OCT. 24 2016 FÚTBOL Juego y coraje se quedan sin premio sobre la campana Amaia U. LASAGABASTER REAL MADRID 2 ATHLETIC 1 El Athletic cayó en el Bernabéu. No puede calificarse de sorpresa, teniendo en cuenta los precedentes –cayó en el feudo madridista por 12ª temporada consecutiva– y, más aún, las circunstancias en las que llegaba el equipo rojiblanco, con el varapalo, tan reciente, de Genk y, sobre todo, la media docena de jugadores forzados a seguir el partido por televisión, que forzó a Ernesto Valverde a presentar una alineación inédita y repleta de futbolistas con muy pocos minutos en las piernas. Nada más lejos, sin embargo, de un trámite, de la enésima repetición de una triste historia, que lo sucedido anoche en Madrid. Porque el Real Madrid ganó, sí, pero no pudo certificarlo hasta el minuto 83, ni disfrutarlo hasta que Iglesias Villanueva decretó el final del partido. Porque se encontró con un Athletic que, con coraje, pero también con juego, no renunció en ningún momento a regresar a casa con un buen resultado. Ni cuando muchos se persignaban al ver el gol de Benzema nada más arrancar el partido, temiéndose una paliza considerable, ni en la segunda parte, cuando el Real Madrid se adueñó del balón para poner cerco a la portería de Iraizoz; incluso entonces, aunque con mayores dificultades, trataron los vizcainos de soltar otro zarpazo que les permitiera asaltar el Bernabéu. Pero en ese juego de aciertos y errores que es el fútbol, el reparto ni fue equitativo. Le faltó puntería al Athletic para materializar alguna más de sus ocasiones –sobre todo a Williams, que tuvo el empate en sus botas en el 87, apenas cuatro minutos después del gol del triunfo local– y además cometió un error considerable, que posibilitó a su rival adelantarse en el marcador. Tampoco estuvo especialmente fino ante la portería, donde además se encontró con un entonado Gorka Iraizoz, el Real Madrid, que sobre todo en el segundo tiempo acumuló ocasiones. Pero sí tuvo el acierto suficiente para marcar los dos tantos que acabaron dándole el triunfo. Revolución forzosa Hay, con todo, formas de perder. Y el Athletic eligió la mejor, la que le permitió salir con la cabeza alta del Bernabéu. Al que había entrado acompañado por un gigantesto signo de interrogación. Por la carga que traía y, sobre todo, por la pequeña revolución que se vio forzado a organizar Ernesto Valverde en su alineación. Cinco cambios respecto al derbi, media docena respecto a Genk, con la entrada en el once de un puñado de futbolistas que apenas se habían vestido de corto esta temporada. Junto a Lekue, más rodado entraban de inicio Rico, Saborit –primera titularidad del curso para ambos–, Eraso, Etxeita –segunda– y Sabin Merino, que acumulaba poco más de cien minutos en los dos meses precedentes. Dispuestos en un 4-4-2 que dejaba a Williams y Merino en las bandas y Eraso y Raúl García como principales referencias ofensivas, aunque los movimientos entre ellos fueron constantes. Pero si renovó su imagen, el Athletic se mantuvo fiel a su estilo. Presionando arriba, con valentía e intentando jugar el balón. Y no tardó en convencerse de su acierto porque las dos primeras llegadas al área fueron suyas. Lamentablemente, tampoco tardó demasiado en recebir un derechazo. Siete minutos, concretamente. Fue Isco el que aprovechó un error de Saborit para asistir a Benzema el 1-0. Quedó noqueado el Athletic aunque, afortunadamente, tampoco esa fase duró demasiado. Lekue empezó a hacer daño por banda, Eraso y Merino tiraron de descaro y el Real Madrid empezó a sufrir tanto como lo había hecho su rival hasta entonces. Y tampoco se libró de encajar. De nuevo con una subida de Lekue por banda, el control de Eraso en el área y el remarte final de Sabin Merino para restablecer el empate. Un nuevo escenario que deparó una bonita recta final del primer tiempo, con los dos equipos buscando el gol y el Real Madrid muy lejos de verse superior, como confirmó la pitada con la que le despidió su público camino de vestuarios. Cambió el partido tras el descanso. El equipo madrileño metió una marcha más y su rival empezó a recular. Más aún cuando el transcurso de los minutos le fue echando en las espaldas el desgaste acumulado de la semana, unido al realizado en el primer tiempo. No desdeñó la posibilidad de moder a la contra, pero sus ataques fueron esporádicos frente a la ofensiva merengue, que convirtió a Iraizoz en uno de los futbolistas con más minutos de televisión de la noche. Cuando parecía que el esfuerzo iba a merecer la pena, el Real Madrid volvió a acertar, esta vez con Morata, y dejó sin premio a un buen Athletic. «Tocados» por el resultado, «contentos» con el partido Ernesto Valverde reconoció haberse llevado un chasco con el gol postrero del Real Madrid, tras el buen partido del Athletic que, a su parecer, mereció regresar a casa con un resultado positivo. «Estamos tocados por el resultado pero contentos con el partido que hemos hecho», resumió. «Siempre es duro perder, sobre todo cuando ves que has trabajado duro para poder llevarte alto de un sitio tan difícil para todos –insistió–. Me cuesta admitir que hayamos merecido la derrota, creo que no la hemos merecido. Es verdad que según iba avanzando el partido hemos ido acusando el desgaste de la semana y el esfuerzo que te obliga a realizar el Real Madrid, y quizá hemos dado un paso atrás. Pero hemos tenido opciones de adelantarnos, incluso de empatar al final. Sin embargo sabemos que elos tienen una gran pegada y en cualquier momento te pueden hacer un gol». Valverde, por otro lado, no se sorprendió por la respuesta de su equipo, pese al aluvión de cambios. «Veníamos de una situación difícil, con muchos jugadores de baja e incluso alguno que ha entrado, como Beñat, para completar la convocatoria pero sin perspectivas de jugar. Pero teníamos esperanzas porque tenemos jugadores que corren, que son solidarios, que trabajan y sabíamos que íbamos a tener opciones», afirmó. GARA