Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR

Una experiencia con claroscuros

De los tres jugadores cedidos por el Eibar, solo Calavera tiene plaza fija en el once. Elgezabal juega con asiduidad y Pere Milla no tiene sitio en el UCAM.

Sin un segundo equipo en categoría profesional, el Eibar tiene que recurrir a la fórmula de la cesión, bien para foguear jugadores a los que el salto desde Tercera les resulta excesivo, bien para dar minutos a futbolistas que, por diferentes motivos, no tienen sitio en el primer equipo pero cuentan con la confianza del club armero para un futuro cercano. Fidelizados los primeros, cedidos los segundos, tal y como los cataloga la Dirección deportiva, su experiencia es de lo mas heterogénea.

En líneas generales, y tal y como reconoció recientemente Fran Garagarza, no está resultando especialmente positiva la de los fidelizados –una decena de futbolistas repartidos entre Segunda B y Tercera–. Y se queda en agridulce la de los tres jugadores cedidos en equipos de Segunda, entre los que solo Jordi Calavera se ha hecho con plaza fija en el once del Lugo, frente a la mayor irregularidad de Unai Elgezabal y la escasa participación de Pere Milla en el UCAM.

Escasa, por no decir nula. De hecho, el delantero catalán, máximo goleador de la UD Logroñés –y segundo del grupo II de Segunda B– la pasada temporada, busca nuevo destino. Al menos no parecen faltarle pretendientes, aunque debería volver a bajar un escalón. Racing, Cartagena, Real Unión y, por supuesto, su exequipo la UD Logroñés, ya se han interesado por la cesión del futbolista, que en estos cuatro meses en Murcia apenas ha acumulado 331 minutos de competición, repartidos en siete partidos (tres de ellos como titular) de Liga y Copa.

El infortunio de Elgezabal

Mejor es el bagaje de Unai Elgezabal, aunque no acaba de colgarse la etiqueta de indiscutible en el Alcorcón de Julio Velázquez. Con una trayectoria un tanto guadianesca, el central vizcaino –con contrato con el Eibar hasta 2019– llegó a desaparecer hasta de las convocatorias para regresar con fuerza en la recta final del año, acumulando titularidades en Liga y Copa. Hasta que se le cruzó el infortunio: el pasado 11 de diciembre se fracturaba la nariz en el partido ante el Girona. En total, ha disputado 935 minutos, repartidos en diez partidos de Liga (ocho como titular) y tres de Copa.

El que más provecho está sacando a su cesión es, sin ninguna duda, Jordi Calavera. En un Lugo que suspira por el ascenso, el joven lateral catalán (21 años) lo está jugando todo. Inamovible del once de Luis César Sampedro, ya sea en Liga o Copa, desde el primer día, solo se ha perdido un partido. Y fue por sanción. En el Eibar, con el que le restan otros dos años de contrato, ya le esperan para el próximo uno de julio.