César Manzanos
Doctor en Sociología
JO PUNTUA

Víctimas de mierda

Un científico vasco, especialista en micro-biología, que trabaja en programas de investigación para Arabia Saudí, me explicaba cómo funciona el mundo con la metáfora sobre la evolución de los conejos. Cuando tienen mucha hierba se reproducen, hasta que llega un momento en el que son tantos que ésta escasea y entonces llega el hambre, aparecen los conflictos, las pandemias y la población de cobayas se reduce de un modo drástico hasta que, de nuevo, brota el pasto y se vuelve a repetir el ciclo biológico.

Sea así o no, lo cierto es que el pre, el post, y el capitalismo actual han venido demostrando que se fundamentan en gran medida en ésta trágica metáfora. Con un indiscutible matiz: el animal humano, destaca por su carácter depredador y auto-devorador, de tal modo que unos pocos, cada vez menos, arramplan con todo el forraje, mientras que la gran mayoría se dedica a cultivarlo sin apenas probar bocado, e incluso una cada vez mayor cantidad de ellos, agonizan por no tener el privilegio de poder cultivar, y mueren de hambre.

La única salida que contempla el capitalismo y sus estados para combatir la crisis ecológica y social derivada del crecimiento económico desigual, no es solamente seguir incrementando la precarización del trabajo y su automatización, o reproducir la servidumbre voluntaria relacionada con los trabajos reproductivos de la mano de obra. La única salida contemplada por las élites, y ya en marcha a la luz de los hechos, es el genocidio global programado. Parece que la obsesiva y delirante perpetuación de la barbarie pasa por la intensificación de las políticas de guerra permanente destinadas a exterminar a las víctimas de mierda. ¿Qué quiénes son? En resume la mayoría de la humanidad: quienes ni le son productivas, o sea, explotables, quienes consumen recursos energéticos y materiales para subsistir sin aportar beneficios, quienes no sirven para legitimar su proyecto hegemónico y, sobre todo, esa escoria de disidentes políticos que cuestionan la propiedad privada y que, como excrementos que son, se cagan en su Patria y en su Rey. A esas víctimas no se les rinde homenaje, ni se les recordará mañana, día de los Santos Inocentes.