Martxelo DÍAZ

EL CAMBIO DE LA ADMINISTRACIÓN LOCAL NAVARRA LLEGA DESDE ABAJO

La reforma de la administración local navarra es una necesidad a juicio de todo el arco político, pero no se ha podido llevar a cabo desde hace 25 años. En estos momentos, se está impulsando a través un proceso participativo organizado desde la base.

La reforma de la administración local de Nafarroa es una de las cuestiones que recurrentemente saltan a la actualidad política. Existe un consenso sobre que es necesario actualizar y racionalizar la estructura, pero al menos en los últimos 25 años no ha sido posible legislar sobre ello. La ley que regula este ámbito data de 1990 y se considera obsoleta. En la pasada legislatura, hubo dos proyectos. Uno fue impulsado por el PSN (en el periodo en el que formó parte del Gobierno de Yolanda Barcina) y el otro por UPN, con Javier Esparza como consejero de Administración Local. La legislatura terminó y ninguno de los dos proyectos pudo ver la luz.

El cambio navarro también ha llegado a los entes locales y la forma con la que se ha acometido esta reforma difiere completamente de las que se han llevado a cabo hasta ahora. En la pasada legislatura, el Gobierno navarro envió una propuesta al Parlamento, donde UPN no contaba con mayoría suficiente para poder sacarla adelante. Entonces, el papel de la FNMC (Federación Navarra de Municipios y Concejos) se limitó a decir amén al proyecto del Gobierno por parte de una ejecutiva en la que no estaban representadas todas las sensibilidades políticas. En esta ocasión, se ha puesto en marcha un proyecto participativo en el que los electos locales están pudiendo exponer sus posiciones, sus dudas y sus quejas.

En estos momentos, la FNMC está organizando reuniones de ámbito comarcal para exponer a los electos el documento que ha remitido el Gobierno. Previamente, tuvo lugar otra fase de reuniones en la que los electos plantearon sus necesidades, que fueron trasladadas al Gobierno. El objetivo de este nuevo ciclo de reuniones es expresar al Gobierno cuál es la posición de los municipios. Posteriormente, se elaborará un nuevo texto, que será enviado al Parlamento, donde finalmente se aprobará en forma de ley. En cualquier caso, lo que existe actualmente es un borrador de trabajo, abierto a las aportaciones que determinarán el sentido final de la ley. Quienes están trabajando en esta reforma prevén que el proyecto llegue al Parlamento a comienzos de 2018, donde se tendrá que aprobar un texto articulado. El proceso participativo requiere organizar numerosas reuniones, lo que resulta complejo, pero logra que el documento resultante tenga el aval de que es el reflejo de la voluntad de los municipios.

«Es obvio que hay que reformar la administración local de Navarra. Existe un consenso sobre ello. Es evidente. Ahora que todos hemos decidido que hay que reformar la administración local, hay que preguntarse para qué. Es necesaria la reforma para modernizar la administración para así poder prestar los servicios que se nos encomiendan de una manera más eficaz, dando además a la ciudadanía unos derechos que les corresponden», destaca Pablo Azcona, alcalde de Lodosa por una candidatura independiente y presidente de la FNMC.

Azcona subraya que esta reforma va más allá de modificar el mapa local, «que es donde siempre se ha puesto el foco, que es lo que más discrepancias puede provocar: dónde se ponen las líneas o si se mantienen o no los concejos». Sin rechazar la importancia de ello, el presidente de la FNMC destaca que la reforma se asienta sobre otras dos patas, que considera igual de importantes, la definición de las competencias y la financiación municipal.

Más allá del mapa local

«El proyecto de reforma que se está llevando a cabo ahora tiene dos diferencias fundamentales con los que se han planteado anteriormente. Una es que se aborda de forma transversal, reconoce que hay que reformar el mapa, pero señala que es solo una parte. Es importante delimitar de una vez las competencias, quién las tiene que ejercer y cómo. Deberíamos crear una cartera de servicios que todas las entidades locales deberían ofrecer al margen de su tipología o tamaño. Y, lógicamente, lo que no se puede obviar, y en otros intentos de reforma se ha intentado hacer, es definir cómo se financia todo esto. Hay que abordarlo todo a la vez», explica Azcona.

Junto a ello, el presidente de la FNMC valora que esta reforma «se está haciendo de abajo hacia arriba». Azcona participó en el llamado Grupo de Berriozar, que reunió en 2014 a más de 300 electos que denunciaron la falta de participación en la reforma que UPN impulsó en la pasada legislatura. Este grupo está en el origen de la candidatura a la Presidencia de la FNMC que encabezó tras las elecciones de mayo de 2015 y que se marcó como uno de sus ejes de actuación impulsar un proceso participativo de las entidades locales en la reforma que pusiera en marcha el Gobierno de Uxue Barkos. Hasta entonces, la dirección de la FNMC actuaba más como un órgano de partido y los cargos se repartían como prebendas entre UPN y PSN.

«Hacer las cosas desde abajo es más complejo, porque hay muchas voces. Pero que al Parlamento llegue un documento con el aval de los entes locales es importante. Seguramente de todo este proceso, no saldrá un blanco o un negro, sino un gris. Posteriormente, el Gobierno tendrá que interpretar ese gris. En el intento de la reforma de la legislatura anterior pedíamos precisamente que se abordase todo, porque no entraba a la financiación, y que se informase y se tomase en cuenta la opinión de las entidades locales. Pero que se tome en cuenta la opinión de quienes luego vamos a tener que aplicar esa ley es algo básico», destaca el presidente de la FNMC.

 

Claves de la reforma de la administración local navarra

La reforma de la administración local navarra se viene planteando desde hace 25 años sin que se haya podido llevar a cabo.

Participación de los electos de entes locales

A diferencia de anteriores intentos de reforma de la administración local, especialmente el impulsado por UPN en la pasada legislatura, en esta ocasión los electos municipales están participando en la elaboración de la norma. En estos momentos, la FNMC está llevando a cabo reuniones comarcales en distintos puntos de Nafarroa para que los electos den su opinión sobre el documento elaborado por el Gobierno, al que previamente, tras un ciclo de reuniones similares, enviaron aportaciones.

En la última reforma impulsada por UPN, la «aportación» de los electos se limitó a que la dirección de la FNMC, en la que no estaban representadas todas las sensibilidades políticas, diera el visto bueno a la propuesta del Gobierno.

Comarcas para ofrecer servicios a la ciudadanía

Actualmente en Nafarroa, con algo más de 600.000 habitantes, existen 65 mancomunidades en las que se agrupan los entes locales para ofrecer a los vecinos servicios como suministro de agua, tratamiento de residuos o servicios sociales. La situación es tan compleja que se dan casos de municipios que pertenecen hasta a seis mancomunidades distintas.

El planteamiento del documento que se está debatiendo es crear comarcas que asuman las competencias de las actuales mancomunidades. El objetivo es que estas comarcas tengan además vinculaciones geográficas o históricas. El número de estas comarcas todavía no está cerrado, pero podrían ser en torno a las doce o trece. Esta cuestión es la que habitualmente genera más complicaciones a la hora de abordar la reforma de la administración local, ya que hay municipios que no ven con buenos ojos que se les incluya con otras localidades vecinas por rencillas históricas o porque consideran que tienen mayores vínculos con otra comarca. En cualquier caso, la voluntad de los impulsores de la reforma es que se aplique un criterio de voluntariedad, es decir, que cada municipio pueda decidir libremente en qué comarca se integra, aunque manteniendo la exigencia de que los nuevos órganos sean homogéneos territorialmente.

Estas comarcas serán uno de los agentes principales en la prestación de servicios a la ciudadanía y en la elaboración del documento se han planteado tres opciones para organizar la representatividad de la ciudadanía en estos nuevos órganos.

Una de las opciones es que se celebren elecciones directas en los comicios para elegir a los miembros de las direcciones de las mancomunidades comarcales, colocando una urna adicional en los colegios electorales como actualmente sucede con los concejos. Otro de los planteamientos es mantener el sistema de representación indirecta por el que se gobiernan actualmente las mancomunidades, por el que cada municipio envía un número de concejales para que les represente en función de la población. También se ha planteado un sistema mixto que combine los dos anteriores, pero la decisión al respecto no está tomada en esta fase y se tomará en una fase más avanzada del proceso.

Definición de las competencias de cada institución

El proyecto de reforma de la administración local navarra servirá para determinar qué competencias tendrá cada institución. Actualmente, hay servicios que, teóricamente, corresponden al Gobierno navarro pero son los ayuntamientos quienes los prestan. Es el caso de las escuelas infantiles de 0-3 años, lo que provoca serias distorsiones en la calidad de los servicios que se ofrecen en función del lugar de residencia de la ciudadanía y un coste añadido para las siempre maltrechas arcas de los municipios.

Garantía de financiación para los entes locales

La reforma de la administración local navarra prevé poner en marcha un sistema que garantice a los entes locales disponer de los fondos necesarios para poder garantizar los servicios y las competencias que les correspondan. Una de las fórmulas que se están barajando es reservar un porcentaje concreto de la recaudación fiscal que lleve a cabo el Gobierno para que se destine a los entes locales.

Entre los planteamientos que se están estudiando está la eliminación de las llamadas subvenciones finalistas, aquellas que el Departamento de Administración Local del Gobierno navarro destina para que se lleve a cabo una obra concreta en los municipios. Este tipo de ayudas se han situado en las denuncias de amiguismo a municipios con un color político afín, pero al mismo tiempo han permitido acometer obras importantes como las redes de saneamiento.

Pervivencia de los concejos como entidad municipal

El proyecto de reforma impulsado por UPN en la pasada legislatura reducía la financiación de los concejos y los vaciaba de competencias hasta el punto de que su propia viabilidad estaba cuestionada.

En esta nueva reforma, en cambio, se mantienen las competencias y la financiación de estas instituciones arraigadas en la estructura de las instituciones locales navarras, subrayando que son la administración más cercana a los vecinos en numerosos pueblos del herriales.M.D.