Llegó enero, terminó la criba. La NFL afronta sus play offs, 12 de los 32 contendientes iniciales siguen vivos en la carrera hacia una Super Bowl que se disputará en Houston el 5 de febrero.

Los dos mejores de cada conferencia están exentos de jugar la primera ronda (Wild Card). La Conferencia Americana (AFC) ha terminado liderada, una vez más, por los eternos New England Patriots, con 14 victorias y 2 derrotas. La dupla Belichick-Brady domina con mano de hierro, el primero desde la banda y el segundo desde la posición de quaterback.

Ni los cuatro partidos que Brady no pudo jugar al inicio por una sanción, ni la ausencia por lesión de su otra gran estrella ofensiva, Rob Gronkowski, han supuesto un contratiempo para quienes llevan más de década y media sin bajarse del carro. Décimo cuarto título de la AFC Este en lo que va de siglo, solo fallaron en 2002 y 2008.

En la Conferencia Nacional (NFC), Dallas venía de firmar un pobre 4-12. Tras el draft, con la cuarta elección, les llovieron los palos por no reforzar la defensa y elegir a un jugador ofensivo, Zeke Elliot. El puesto de running back estaba bien cubierto y se decía que la línea ofensiva (OL) es tan buena que podría abrir huecos a cualquiera.

El veterano quaterback Tony Romo, que ya se perdió casi toda la campaña anterior, se lesionó en una vértebra en pretemporada. Los Cowboys se presentaron en su primer partido con un tal Dak Prescott, elegido en 4ª ronda. Un par de novatos llevando el peso del ataque.

En aquel estreno cayeron ante los Giants. Los dos jóvenes mantuvieron el tipo, pero la defensa fue mantequilla. «Se veía venir», dijeron muchos analistas.

Lo que nadie vaticinó es que luego vendrían once victorias seguidas para un balance final de 13-3, que Prescott ganaría galones hasta hacer imposible la titularidad de Romo y que Elliot sumaría casi 2.000 yardas y 16 touch downs. A ellos se suma un variado cuerpo de receptores (Beasley, Witten, Dez Bryant…) y una defensa que ha terminado siendo la quinta que menos puntos encaja.

La segunda plaza en la AFC ha sido para Kansas City Chiefs, un conjunto sólido y equilibrado que suma victorias pese a no destacar en las estadísticas. Funciona la conexión entre el QB Alex Smith y el tight end Travis Kelce, y este año han añadido la explosividad de Tyreek Hill, polifacético atacante que les salió barato en el draft (5ª ronda) porque nadie lo quería debido a sus antecedentes por un caso de violencia machista.

El segundo de la NFC ha sido Atlanta Falcons, el ataque más explosivo con un promedio de 33,8 puntos por encuentro. Al frente de las operaciones está Matt Ryan, segundo en yardas de pase (4.944) y en asistencias de touch down (38). El receptor Julio Jones y el corredor Devonta Freeman son sus principales armas.

Problemas con los quaterbacks

Los rivales de Patriots y Chiefs saldrán de los encuentros Houston-Oakland y Pittsburgh-Miami. Los dos primeros abren el fuego mañana a las 22.35, hora de Euskal Herria. Houston, que venía siendo una de las mejores defensas, tiró la casa por la ventana para reforzar su ataque con el quaterback Brock Osweiler, al que le pusieron sobre la mesa un contrato de 4 años y 72 millones de dólares.

La apuesta ha resultado fallida. Osweiler se fue al banquillo en la jornada 15, pero volverá a la titularidad por lesión de su suplente. El punto fuerte de los Texans sigue siendo una defensa infranqueable a pesar de la lesión de su líder J.J. Watt.

Visto el cómputo total de la temporada, el papel de favorito recaería en Oakland. El problema de los Raiders, que no entraban en play offs desde 2002, es que el quaterback Dereck Carr se rompió el peroné en la penúltima jornada. Con Connor Cook a los mandos parece más complicado que brillen los receptores Michael Cabtree y Amari Cooper, y las esperanzas pasan por los huecos que abra su excelente línea ofensiva para las carreras de Latavius Murray.

Pittsburgh Steelers y Miami Dolphins jugarán el domingo a las 19.05. Los Señores del Acero son uno de esos equipos que sobreviven en el arranque de la temporada y toman velocidad de crucero cuando llegan los meses calientes. A mediados de noviembre tenían un balance de 4-5, luego ganaron sus siete últimos encuentros. Su tridente de ataque lo forman el quaterback Ben Roethlisberger, el corredor LeVeon Bell y el receptor Antonio Brown.

Miami ha superado las expectativas en el primer año de Adam Gase como técnico principal, el más joven de la NFL con 38 años. Su quaterback, Ryan Tannehill, es baja por lesión. El running back inglés Jay Ajayi y el receptor Jarvis Landry son sus referencias ofensivas.

Sólidos anfitriones

En la NFC, Seattle y Detroit se enfrentarán en la madrugada del sábado al domingo (2.15). Los Seahawks son muy sólidos en casa, donde solo han perdido un partido. Su gran fortaleza es la defensa, a pesar de que ya no es la temida Legion of Boom, menos con la baja de Earl Thomas. En ataque Russell Willson es un excelente quaterback, pero sufre por la escasa protección de su línea ofensiva.

Detroit Lions perdió a última hora y en su feudo el título de división. Vienen de tres derrotas seguidas. Al inicio del curso generaban dudas debido a la retirada de su estrella Calvin Johnson, pero Matthew Stafford ha sabido conectar con su abanico de receptores, encabezado por Golden Tate y Marvin Jones.

Green Bay y New York Giants cerrarán el fin de semana, el domingo en el gélido Lambeau Field (22.40). Igual que Pittsburgh, los Packers llegan de menos a más, con seis victorias para voltear un balance de 4-6. Los problemas en el ataque terrestre no les han impedido ser una de las mejores ofensivas gracias al genial quaterback Aaron Rodgers: 40 pases de touch down, 26 de ellos a Jordy Nelson (14) y Davante Adams (12).

Enfrente tendrán a la segunda defensa que menos puntos encaja, 17,8 por partido. Los Giants pueden presumir de ser la kriptonita de los Cowboys, a quienes han ganado dos veces. En ataque todo dependerá del día que tenga el irregular Eli Manning. Si está inspirado, su conexión con las mágicas manos del receptor Odell Beckham será decisiva para pasar de ronda.