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«¿Había razón para secuestrarlos?»


Las madres de Plaza de Mayo celebraron ayer una nueva ronda alrededor del Obelisco, la número 2.001. Aún resuenan en la plaza las declaraciones de hace una semana del presidente argentino, Mauricio Macri, quien en una entrevista restó importancia al número total de desaparecidos, se distanció de los juicios contra los represores y llamó «desquiciada» a la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.

Sus palabras, inmediatamente contestadas por organismos de derechos humanos, se sitúan en un contexto más amplio de retroceso a la hora de abordar la dictadura y sus terribles consecuencias.

Basta con analizar las preguntas de algunas defensas de los procesados y el posicionamiento de ciertos jueces frente a las víctimas y testigos. A principios de este mes, los asistentes al juicio por el «Operativo Independencia» desarrollado en Tucumán tuvieron que escuchar cómo el presidente del Tribunal Oral Federal de esta provincia, Gabriel Casas, avalaba la pregunta de una de las defensas en el sentido de si «había razón o no para detenerlo, bah, para secuestrarlo o como se llamare a la privación de libertad».

Ante situaciones como ésta y el retraso en algunas causas judiciales, el colectivo de abogados han advertido de que acudirán a instancias internacionales para denunciar «las políticas negacionistas» del actual Gobierno y «los intentos de materializar la impunidad en connivencia con jueces y funcionarios». Reclaman que «la Memoria, Verdad y Justicia sigan siendo una política de Estado» como máxima garantía de no repetición.