El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, consiguió los votos necesarios para que el Parlamento, en su última sesión antes de disolverse, ratificara el acuerdo de asociación entre la UE y Ucrania, después de meses de debate. Ahora Rutte tiene que buscar el apoyo del Senado, que no votará hasta después de las elecciones generales del 15 de marzo y con del nuevo Gobierno que saldrá de las urnas.

El primer ministro obtuvo el apoyo de sus colegas del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), y de los laboristas del PvdA, Demócratas 66 y la Izquierda Verde. En total, consiguió el respaldo de 89 diputados y el voto en contra de 55.

Rutte obtuvo en diciembre una declaración de sus socios de la UE legalmente vinculante en la que se especifica que el acuerdo de asociación con Ucrania no implica que ese país sea candidato a la adhesión, ni que exigirá cooperación económica o militar. Estas condiciones, añadidas con el fin de que Países Bajos ratificara el acuerdo, fueron la última vía de Rutte para convencer a los diputados de que ha hecho lo suficiente después del resultado del referéndum celebrado el pasado abril, en el que el 60% de los neerlandeses rechazó ampliar las relaciones con Ucrania.

La victoria de Rutte puede complicarse en el Senado, donde la votación depende principalmente de algunos diputados de Llamada Democristiana (CDA). A tres semanas de las elecciones sacar adelante este acuerdo le ha costado al primer ministro votos de sus seguidores, según las últimas encuestas.

El tratado se percibe en Países Bajos como una intromisión de Bruselas en sus asuntos internos –argumento especialmente utilizado por el ultraderechista del PVV, Geert Wilders–, ya que a pesar de ser rechazado en el referéndum, se persiste en obtener la ratificación neerlandesa.

Wilders suspende la campaña

Por otra parte, Wilders suspendió todas sus intervenciones públicas en la campaña electoral del PVV tras la detención de un policía de su equipo de seguridad sospechoso de colaboración con bandas criminales.

El político ultraderechista afirmó que le llegaban «noticias tremendamente perturbadoras» y que suspendía todas sus actividades públicas «hasta que no se conozcan todos los hechos que rodean la investigación».