Quo vadis, Podemos?
H ace tiempo que algunos partidos inventaron una peculiar manera de estar sin estar. Asistir a eventos «a título personal» lo llaman, que es un subterfugio enrevesado de estar de cuerpo presente y espíritu ausente. O viceversa. Como poner los huevos en dos cestos pero sin romper ninguno para hacer la tortilla.
Podemos, por ejemplo, no respalda la manifestación de Sare; sin embargo, su secretaria general en la CAV sí asistirá, a pesar de considerar que «todavía no se dan las condiciones» como para animar a sus partidarios a hacerlo, aunque deja la puerta abierta para que lo hagan. ¿Entienden?
La formación morada ha expresado en un comunicado su sintonía con las razones de la convocatoria, para añadir, por primera vez y casualmente en vísperas, la inédita condición del «arrepentimiento», no sabemos si a modo de disuasión, de peaje, como excusa de mal pagador o para no perder la venia de sus señorías.
Por si fuera poco el enredo, la propia Alba asegura que acudirá a Bilbo, pues «comparto mucho y también echo cosas en falta, como el reconocimiento del daño». Será desmemoria o falta de lectura, pero ese reconocimiento está en papel impreso desde antes incluso de que naciera su partido: Acuerdo de Gernika sobre víctimas, con adhesión ya de EPPK (17-12-2011); Izquierda Abertzale, "Vientos de solución" (26-2-2012); ETA (19-2-2013); y EPPK (28-12-2013).
Sin duda, miles de seguidores de Podemos caminarán por las calles de Bilbo para reclamar el fin de la dispersión; con convicción y por encima de siglas, aunque huérfanos de una dirección que estará sin estar. Ni ausente ni presente. Evanescente.