Arnaitz GORRITI
RETIRADA DE PABLO PRIGIONI

«Siento que me he quitado un peso de encima»

«No voy a hacer las cosas al 50%. O estoy al 100% para competir, o no lo hago», reconocía el ya exjugador.

Sereno, sonriente, «después de que este asunto me hubiera estado trastornando, hoy me desperté contento, en paz, como si me hubiera quitado un peso de encima», Pablo Prigioni se presentaba como exjugador de baloncesto. Después de dos semanas «sufriendo» al no lograr verse con el hambre que requiere un club como Saski Baskonia, el de Río Tercero decidía que se acabó. Y con esa conciencia tranquila discurrió su despedida, acompañado por un Josean Kerejeta afectuoso.

«Esta decisión no ha sido de un día para otro. Después de quedar libre de Houston, no veía otra posibilidad que la de jugar aquí, porque mejor no me iba a sentir en ningún otro lado. Lo he intentado, pero la cabeza ya no está; el ‘combo’ de la cabeza con el cuerpo no quería saber más nada de esto», explicó el ya exjugador argentino.

«Como nunca me había pasado, me encontraba mentalmente frágil y me ha llevado a tomar esta decisión con el 100% de convencimiento. Lo tenía claro desde hace un par de semanas. Lo he seguido intentando, pero no estoy disfrutando de lo que estoy haciendo, y si uno no disfruta de lo que hace, no tenía ninguna razón para seguir forzando esto», aseguraba.

Sentimiento, respeto y halagos

«La camiseta del Baskonia es, con diferencia, la que más he sentido, junto con la de mi selección», dijo, subrayando que volver a Gasteiz fue la única forma que halló de seguir jugando.

«Le estaré eternamente agradecido a Josean, a la ciudad, a la institución... por cómo me han tratado cada vez que he venido aquí. Tengo un vínculo muy grande. Pero lo que me ha identificado este club ha sido increíble, y me ha brindado la posibilidad de volver a jugar unos últimos partidos. Dejar de jugar vistiendo esta camiseta significa muchísimo para mí», acabó, amén de remachar diciendo que «ya no me siento con el hambre para ir a buscar el estado de forma que me haga competitivo. No voy a hacer las cosas al 50% o al 60%; o estoy al 100% para competir, o no lo hago, porque le haría daño al equipo y al club, y no quiero llegar a ese punto. Por eso no se lo comenté a nadie, porque todos hubieran querido hacerme cambiar de opinión, pero ya no tenía vuelta atrás», resumió.

Prigioni valoró el «respeto» con el que compañeros, clubes, rivales, aficionados... recibieron su adiós. Asimismo, valoró «el último año con Julio Lamas en Alicante» y «mi primera etapa en Vitoria, con Dusko, donde me recibí como jugador» como «mis mejores años». «La NBA fue un regalo del Cielo», añadió. Para el futuro, prefirió quedarse «con la cabeza en blanco. Veré qué camino tomo».

Josean Kerejeta reconoció haber conversado sobre ello en Nochebuena con Prigioni. «Creía haberlo convencido. Pero ha sido honrado con el club y ahora termina su carrera como jugador», dijo al tiempo de remachar diciendo que «estoy seguro de que, de un modo u otro seguiremos trabajando juntos».