Miren SÁENZ
ATLETISMO

Bolt, a por el triple triple

El fenómeno jamaicano aspira al triunfo en 100, 200 y 4x100 metros por tercera vez en unos Juegos para acrecentar su leyenda. Llega escaso de competición pero espera responder en una temporada en la que sus adversarios tampoco han apretado demasiado.

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Usain Bolt no necesita tanto al atletismo como el atletismo lo necesita a él. El deporte rey del olimpismo atraviesa una crisis sin precedentes, alimentada por la abundancia de casos de dopaje, pero también por la fuerza adquirida por otras disciplinas deportivas, cada vez más numerosas y algunas más poderosas. Es cierto que las carreras, los lanzamientos y los saltos no se siguen como antaño; que su formato amplio y variado, pero algo largo para las retransmisiones televisivas, no contribuye a aumentar los índices de audiencia. Bolt los levantará estos días.

El fenómeno jamaicano lleva ocho años al frente de la velocidad y su incomparable trayectoria, junto con su carácter vacilón, le han convertido en la cara amable y divertida de la pista.

Avalado por sus seis oros olímpicos –posee además 11 oros mundiales y dos platas–, Bolt quiere despedirse de los Juegos con otros tres y seguir aumentando su leyenda, su frase más repetida en vísperas de las grandes ocasiones.

Tiene un objetivo complicado: repetir ese triplete que inauguró en Beijing'2008, entonces con triple récord, y prosiguió en Londres'2012, tres años después de mejorar sus plusmarcas en el Mundial de Berlín'2009 para dejarlas en 9.58 en los 100 metros y 19.19 en los 200. Desde entonces no ha logrado acercarse a esos récords prodigiosos, aunque la idea de mejorar el del doble hectómetro siempre ha estado en sus comentarios, incluso estos días. El gigante de Trelawny se ha lesionado mucho y ha competido poco. Esa ha sido la realidad de sus últimas temporadas. También de esta, después de resentirse en sus campeonatos nacionales y dejar el 200 para el mitin de Londres, donde ganó el mes pasado en el único que ha corrido en 2016.

Es cierto que cada vez llega más justo a las grandes citas, pero termina haciendo el arquero, su gesto de celebración favorito. Sus adversarios se rinden sin complejos a su superioridad, como hace un año en el Nido pekinés cuando se impuso a un crecido Justin Gatlin que esperaba suplantarle y terminó sentado sonriente junto a él, mientras el mito se recuperaba del esfuerzo.

Esa imagen fue un aviso de que Bolt no recupera como antes. Lo sabe Gatlin, también Bromell e incluso su compatriota Yohan Blake. Lo sabe sobre todo su entrenador Glen Mills, que le recuerda eso de «cuanto más viejo más trabajo».

El 21, día de la clausura de los Juegos, cumplirá 30 años. Para entonces sabremos si ha vuelto a hacerlo –los 100 arrancan mañana, los 200 el martes y la final del relevo es el sábado 20– pero seguirá siendo el principal foco de atención no solo de los aficionados sino el más solicitado por otros deportistas. Es el selfie más buscado. No es de extrañar que evitara la inauguración.

Las balas femeninas a escena

En los últimos ciclos olímpicos la velocidad ha sido jamaicana y Shelly-Ann Fraser-Pryce intentará que siga siéndolo. La triple campeona mundial de 100 metros busca desde hoy en las series su propio triple en el hectómetro olímpico, que completará con el relevo. Oro en Beijing y Londres, ninguna mujer ha ganado tres veces la prueba reina.

La abanderada en la ceremonia de inauguración tampoco ha estado pletórica esta temporada. Una lesión en el dedo gordo del pie derecho le complicó la preparación. Llega con la octava mejor marca que deberá mejorar para superar en el palmarés a Gail Devers y Wyomia Tyus, con las que empata a dos títulos. Tendrá la rivalidad de su compatriota Elaine Thompson y tratarán de impedirlo las estadounidenses y la holandesa Dafne Schippers, quien tras sus éxitos europeos y mundiales pretende subir otro escalón.

Hay vida tras las balas humanas y se va a poder comprobar desde hoy en el 10.000 femenino, territorio africano o de originarias del continente negro.

La etíope Tirunesh Dibaba tiene la oportunidad de convertirse en la primera atleta femenina que suma tres oros en el certamen de los aros. Para eso debe ganar el 10.000 (16.10) en su retorno a los Juegos tras la maternidad. Sus compatriotas Almaz Ayana y Gelete Burka cuentan este año con mejor marca que Tirunesh, cuya hermana Genzebe afrontará las series del 1.500 a la 1.30 de la madrugada.

En la misma situación está la neozelandesa Valerie Adams, que tiene la clasificación de peso desde las 15.05 y la final a las 3, para lanzar por su tercer oro.

En la jornada inaugural además se espera a las chicas del heptatlón: la campeona Ennis-Hill ante la líder Theisen-Eaton; los 20 kms marcha que miran a China y a David Rudisha, el ochocentista keniata autor del único récord en Londres’2012.

Un aperitivo para entrar en calor y no perderse a la sudafricana Caster Semenya en el 800; ni a Lavillenie, que defiende el título en pértiga un mes después de que tres nulos le privaran de su octavo oro europeo. Sin olvidar el duelo del triple entre Caterine Ibarguen y Yulimar Rojas y muchas más cosas.

 

La participación vasca en Río dobla la de Londres

Cuatro atletas procedentes de Euskal Herria han llegado al Estadio Olímpico. El vallista Sergio Fernández, las fondistas Trihas Gebre y Estela Navascués y el lanzador Carlos Tobalina vivirán sus primeros Juegos. El número dobla los que acudieron a Londres’2012, donde recalaron el marchador Mikel Odriozola y la lanzadora de jabalina Nora Aida Bicet, nacida en Cuba y afincada en Barakaldo.

Podían haber sido más puesto que Iván Fernández consiguió la mínima para el maratón, pero la competencia fue feroz en el equipo español y el alavés se quedó como primer reserva. Justo ayer se conocía la baja de Javier Guerra por una tromboflebitis en el gemelo, lo que dejaba una plaza libre para el maratón que es el domingo 21. El pupilo de Martín Fiz puso en su twitter que se ponía a disposición de la Federación Española de Atletismo para lo que decidiese y esta optó por no sustituir al segoviano «por decisión técnica».

Mikel Odriozola, tres veces olímpico, y la pertiguista Naroa Agirre, dos, también lo intentaron hasta el final pero se quedan en casa al igual que otro saltador de pértiga, Adrián Vallés, que no logró esa mínima que en 2015 parecía cerca. Su compañero en el Pamplona Atlético Sergio Fernández se ha colado por la puerta grande. El sorprendente vallista de Barañain primero logró la marca y luego la medalla de plata en el Europeo. Se ha ganado el billete a los 400 metros vallas con creces. La tudelana Estela Navascués esta vez sí correrá el maratón. Hace dos años ganó el Campeonato de España, pero una lesión le dejó sin Europeo. Gebre, sin rival en las carreras estatales, hoy en el 10.000 tendrá hasta demasiadas. El castreño Tobalina sigue en progresión y en el círculo de peso le esperan los forzudos más habilidosos. Suerte a todos. M.S.