Jon ORMAZABAL
Pelota

Imaz contagia su ánimo

El de Oiartzun aguantó el chaparrón de unos fallones Víctor y Albisu, y Mikel Urrutikoetxea sentenció.

URRUTIKOET.-IMAZII 22

VICTOR-ALBISU 18


A pesar de haber entrado por la puerta de atrás, Ander Imaz no está por la labor de dejarse llevar en este su debut en un campeonato de Primera, mucho menos cuando el domingo el Parejas se pasará por su Oiartzun natal. Ayer tenía una tarea complicada en Tolosa, ante el zaguero más poderoso de su empresa y con la clasificación apretando al máximo y el zaguero guipuzcoano no solo no le perdió la cara a Albisu en su, a priori, desigualado duelo, sino resistió e incluso se puede decir que contagió su ilusión a un Urrutikoetxea de menos a más para seguir con vida en el torneo, a un solo punto del cuarto que marca el corte.

Por contra, la baja de Artola por lesión se les está haciendo muy larga, eterna, a Víctor –sustituto del de Alegia– y Albisu, que volvieron a tropezar en la misma piedra y ven cómo sus opciones han ido menguando paulatinamente. En una especie de repetición de sus últimas comparecencias en el Beotibar, sus errores volvieron a convertirse en una losa imposible de franquear. Entre los dos tiraron una docena de pelotas, ocho el precipitado delantero y cuatro el zaguero, una rémora excesiva ante una pareja de rivales que apenas realizaron concesiones.

Como el ambiente en el Beotibar, el partido comenzó frío, con errores por ambos bandos. Pero eso sí, con Ander Imaz mostrando desde el comienzo que sus rivales deberían hacer algo más que estirar la pelota y tratar de que él fallara, si querían sacar el partido adelante. El dominio de Albisu en los cuadros largos no fue todo lo eficaz que se podía esperar y el marcador giró básicamente dependiendo del grado de acierto de Víctor en los cuadros alegres. El de Ezcaray alternó los grandes remates con algunos errores de bulto, fue más o menos como lanzar una moneda al aire y ver qué caía, y, con un Urrutikoetxea al que le costó entrar en el partido, las diferencias fueron mínimas en el comienzo del partido, llegando al ecuador del mismo con empate a 10 en el marcador.

Sentencia Urrutikoetxea

A partir de entonces, las tornas cambiaron por completo. Si hasta entonces Urrutikoetxea se había empleado en ayudar a su zaguero entrando de sotamano con la idea de darle cierto aire y de quitarle pelotas complicadas, contagiado quizá por la determinación y la confianza que su zaguero irradiaba, el de Zaratamo dio un paso adelante, entró también al remate, con el dos paredes como una opción recurrente y, como el ratio de acierto/error en el remate de sus oponentes seguía sin ser demasiado productivo, los colorados tomaron una renta importante en el marcador, hasta adelantarse 21-13, una vez superado un amago de crisis que Imaz tuvo, errando dos pelotas consecutivas en el 16-13.

Con el partido perdido los azules tuvieron un conato de reacción. Fue entonces el último momento en el que pudieron dar algo de continuidad a esa teoría que habían traído preparada de casa, Víctor acertó en el remate y hubo algo de emoción en el 21-18. Sin embargo, el de Ezcaray mandó al colchón inferior un intento de gancho y ahí se acabó el duelo.

Con este resultado, la clasificación se comprime aún más, con las dos parejas que jugaron ayer en lo más bajo, pero muy metidas en el lío.