Imanol Intziarte
Periodista
IKUSMIRA

Esa pugna entre la cabeza y el corazón

Llevamos a orillas del Urumea años con la burra a brincos. La burra es el estadio de Anoeta, y los brincos su reforma y la del miniestadio adyacente. Que el invento tiene una tara de nacimiento no se discute. El combo fútbol-atletismo ha sido un fracaso. Al final, ni lo uno ni lo otro.

El proyecto pasa por remozar el estadio para eliminar las pistas y ampliar los fondos para ofrecer más localidades menos caras (me resisto a escribir “baratas”). Al mismo tiempo se renovaría el miniestadio, para que pudiera acoger competiciones de atletismo.

La Real pagaría la parte del león, lo que no deja de ser bastante excepcional. Pero existe oposición, que alega, grosso modo, que desde el ámbito público no se puede beneficiar a una entidad privada determinada.

Es aquí donde entran en conflicto el corazón y la cabeza. Esta última nos dice que los trámites han de ajustarse a lo estipulado y que si se frena el proceso es porque hay quien no ha hecho bien sus deberes. Por ello, la cabeza agradece que alguien permanezca vigilante.

Pero también nos recuerda que, aunque traten de ignorarlo, el fútbol es un importante motor, económico y de cohesión social. Y que sin la Real, ese gigante de hormigón es una cáscara vacía.

El corazón nos hace soñar. Mejor visión, más recursos. Y, no nos engañemos, nos ruega que si hace falta miremos un poco hacia otro lado mientras nos susurra sobre agravios comparativos.

La cuestión es si se puede satisfacer a la cabeza y al corazón. Quiero pensar que sí.