Terremoto Trump

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El primer barrido se carga al Obamacare

No llevaba horas en la Casa Blanca y Trump firmó una orden que obliga a su nueva Administración a utilizar todo el margen de maniobra para intentar obstaculizar por todos los medios la aplicación de una reforma sanitaria que ha dado cobertura a 20 millones de estadounidenses hasta la tramitación de su derogación por el Congreso de EEUU. Pero el nuevo presidente tiene un problema para vender sin alternativas el final de una ley, seguro que imperfecta, que no soluciona de raíz la falta de sanidad universal en el país más rico del mundo. Trump ha prometido una ley mejor y más barata. Dando por buena, que ya es mucho, su sinceridad, ¿le dejarán los republicanos?

El síndrome del mal ganador

Trump, que ganó la presidencia tras sacar casi tres millones de votos populares menos que su rival, parece haber digerido mal un resultado que refleja el sinsentido antidemocrático del sistema electoral estadounidense. Horas después de su victoria ya denunció un fraude masivo de millones de votos pero en su contra. En sus primeros días en la Casa Blanca ha anunciado una investigación de lo que sería el mayor fraude electoral de la historia del país y sobre el que su propia Administración asegura no tener datos y lo remite a una cuestión «personal» del presidente.

Trump saca la pluma xenófoba y firma

Fiel a su promesa de elevar la xenofobia a la cima de su mandato, Trump firmaba una orden ejectuiva para destinar fondos federales a la planificación y construcción de su anunciado muro para impedir la inmigración latinoamericana desde México y reiteró su promesa de que la obra será pagada finalmente por el país vecino. Paralelamente, anunció la firma de sendos decretos para evitar temporalmente la llegada de refugiados de Siria y para bloquear los visados para ciudadanos de Irak, Irán, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen. El veto a los iraquíes es particularmente sangrante, ya que sufren una guerra consecuencia de la invasión estadounidense del país. Washington tampoco ha sido ajeno a las crisis de la mayoría de los otros países vetados.

La fe del antiabortista converso

Lejos quedan los tiempos en que Trump mostraba cierta sensibilidad liberal. Como inauguró su antecesor Reagan al llegar al poder en los 80 y han repetido los siguientes presidentes republicanos, el «outsider» ha firmado un decreto que recorta la ayuda financiera a asociaciones que practiquen o asesoren sobre el aborto en el mundo. Lo hacía tras la histórica marcha de las mujeres, y en el 44º aniversario de la sentencia del Supremo que legalizó ese derecho en EEUU.

Petróleo en vena (oleoductos), pese a quien pese

El mismo multimillonario que nombró jefe de su diplomacia al presidente de la multinacional petrolera Exxon Mobil, Rex Tillerson, y que se mofa del cambio climático ha resucitado dos proyectos de oleoducto retirados por Obama. El primero, Keystone XL, tiene previsto transportar petróleo crudo y bituminoso desde Alberta (Canadá) hasta el Golfo de México, pasando por Nebraska. Obama lo paralizó por cuestiones medioambientales y tras protestas que unieron a indios y vaqueros ganaderos de las regiones de paso.

El oleducto Dakota fue paralizado por el ya ex presidente a finales del pasado año tras la encarnizada resistencia de una tribu sioux, que denunciaba además la destrucción de tierras y aguas sagradas, y que contaron con el apoyo de activistas ecologistas y miles de veteranos.

Torturak, Etxe Zuriko weba eta gaztelera...

Lehen aste zoro honetan ugariak izan dira zurrumurru eta filtrazioak. Hainbat komunikabidetan iragarri dute Obamak ixteko agindu zituen CIAko ezkutuko zentroak berriro zabaltzeko asmoa duela Trumpek. Presidente berriak elkarrizketa batean berretsi du bera «bainera» eta «poltsa» delako tortura metodoen aldekoa dela, baina erabakia CIAren eta Pentagonoaren eskuetan utziko duela agindu du. Etxe Zuriko webgunean gaztelerazko bertsioa desagerrarazi izanak ere zeresana eman du, eta entzutekoak dira hizkuntza gutxituak behin eta berriro mespretxatzen dituzten horiek esandakoak, erabakia behin betiko den ala ez jakin ere egin aurretik.

Cómo conjugar el neoliberalismo hacia fuera y el proteccionismo hacia dentro

En sus encuentros con empresarios, Trump ha anunciado medidas de corte absolutamente neoliberal, como la congelación de contrataciones de funcionarios a nivel federal -excepción hecha de los militares- y las rebajas de impuestos y de tasas a los empresarios -sobre todo las medioambientales–. Todo ello conjugado con llamamientos a las grandes firmas automovilísticas y al conjunto del empresariado a que contrate y produzca en EEUU. Una cuadratura del círculo, proteccionismo neoliberal, difícil de cuadrar. Pero que, en cualquier caso, no inqueta al Dow Jones, que alcanzaba niveles récord.

NAFTA (EEUU-Canadá-México): Marcar el paso a los vecinos

El magnate exige renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés), puesto en marcha en los 90. Trump responsabiliza al acuerdo de miles de deslocalizaciones de empresas al vecino del sur, cuando realmente son los trabajadores mexicanos los que se han dejado el sudor y la sangre por unos escasos pesos en las maquiladoras.

China advierte de que está dispuesta a recoger el guante

Pekín ha respondido con celeridad a las advertencias de la nueva presidencia de que Washington «protegerá sus intereses» en las «aguas internacionales» del Mar de China Oriental. Pekín reivindica su soberanía sobre esas aguas y exige negociaciones bilaterales con los países vecinos, emulando en ese caso la estrategia negociadora de Trump. Y más vale tomarse la réplica china en serio. No solo porque Pekín asegura estar dispuesta a sumir el liderazgo mundial en caso de que EEUU se replegara sobre sí misma, sino porque, aunque no tiene nada que hacer militarmente frente a la gran potencia bélica mundial, le podría forzar a enfangarse en una campaña larga y cara.

Retirada del Tratado Transpacífico (TPP): ¿Puñetazo en la mesa o tiro en el pie?

La retirada del Tratado de Libre Comercio Transpacífico (TPP), pese a estar anunciada, es la primera carta de presentación de Trump en la arena internacional y da la medida de cuál es su objetivo: negociar tratados bilaterales desde una posición de supremacía en los que el Made in USA, no los derechos laborales ni los medioambientales, será su norma a seguir. El problema es que su plan le puede salir rana, y no solo en términos económicos (el proteccionismo tiene una cara y una cruz), sino en clave geopolítica. Australia y otros países firmantes del TPP ya están tocando las puertas de China -Japón no, ha quedado totalmente noqueado -, que se deja querer y que tiene su propio listado de tratados de libre comercio (entre ellos el RCEP) que ofrecer a los huérfanos del abrazo estadounidense.

EBren krisia areagotzea lehentasuna da Trumpentzat

Theresa May lehen ministro britainiarra izan da Etxe Zurian Trumpek hartu duen lehen agintaria. Ohiturari jarraituz Justin Trudeau Kanadako lehen ministroa eta Mexikoko presidente Enrique Peña Nieto izan beharko ziren aurrenak –azken honek datorren asteko bisita bertan behera utzi du, makina bat irain jasan baitu–, baina magnateak ez omen du tradizioari eusteko asmorik. Aitzitik, Brexita txalotu zuenak Londresekin merkataritza ituna sinatzeko irrikatzen dagoela adierazi du, Europar Batasunaren krisia areagotuz behingoan leher dadin. Halere, urteak beharko dituzte bi herrialdeek akordio bat lortzeko. Hasteko, bi behintzat bai, Brexita gauzatu arte, gauzatuko balitz.

Dabid LAZKANOITURBURU

«Contra Trump vivimos (luchamos) mejor»

Como era previsible, el inquilino de la Casa Blanca ha protagonizado una primera semana de mandato frenética, que arrancó con un decreto contra la extensión de la cobertura sanitaria en EEUU y cerró con una conversación con el presidente ruso.

Aunque las decisiones que ha tomado y/o anunciado son simbólicas –deberán pasar por el tamiz del Sistema, incluido el Congreso–, Trump apunta maneras, como mínimo en las formas. Y éstas, como el simbolismo, no lo serán todo pero dicen mucho en política. Como en la vida misma.

Mientras gana enteros la convicción –o el temor– de que &dcThree;su presidencia será todo menos anodina, el debate se centra en vaticinar las consecuencias políticas de los cuatro años previstos de una legislatura que acaba de empezar.

De un lado, están los que se llevan las manos a la cabeza y auguran una suerte de Armagedón-Trump. De otro, los que lo fían todo al Sistema que, presagian, modulará y moderará su histrionismo. Si los primeros pecan de un pesimismo ahistórico, los segundos muestran una fe apriorística en el triunfo de la razón sistémica igual de difícil de compartir.

Pero hay una «Tercera Vía». La de los que, oficialmente en las antípodas del pensamiento Trump, se alegran del triunfo de un duro que no se anda con rodeos light y contra el que, prometen, se activarán todas las luchas, desde las calles de EEUU hasta Palestina.

Opinan que «el rey (EEUU) está desnudo» y que la victoria está mucho más cerca. Abonados a la teoría del «cuanto peor, mejor», lo menos que se puede decir de los que así opinan es que son unos ilusos que se niegan a aprender las lecciones de la historia.

Cuando el discurrir de la legislatura muestre que su diagnóstico era errado la culpa será de los otros, de los que no les creyeron y no les siguieron a pies juntillas. Y mientras tanto, contra Trump vivirán (y creerán luchar) mejor. Negándose a trasladar a la política los mismos principios que, esos sí, aplican en su propia vida. «Cuanto peor, peor».