Amaia Txurruka y Matilde Iturralde
Médicas de Atención Primaria y delegadas del sindicato LAB
KOLABORAZIOA

Un año de Osi-Araba: el desahucio de la asistencia primaria

Se cumple un año desde que el Consejo de Administración del Ente Público Servicio Vasco de Salud-Osakidetza diera el visto bueno a la reorganización de la provisión de servicios sanitarios en el territorio histórico de Araba, es decir, nos imponen la Osi-Araba y Osi-Errioxa (organizaciones de servicios integradas).

Como es habitual la dirección de Osakidetza decide unilateralmente hacer toda una serie de cambios organizativos sin contar con las y los profesionales y sin consultar, e informando de hechos consumados a la parte social. El objetivo teórico es integrar la atención primaria y la especializada en una sola organización de servicios, pero la realidad es otra. Porque después de este año parece ser que la atención primaria está siendo fagocitada por la hospitalaria. Estamos asistiendo a una saturación de las consultas, con listas de espera de hasta una semana. Profesionales, sobre todo médicos y médicas de familia y pediatras, sobresaturados por el interminable número de pacientes que les toca asistir a diario, sin sustituciones ni descansos. Como consecuencia: saturación de las urgencias hospitalarias y de los PACs. Y no faltan médicos, hay médicos con contratos en precario de porcentajes de jornada y de días sueltos; primándose continuamente por parte de Osakidetza la contratación hospitalaria… Y sí, faltan pediatras, pero desde hace años, pregunten por qué no hay posibilidad de estudiar pediatría al Ministerio de Universidades del Estado Español.

Además parece que tienen la intención de hacer desaparecer los PACs de Olagibel y San Martín (ya intentaron quitar Radiología en Olagibel), ubicándolos en las urgencias de los hospitales, así como reducir los servicios de Pediatría, que se limitarían a 4 centros de salud. Esto supondrá sin duda una disminución en la ya ajustada plantilla de los PACs, y una limitación de la accesibilidad en la asistencia pediátrica.

Ya estamos acostumbradas a estas maniobras, pero cuando los y las perjudicadas son, aparte de las profesionales, la población que atendemos, es especialmente grave. No podemos ni debemos olvidar que la atención primaria es la puerta de entrada a los servicios sanitarios, que es donde se tendrían que destinar más recursos para una asistencia basada en la prevención y la educación, pero parece que Lakua ha optado por mercantilizar la salud, medicalización versus prevención, hospitalización-urgencias versus atención primaria, o lo que es lo mismo, dinero y contratos para farmacéuticas, biotecnología y medicina privada versus democratización de la salud.

Hoy en día contamos con una tasa de eventualidad altísima, hasta de un 40%, una plantilla envejecida, cargas de trabajo que aumentan día a día, ausencias sin las sustituciones que debieran, no se respetan los derechos lingüísticos de la ciudadanía, en definitiva, estamos en un proceso de desprestigio de la asistencia primaria publica que igual no es más que una estrategia para abrir la puerta definitivamente a la sanidad privada, cosa que puede ir en camino con las unidades de gestión clínica, siguiente paso en la gestión privada y mercantilista con la que amenaza Osakidetza.

Y la Salud no se vende, señores, la salud es un bien preciado que hay que proteger y defender.