al año. No obstante, planteamos una medida para mitigar esa subida y para que ese incremento medio del 30% se redujera al 10 o al 15%, pero no ha sido posible sacar esa propuesta adelante.

¿Entonces el incremento del IBI es culpa de la Diputación?

Creo que el anterior Ejecutivo del PP no actuó en la Diputación con la diligencia suficiente, y este año evidentemente que la comunicación le correspondía a la Diputación. Y será la Diputación la que tenga que responder a ese respecto, no yo.

En el Debate de Política General también instó a los grupos a llegar a un acuerdo sobre movilidad. ¿Cuál es la propuesta del Ejecutivo local?

La propuesta del Ayuntamiento pasa por potenciar la movilidad activa, los desplazamientos a pie y en bici; y la movilidad sostenible, en transporte público, y que ese transporte público se vaya transformando en un transporte eléctrico, libre de emisiones. Y para lograr ese objetivo tenemos que seguir impulsando bidegorris, los desplazamientos a pie y el transporte público. ¿Cómo? Mediante la modernización de Tuvisa, a través de la renovación de la flota, con la implantación del BRT y la extensión del tranvía. Nuestra intención es llegar hasta las facultades, generando un espacio intermodal entre el tren y el tranvía en la zona de Las Trianas. Esto ayudará a conectar la estación de autobuses con la estación de tren y con el campus universitario, y dará servicio a un importante número de vecinos que vive en la zona de San Cristóbal y Adurtza. Y el segundo planteamiento es la implantación del BRT, transformar la Línea Periférica en una autobús exprés. Es la parte que compartimos con EH Bildu, y creo que este acuerdo es muy positivo para la ciudad.

En un futuro, cuando conozcamos si el corredor ferroviario se puede utilizar o no, si es compatible con otras fórmulas de transporte urbano, daremos una solución de alta capacidad tanto a Salburua como a Zabalgana. Pero nuestra propuesta en estos momentos es extender el tranvía hacia el este, hasta Salburua, y dar una respuesta de alta capacidad a Zabalgana, bien sea con la extensión del tranvía o con BRT, aunque nosotros apostamos por el tranvía.

Otro de los asuntos que ha marcado este curso ha sido la redensificación de Gasteiz. Se habla de construir 11.000 nuevas viviendas.

Tenemos una gran reserva de suelo, y creo que es un plan muy acertado para Vitoria-Gasteiz, porque con la redensificación ponemos fin al consumo de suelo, a la expansión de los límites de la ciudad y a la suburbanización de terreno natural; y ponemos las bases para poder crecer hacia dentro, conectando la trama urbana y las zonas que han quedado inconexas, como son Larrein y Arkaiate.

Este plan no plantea la liberalización de suelo para construir ya 11.000 viviendas. Lo que se hará es ir estableciendo fases para ir atendiendo la demanda, evitando que se pueda especular. Tenemos que hacer la ciudad más compacta y sostenible, sin consumir suelo ni incrementar los límites de la ciudad.