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OSASUNA

Oportunidad perdida para comenzar la remontada

Los rojillos se pusieron por delante al cuarto de hora con un gran gol de Oriol Riera, no supieron contener laavalancha del Granada al inicio de la segunda parte y fallaron el 1-2 en el último tramo, con superioridad.


GRANADA 1

OSASUNA 1

Osasuna sigue sin perder en la etapa Vasiljevic, pero eso no le da para abandonar un farolillo rojo en el que permanecerá una semana más, después de rozar con los dedos la victoria en Los Cármenes –hubiera sido la segunda liguera de la temporada–, pero que dejó escapar en una segunda parte en la que se metió demasiado atrás y falló cuando el Granada se quedó en inferioridad numérica.

La escuadra navarra sigue ofreciendo sensaciones bien diferentes a las de no hace mucho, pero no es suficiente para ganar. Ayer desaprovechó una ocasión inmejorable para haber asestado un golpe mortal a un adversario directo y firmar un triunfo que hubiese supuesto un punto de inflexión para haber creído en el milagro de la permanencia. No lo logró ni cuando pudo sentenciar con el 0-1 en el electrónico, ni cuando se manejó con uno más en el último cuarto de hora de envite.

Al menos, y a diferencia de anteriores choques, los rojillos sí que salieron muy metidos en Los Cármenes, dispuestos a intimidar desde el primer momento a un Granada con el que su parroquia ahora mismo no tiene un especial feeling. Una positiva actitud que permitió ver a una escuadra navarra con las ideas muy claras, dispuesta a morder al adversario, peleando por cada balón como si fuese el último y, sobre todo, no complicándose la vida en defensa, con muchos despejes sin contemplaciones.

La predisposición, además, dio sus frutos casi de manera inmediata. En encuentros de estas características, golpear en la primera ocasión clara de que se dispone resulta un factor que puede llegar a ser determinante para el resultado final. Y Osasuna lo consiguió a través de un Oriol Riera atinado.

Zapatazo de Oriol Riera

Sin haberse cumplido el primer cuarto de hora, los visitantes se pusieron por delante en el luminoso y le daban, de paso, un palo moral al Granada. Una arrancada desde la derecha de Berenguer arrastró a parte de la línea zaguera andaluza y dio lugar a la combinación con el delantero catalán, quien aprovechó el hueco dejado para controlar el esférico y sacarse un extraordinario zapatazo que hizo inútil la estirada del cancerbero local.

Los de Vasiljevic habían logrado uno de los objetivos marcados antes del choque: anotar primero. Una ventaja que les podía permitir manejarse con mayor serenidad y jugar, de paso, con los nervios del contrincante para rematarle, algo que no sucedió y que, más tarde, acabarían pagándolo.

Con un noqueado Granada, llegó una de las jugadas claves que pudo decantar el partido y que los rojillos se trajesen los tres puntos a Iruñea. Una falta lateral botada por Roberto Torres de manera muy precisa encontró un estupendo cabezazo del ayer entonado Oriol Riera que se coló por la escuadra, pero el árbitro anuló a instancias de su ayudante la jugada por un supuesto fuera de juego que las imágenes televisivas demostraron no ser así, aunque con el beneplácito para el trencilla de ser muy ajustado.

Osasuna tenía controlado el encuentro después de una de las mejores primeras partes del año y estaba obligado a mantener el mismo nivel tras el paso por vestuarios para no complicarse la vida. Sin embargo, los anfitriones, sin nada que perder ante una hinchada de uñas, se volcaron en la meta de Mario con más ímpetu que criterio. Pero ello les sirvió, porque el conjunto navarro cedió más metros de los debidos y dejó de tener salida de balón, incluso con envíos directos a los delanteros.

Aun y todo, y por partida doble, Berenguer, que comienza a ser el futbolista que se espera de él, tuvo en sus botas la opción de finiquitar el partido, pero no tuvo la puntería necesaria. El choque se fue embalando en una y otra portería, una dinámica que no convenía a los intereses rojillos y, de tanto ir el cántaro a la fuente, aunque a la tercera –hubo antes un palo y una parada de Mario–, el Granada empató con un Kravets ligeramente ubicado en posición antirreglamentaria.

Punto de mira desviado

El 1-1 hizo temerse lo peor, pero los de Vasiljevic consiguieron sujetar el desbocado caballo andaluz, mientras el juego se hacía cada vez más trabado y las amarillas comenzaron a aflorar del bolsillo de Trujillo Suárez. En esos instantes, el choque podía caer de cualquier lado, debido a que ambas escuadras empezaban a acusar el cansancio y el mínimo detalle podía resultar fatal. No se movió finalmente el marcador, pero el devenir del choque le dio una nueva oportunidad a Osasuna.

A falta de un cuarto de hora para el final, un infantil Agbo agredía sin balón a un Sergio León que volvió a estar muy poco acertado en el remate. Con buen criterio, la superioridad animó al técnico serbio a realizar un par de cambios para irse a por los tres puntos. Unas buenas intenciones a las que no acompañaron los recién entrados en el campo –Fran Mérida y Jaime–, que se preocuparon más por su lucimiento personal que por colaborar con sus compañeros a lograr el 1-2.

Pese a que ambos pecaron de individualismo en algunos lances en los que, de haber sido menos egoístas, se podría haber sacado un mejor rendimiento, hasta en tres oportunidades Osasuna pudo marcar su segunda diana. La escapada de Rivière –el cambio de Oriol Riera solo se pudo entender desde un posible cansancio– y su posterior chut raso encontró la buena respuesta de Ochoa, mientras que en el tiempo de descuento Sergio León tuvo dos inmejorables, pero no estuvo certero.

 

«El punto se queda corto, el equipo ha dado la cara»

Osasuna no supo cerrar un partido que se le puso muy de cara desde el principio. «Hemos venido para llevarnos los tres puntos, por eso uno solo se nos queda corto. El equipo ha dado la cara y arriesgado mucho, no nos queda otra que mirar los partidos que tenemos por delante», explicó Petar Vasiljevic.

Pese a no lograr el triunfo, el preparador rojillo volvió a elogiar a los suyos. «Me voy muy orgulloso de mis jugadores porque se han dejado todo en el campo y creo que podemos salir reforzados de esta situación», señaló con tono optimista, sabedor de que es necesario mantener en el vestuario la línea positiva que se instaló con su llegada al banquillo.

El técnico serbio dio oportunas explicaciones de los cambios que realizó. «Quería poner gente más ofensiva, con más gol y velocidad cuando el Granada se quedó con uno menos y cambiamos el esquema a un 4-4-2, pero no pudimos lograr el objetivo de marcar otro gol», apuntó resignado.

Vasiljevic, que no entró a valorar las jugadas polémicas –gol anulado a Oriol Riera y el 1-1 en fuera de juego de Kravets– porque «no tiene sentido, son errores humanos», sí que analizó uno de los déficits de su equipo. «Quizás hemos estado un poco nerviosos después de robar el balón, ahí creo que nos faltó tranquilidad», indicó. N.M.

 

Oriol Riera iguala a Sergio León con su cuarto gol

Con el gol que anotó en el minuto 12 en Los Cármenes, Oriol Riera alcanzó a Sergio León en la tabla de anotadores rojillos, ahora ambos empatados con cuatro dianas. El delantero catalán está ahora mismo especialmente entonado de cara al marco contrario, pues también marcó ante el Valencia.

 

Granada sigue siendo terreno poco abonado

Osasuna sigue sin tener suerte ni acierto cada vez que se desplaza a Granada. Solo en una ocasión ha logrado vencer en dicha ciudad y fue en un lejano 1958. Desde entonces, la escuadra rojilla solo ha cosechado cuatro empates –con el de ayer– y ha sufrido un total de seis derrotas.