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Euroliga

Un mal partido; un final de farsa

Saski Baskonia defendió mal, pero estuvo a punto de remontar 18 puntos de diferencia. Pero no pudo ni lanzar en la última jugada.


MACCABI 85

SASKI BASKONIA 84


Se le atribuye a Karl Marx el dicho de que la historia se repite: en primer lugar como drama, y después como farsa. Saski Baskonia cayó en el OAKA por un punto, sin que Beaubois lograra lanzar a canasta en la última posesión. Anoche, Saski Baskonia remontó 18 puntos de desventaja en un partido malo de los de Sito Alonso, y entre Larkin, que jugó tocado de un tobillo, y Hanga, que luego perdió el tiempo protestando una posible falta a los árbitros, tampoco fueron capaces de lanzar a canasta para completar la remontada.

En Estambul, Velimir Perasovic cumplía 52 años y los celebraba por partida doble: por un lado, su Anadolu Efes remontaba 16 puntos de desventaja ante un peleón Armani Milano, y por el otro, Saski Baskonia, próximo rival de Efes, tropezaba de forma merecida en Tel Aviv, quedándose solo un triunfo por encima de los otomanos. Después de las alegrías futboleras para Josean Kerejeta, la niña de sus ojos le dio un disgusto y de los gordos. Si la Copa sirve para cortar esta tendencia, será bienvenida con los brazos abiertos.

Pero incluso en el «torneo del KO» deberá ofrecer una mejor imagen, porque anoche un Maccabi con unas lagunas morrocotudas en la retaguardia se dio un paseo ante su afición en los 30 primeros minutos. Los de Ainars Bagatskis hicieron gala de su mejor puntería, en parte porque Maccabi tiene jugadores con talento, y en parte porque la defensa baskonista se perdió en el camino. Los de Sito Alonso no lograron ponerse por delante jamás, ya que de buen inicio entre Landesberg y Gal Mekel, los israelíes se adelantaban 8-0.

El único empate se produjo en el 26-26, en un lapso breve de cierta intensidad defensiva gasteiztarra, con una contra de Budinger que culminaba Voigtmann. Pero fue un espejismo. Bargnani ofreció buenos minutos en ataque, pero en defensa ni pudo con los móviles interiores macabeos, Alexander o Miller, ni sus compañeros le dieron una ayuda en condiciones. El 46-39 fue muestra de las facilidades defensivas que dieron los de Sito Alonso.

Lesiones y desesperación

Lo peor, en todo caso, fue que Ilimane Diop se tuvo que retirar lesionado, mientras que Shane Larkin, aunque hizo un esfuerzo y tuvo mucha culpa de la remontada con dos triples que anotó en la recta final del partido, tuvo un susto en el tobillo y acabó cojeando claramente.

Y, sin embargo, Maccabi, que pareció romper el duelo en el tercer cuarto, le dio una oportunidad. El cuadro israelí pegó un bajón en el último período, ya que lo quiso limitar a un intercambio de canastas. A base de garra, con Tillie destacado, los de Sito Alonso fueron puliendo la desventaja, con buenos minutos de Rafa Luz o Voigtmann.

Y sin que nadie lo pudiera esperar, Adam Hanga agarró el rebote a un error de Goudelock y le pasó el balón a Larkin. El base baskonista se encerró en la esquina, pero al menos sacó la bola a la esquina opuesta, donde estaba Hanga. El húngaro tenía una mala opción de tiro, pero es que ni siquiera miró el aro. Una historia que se repite y toma forma de farsa.

Problemas de cupos en Saski Baskonia

A día de hoy, si se confirma la lesión de Ilimane Diop, los únicos cupos disponibles para Sito Alonso son Rafa Luz y Tadas Sedekerskis. Tornike Shengelia y Diop son los otros dos «jugadores de formación», tal es la nomenclatura, y siguen lesionados.

La cuestión es que, de cara al partido del domingo frente a Obradoiro, según la reglamentación de la Liga ACB –la Euroliga no impone esta clase de restricciones– Saski Baskonia deberá ascender a algún jugador de sus filiales, o dar de alta a Diop y Shengelia aunque no puedan jugar, porque la competición doméstica exige cuatro cupos en caso de inscribir a 12. Aunque estos no puedan jugar por lesión, como es el caso.

En este sentido, Sito Alonso no añadió mayor detalles sino decir que «la lesión de Ilimane no pinta bien», al tiempo que se quejó de la «clara falta» que sufrió Hanga al inicio de la última jugada de un partido que fue para olvidar.A. G.