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Pelota

Albisu se saca la espina del Igarondo a pelotazos

La pareja de Asegarce ha encontrado ya su patrón de juego y pasaron por encima de Altuna III-Barriola.


VÍCTOR-ALBISU 22

ALTUNA III-BARRIOLA 8


Jugar en casa, o muy cerca, como es el caso de Jon Ander Albisu en Idiazabal, no siempre es sencillo. El ataundarra había caído, alguna vez incluso con estrépito –el año pasado 22-7 con Artola ante Altuna-Merino II–, en sus tres comparecencias en un Igarondo que volvió a llenarse en su cita anual por San Blas. Ya en la elección de material del jueves había mostrado el goierritarra su deseo de sacarse esa espina que tenía clavada y difícilmente pudo elegir una mejor manera de resarcirse: a pelotazos. Dentro del gran, y regular, Parejas que está protagonizando, Albisu le sacudió con las dos manos a la pelota y, acompañado por un Víctor crecido con el que empieza a entenderse, pasaron por encima de unos superados Altuna III-Barriola.

En un campeonato largo e igualado como el presente, todas, o casi todas las parejas están teniendo sus picos de forma y el partido de Idiazabal dejó en evidencia el antagónico estado de forma que atraviesan. Tuvieron, a comienzos de enero, con tres derrotas consecutivas, las tres en el Beotibar sus momentos de duda los de Asegarce, pero tras recobrar el aire en Galdakao, parecen haber alcanzado la velocidad de crucero y, sobre todo, su estilo de juego.

Los errores acumulados fueron el principal lastre en esas derrotas consecutivas de Tolosa, pero la apuesta por la sobriedad y la seguridad les ha devuelto al buen camino. Ayer también saltaron a la cancha con las ideas muy claras y dejaron muy claras sus intenciones prácticamente desde el primer pelotazo.

Dominio absoluto

Siendo dos pelotaris de golpe vivo, su propósito fue claro desde el inicio, cargar todo el juego atrás, sin enredarse en los cuadros alegres hasta que la oportunidad fuera realmente clara.

Así consiguieron la primera brecha en el marcador, un 5-0, con el que el partido se les puso muy de cara desde el inicio, con Barriola con los pies por detrás del siete en todo momento. El de Leitza hizo su único tanto del partido en una de las ocasiones en las que le tocó cubrir el txoko a Altuna, pero en ningún momento se vieron con opciones de dar la vuelta al marcador.

Cometieron errores, y graves, como la pasa de Altuna III en el 7-3, o los dos saques consecutivos que no pudo responder el de Amezketa, pero sus carencias fueron mucho más profundas.

Y es que, al contrario que cuando regresó de su lesión, Altuna III ya no es capaz de revertir partidos como lo hacía. A pesar de que ayer llegó a defenderse algo mejor, Abel Barriola lleva siendo sometido inmisericordemente desde Mungia y los de Aspe no están siendo capaces de revertir esa situación. Superado en cada partido, sin nada de protagonismo, la magia del de Amezketa parece agotada y sus sensaciones como pareja no son nada halagüeñas si no consiguen un giro drástico.