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Estancada su ofensiva en Al-Bab, Turquía promete no ir más allá

El apoyo de Rusia con el que Turquía espera desatascar su ofensiva militar en el norte de Siria le ha forzado a asegurar que no irá más allá de la localidad de Al-Bab, en manos del Estado Islámico, donde las fuerzas turcas y los grupos rebeldes a los que apoyan se han estancado y están sufriendo fuertes pérdidas.


El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró ayer que Turquía «terminará su trabajo» en la ciudad de Al-Bab, al norte de Siria, precisando que después no avanzará aún más sus posiciones en el territorio sirio.

Turquía, que intenta tomar Al-Bab, en manos del Estado Islámico (ISIS) a pesar de estar sufriendo importantes pérdidas, se enfrenta al mayor desafío de su intervención militar en Siria, con un Ejército debilitado, apoyando a grupos rebeldes poco preparados y sin respaldo de EEUU.

La operación Escudo del Éufrates, que busca dar apoyo a rebeldes sirios e impedir que se consolide el territorio autónomo kurdo al norte de Siria, comenzó rápidamente y con mucho ruido a finales de agosto cuando desalojó a los yihadistas de diferentes localidades, entre ellas Jarablus, donde estaban a punto de entrar las fuerzas kurdo-árabes de las Fuerzas Democráticas Sirias.

Al menos 48 soldados turcos han muerto ya en esta operación, la mayoría en la batalla iniciada el 10 de diciembre para recuperar la ciudad de Al-Bab, según un recuento de AFP.

Las segundas Fuerzas Armadas más importantes de la OTAN deben hacer frente a esta operación en Siria con una estructura de mando debilitada por las purgas de Erdogan.

Tras el golpe de Estado fallido, unos 6.000 militares fueron detenidos, entre ellos 168 generales, casi la mitad del mando de las fuerzas. Todavía la semana pasada varios militares citados por los tribunales no pudieron comparecer ya que se encontraban en el frente, en Al-Bab.

Además, «los rebeldes con los que combate Turquía están mal entrenados y se mostraron, durante años, incapaces de conquistar o preservar territorio», explicó Aaron Stein, del centro Rafic Hariri para Medio Oriente.

Faruk Logoglu, exembajador turco en EEUU, añadió que «el objetivo anunciado es superior a lo que se puede lograr. El lodazal sirio amenaza con arrastrar aún más a Turquía» en el conflicto. Ankara lanzó su operación para tomar Al-Bab sin el apoyo de EEUU. El Pentágono lo justificó porque fue decidida de forma unilateral, si bien Turquía, que se queja regularmente de la falta de apoyo de sus aliados de la OTAN, espera ahora mayor cooperación de la nueva Administración estadounidense dirigida por Donald Trump.

«Somos dos países de la OTAN, pero con nuestro nivel de solidaridad actual no lo parece», lamentó Erdogan.

Freno a cambio de ayuda

Esto frenó su avance y llevó a Ankara a mirar hacia Moscú, aunque las dos potencias apoyen a dos partes enfrentadas en la guerra siria. Esta nueva alianza hace que, a cambio de la ayuda, Turquía deba limitar ahora su intervención en territorio sirio y evitar enfrentarse a las fuerzas de Damasco, apoyadas por Rusia.

Tras negociar el alto el fuego que entró en vigor el pasado 30 de diciembre, Turquía y Rusia intensificaron su cooperación, y el 12 de enero acordaron los mecanismos para coordinar sus bombardeos contra los «objetivos terroristas», que comenzaron seis días después en la localidad de Al-Bab.

Enfrentamientos entre peshmergas y milicias chiíes en Irak

La tensión entre las filas de las tropas que combaten contra el ISIS en la región de Nínive y su capital, Mosul, va en aumento tras un ataque de mortero realizado por la milicia chií Multitud Popular contra el Ejército kurdo peshmerga. El disparo impactó la noche del jueves en un campamento de los peshmergas en la comarca de Sinyar, a 120 kilómetros al oeste de Mosul. No causó víctimas ni pérdidas materiales, pero puso de relieve las tiranteces dentro de las filas progubernamentales y ocasionó airadas reacciones de los kurdos, que amenazaron con responder. La tensión se mantenía ayer entre los dos grupos, que estaban en alerta máxima, según fuentes militares. El portavoz de las fuerzas kurdas, Halgurd Hikmat, dijo a Efe que los peshmergas están a la espera de la postura oficial de la jefatura de Multitud Popular sobre el incidente, «que no ocurre por primera vez». Un líder de las tropas kurdas, Hashim Sitie, indicó que los autores del ataque alegaron que el disparo fue por un «error y que nunca se volverá a repetir», pero recordó que el campamento peshmerga está iluminado por la noche y se ubica en una posición conocida por las tropas chiíes. En opinión de Sitie, Multitud Popular estaba tratando de medir la capacidad de reacción de las fuerzas kurdas. También responsabilizó a milicianos yazidíes y del PKK, que han tenido tiranteces con los peshmergas en los últimos tiempos.GARA