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VALENCIA BASKET - GRAN CANARIA

Esta vez no hay remontada

Dubljevic abrió la primera brecha, y ante la reacción grancanaria del tercer cuarto, asomó Vives para decidir.


VALENCIA BASKET 88

H. GRAN CANARIA 72


Herbalife Gran Canaria jugó la finalísima de la Copa 2016 a base de remontar. En cuartos de final, levantó un 67-57 adverso para convertirlo en 78-83 a su favor. Rizando el rizo, Bilbao Basket también probó en sus carnes la capacidad de reacción de los «pío pío», ya que cayeron por 71-81 después de ir ganando 36-20 y 55-44. Rozaron una tercera remontada en la final ante el Real Madrid, pero se quedaron a las puertas.

Ayer Valencia Basket no permitió que se repitiera esa historia. Pese a jugar un mal tercer cuarto, los taronjas aguantaron la reacción grancanaria, e hicieron valer un juego mucho más sólido liderado por Dubljevic y Guillem Vives, y en el que todos salvo Kravtsov anotaron una canasta por lo menos.

Advertía en la previa Luis Casimiro que su Herbalife Gran Canaria no llegaba en el mejor estado físico, mientras que Valencia Basket ha asomado a la Copa ejerciendo de tapado, sin el favoritismo del año pasado, condición que le acabó pesando.

Tenía razón Luis Casimiro. La intensidad defensiva del Gran Canaria fue mucho más escasa de lo que se hubiera esperado, algo que su rival agradecía jugando con facilidad y sin complicarse la vida, a base de bloqueos directos centrales y pases extra. Los vigentes campeones de la Supercopa quisieron remontar de la mano de McCalebb, pero se quedaban lejos. De esta guisa, Valencia Basket se escapaba 49-34 al receso, después unos minutos espectaculares de Oriola en el segundo período.

El único momento de zozobra para Valencia Basket llegó en el tercer período, en parte porque Kravtsov tenía un día aciago, en parte porque Oliver, Rabaseda, Kuric, Báez y Aguilar formaron el mejor quinteto de Gran Canaria de toda la tarde. El marcador llegó a ponerse 62-54, y un poco de dudas en el aire.

Pero ahí estaba Guillem Vives. El base catalán anotó siete puntos seguidos y conectó con Dubljevic para cerrar el partido y evitar cualquier susto.