En las reclamaciones de paternidad, si el varón se niega a hacerse la prueba de ADN se le otorga en el juzgado la misma por sospecha, no por comprobación. Se acaba de producir una situación curiosa que tiene de protagonistas a dos personajes de la televisión, el presentador Pepe Navarro y la animadora Ivonne Reyes, quien siempre ha mantenido que su hijo era del presentador. Y tras sentencia, el presentador pasa manutención al hijo de Reyes, pero ahora, por demanda de otra hija de Pepe Navarro, se está intentando revocar esa paternidad judicial debido a una prueba de ADN realizada hace unos meses en donde parece que de manera rotunda y científica, se demuestra que Navarro no es el padre biológico del niño de Reyes.

Y ahí empieza el conflicto jurídico. Quitar la paternidad otorgada judicialmente a partir de una ley muy subjetiva a la luz de unas pruebas científicas de ADN parece que comporta dificultades. Y, en cualquier caso, al ser personajes públicos, al ser utilizada esta paternidad de manera virulenta y difamatoria en varios platós de televisión, radios y revistas de papel cuché, se entra en otra dinámica de acciones y reacciones. Se puede tratar este asunto como un chisme de famosos u otorgarle el valor que tiene como señalador de ciertas imprudencias en las resoluciones provocadas por leyes, insisto, pensadas para evitar inseguridades legales y sufrimiento, pero que pueden acabar convirtiéndose en provocadoras del mismo.

Por otro lado, se está sacando todo lo relativo a la relación de Bárbara Rey con el suegro de Urdangarín, los pagos para garantizar el silencio y demás componentes de este escándalo sabido pero ocultado hasta ahora, que parece se hace oficial. Si se ha abierto la veda en este campo podemos esperar muchas sorpresas con más protagonistas televisivas.