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Pelota

Mikel Urrutikoetxea gasta otra de sus múltiples vidas

Con un Imaz de menos a más aprovechan el bajón de Untoria para remontar un 11-4 y un 18-13.


OLAIZOLA II-UNTORIA 21

URRUTIKOETXEA-IMAZ 22


Dice la cultura popular que los gatos tienen siete vidas y todavía nadie ha osado a contar las de un Mikel Urrutikoetxea especializado en heroicas remontadas que ayer gastó otra para seguir vivo, de la mano de un Imaz otra vez de menos a más, en el Parejas. Con la victoria de ayer alcanzaron a Olaizola II-Untoria en la tabla y sumado el resultado de ayer con el de Bilbo en la tercera jornada, el del debut de Imaz en la competicion, los superaron por el average particular, lo que deja en una situación muy comprometida a los perdedores.

Si la victoria de Urrutikoetxea e Imaz no entraba en el guión al comienzo del partido, cuando se cantaron momios de doble a sencillo a favor de los colorados, mucho menos cuando los favoritos cruzaron el ecuador del partido con una renta más que importante (11-4). Con los dos zagueros bastante justitos, especialmente Imaz, estaba siendo un partido de delanteros en el que, menos obligado, Aimar estaba sacando partido a su mayor acierto. A Urrutikoetxea le estaba tocando, básicamente, realizar trabajo de sustento para tratar de sujetar el partido, se le veía con chispa, pero no terminaba de conseguirlo.

Sin embargo, en el 11-5 Untoria cometió su primer error del partido y este tomó un giro totalmente inesperado. Bueno, quizá no tanto si echamos la vista atrás, porque el desarrollo del mismo tuvo un precedente muy similar el 18 de diciembre en el Bizkaia, en la tercera jornada, con una trama muy similar.

Untoria, que hasta ese instante estaba realizando un partido, cuando menos, aseado, volvió a caerse, cometiendo varios errores de bulto en tantos clave, justo cuando Aimar se las ingeniaba para recuperar el saque. El run-rún de un frontón inusualmente silencioso hasta ese instante fue tomando las gradas de un Beotibar que mostró una curiosa imagen, con 440 espectadores de pago, y los momios de 1000 a 100, los más desequilibrados que se llegaron a cruzar, comenzaron a no parecer tan alocados. Sobre todo por la forma en la que Ander Imaz fue creciendo en la zaga, a medida de que Álvaro Untoria menguaba y menguaba, sin aparente solución ni motivo.

Cambio de guión

Y esto trajo consigo que los papeles también cambiaran en los cuadros alegres. Ahora era Mikel Urrutikoetxea el que gozaba de pelotas francas y, por mucho que su derecha se fuera gastando, demostró que también posee un amplio repertorio de remates.

Al partido le sobraban errores para ser completo, pero como al campeonato, la emoción le fue subiendo la temperatura hasta alcanzar el cenit en un final de infarto, en el que, quien más quien menos, ya comenzaba a realizar sus propias cuentas. Tras conseguir empatar a 19, el partido tomó un claro color azul cuando estos se pusieron 19-21 gracias a un parcial de 8-1, tras una pelota de Aimar a la chapa y otro error de Untoria.

Sin embargo, una escapada de Imaz que de haber salido cinco centímetros más a la izquierda hubiera finiquitado el partido devolvió la esperanza a los colorados. Aimar consiguió elevar la tensión al máximo en el tan deseado como temido 21 iguales tras una cortada y ahí decidió un dos paredes tirado con el alma de Urrutikoetxea, que fue a morir entre el público.

Fue un acto heroico y de fe, quién sabe si como el de esos samurais japoneses que se hacían el harakiri en público para morir con el honor intacto.