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ASPIRANTES

Gran Canaria regresa donde se volvió grande

Los «pío, pío» han dejado de ser un equipo simpático a ser una alternativa.


Herbalife Gran Canaria es un equipo que cae simpático. Quizá porque, aunque cada vez va a más, hasta la fecha nunca ha optado a ganar nada. Sin embargo, la escuadra amarilla empieza a llegar a sus primeras finales, como pudo ser la Eurocup de la campaña 2014/15 y la Copa de A Coruña 2016. Y el pasado mes de septiembre sumaba su primer título oficial al imponerse en la Supercopa disputada en Gasteiz.

Porque el Buesa Arena se ha convertido en una especie de santuario para la escuadra «pío, pío». Quizá porque las hinchadas del «Granca» y del Baskonia se llevan bien, como se vio el 8 de febrero de 2013, fecha en la que los grancanarios, ante un Bilbao Basket, conseguían por primera vez romper el techo de los cuartos de final. Aquel día, valiéndose del dicho que reza que «el enemigo de mi enemigo es mi amigo», la hinchada del Baskonia se hinchó a vociferar el «pío, pío», mientras los hombres de negro hacían aguas.

Claro que, otro dicho reza que donde las dan, las toman. Aquella temporada 2012/13 terminaba para los gasteiztarras después de que Gran Canaria eliminase a los baskonistas, por mucho que Zan Tabak no saliera de su asombro y declarara sin empacho que «nos ha eliminado un equipo peor que el nuestro».

Entrenado por Pedro Martínez en aquellos días, el técnico catalán se fue camino a tierras valencianas, mientras que a Las Palmas de Gran Canaria llegaba Aíto García Reneses, al tiempo que el equipo abandonaba el Centro Insular de Deportes –«La Roca»– por el Gran Canaria Arena. Paso a paso, el equipo amarillo se iba asentando.

Grandes fichajes

Jugadores del nivel de Ryan Toolson, Kevin Pangos, y sobre todo Jaycee Carroll han hecho su debut en el Gran Canaria, fruto del ojo que han mostrado sus rectores.

Tras la marcha de Aíto García Reneses, el club grancanario fichaba a Luis Casimiro, un técnico de quizá menor cartel, pero de buen palmarés, al tiempo que sorprendía a todos con la llegada de un clásico continental como Bo McCalebb, amén de mantener a puntales como Kuric, Báez o Sasu Salin y el crecimiento del gigante letón Pasecniks.

Solo quedaba ver si los «pío, pío» eran capaces de dar un paso en su evolución, algo que lograba en la pasada Supercopa de Gasteiz. Ahora, aunque las lesiones merman a Rabaseda, McCalebb, Hollins y Hendrix, se podrá ver si el «Granca» sigue creciendo.