José Angel Aramendi valoraba de forma muy positiva el respaldo plural a la cita de Bilbo porque, en su opinión, los derechos humanos y su vulneración repercuten en la sociedad en su conjunto. «Otra cosa es querer verlo o no, y qué compromisos se adoptan», agregaba.

Acompañado por Sonia Polo y el portavoz de Etxerat Urtzi Errazkin, todos coincidían en señalar que la sociedad camina un paso por delante de los partidos políticos, porque solo EH Bildu había mostrado su adhesión como formación.

Preguntados sobre la postura adoptada por Podemos-Ahal Dugu, que adujo que «no se dan las condiciones» para hacerlo, estos familiares mostraban su «enorme sorpresa». «Con la vulneración de derechos humanos que se está produciendo, no entiendo qué condiciones son a las que se aluden», indicaba Errazkin, incidiendo en que estos derechos «son universales y no están ligados a contrapartidas».

«Les hace falta una reflexión añadida», opinaba Aramendi, apuntando que quizá los familiares «no hayamos reivindicado con suficiente énfasis que nosotros también somos víctimas». «Les pediría que fueran valientes, reflexionaran de forma profunda y se dieran cuenta de que personas de su pueblo, de su barrio, están sufriendo situaciones terribles por determinadas decisiones políticas. Deberían tomar conciencia y poner medios para remediarlo».

Al otro lado del teléfono, Gentzane Callejo, tía de Jagoba Codó, preso gravemente enfermo al que se ha negado incluso el acceso a segundo grado con peregrinos argumentos, corroboraba mientras el apoyo que acaban de recibir en Bruselas, e insistía en que «necesitamos ayuda de absolutamente todos los estamentos».