I.I.
GASTEIZ

El TEDH no admite la primera queja por alejamiento en el Estado francés

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos no ha admitido a trámite la primera queja presentada por tres presos vascos por su encarcelamiento en prisiones lejanas del Estado francés. La Corte sostiene que su situación no impidió que fueran reiteradamente visitados por familiares y allegados y mantuvieran contacto telefónico con su entorno. Y añade que tampoco pidieron ser trasladados de prisión una vez que resultaron condenados.

Los recurrentes son Alex Zobaran, Ione Lozano y Urko Labaka –estos dos últimos ya en libertad– y sus abogados alegaron la vulneración de los artículos 8 y 13 del Convenio Europeo de Derechos Humanos.

En su recurso, los presos vascos se quejaron de que su traslado a la prisión de Lyon-Corbas, a más de 800 kilómetros del domicilio de sus familas, conculcaba su derecho a vivir una vida tan normal como sea posible, que se recoge en el artículo 8 del Convenio. Y en concurrencia con este artículo, se quejaron también de que no tenían ningún recurso efectivo ante los tribunales franceses para impugnar su traslado a Lyon-Corbas.

Tuvieron visitas

El TEDH desestima que se haya vulnerado el artículo 8, aduciendo que los presos vascos tuvieron centenares de visitas en prisión, por lo que no aprecia que el alejamiento de sus domicilios haya supuesto una limitación en el contacto con sus familias.

La Corte de Estrasburgo da en este punto la razón a las alegaciones del Gobierno francés. Por contra, los presos vascos habían argumentando que ese hecho demuestra que sus familiares hacían grandes esfuerzos para mantener esa relación.

Pero el TEDH sostiene que su situación no es comparable con los casos reconocidos en Ucrania, donde se tuvo en cuenta tanto las grandes distancias kilométricas como la realidad de las redes de transporte, que provocaba que uno de los demandantes no había visto a su madre ni una vez en casi diez años y que otro solo había recibido siete visitas entre 2007 y 2015.

La Corte apunta que el Convenio no garantiza a los presos el derecho a elegir el lugar de su encarcelamiento. Recoge que lo que puede constituir una vulneración de sus derechos es que el alejamiento haga «muy difícil, si no imposible» recibir visitas.

Sin petición de acercamiento

En su sentencia, el TEDH añade también que ninguno de los tres recurrentes habían pedido clara y oficialmente estar cerca de sus familias o hacer nuevos recursos en ese sentido tras haber sido condenados.

Una vez que la Corte de Estrasburgo no ve conculcados los derechos recogidos en el artículo 8 de la Convención, tampoco puede aplicarse el artículo 13, que requiere que los demandantes hubieran tenido motivo para presentar recurso.

Con estos argumentos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos considera inadmisibles los recursos de Alex Zobaran, Ione Lozano y Urko Labaka. La decisión de la sala es unánime.

Más recursos a estudio

El Tribunal de Estrasburgo también tiene sobre la mesa el recurso de otro preso vasco, Josetxo Arizkuren, en este caso encarcelado en el Estado español. Se ha anunciado que a este le seguirán otros 250. Todavía están en proceso de determinación sobre si será o no admitido a trámite.

A la vista de los argumentos señalados en esta sentencia, la decisión de la Corte estará marcada por el análisis individual de las circunstancias particulares de Josetxo Arizkuren.

Etxerat seguirá visitando, denunciando y acordando

Etxerat no ocultó su valoración negativa de esta decisión judicial, aunque con varios matices. Para empezar, recuerda que «no cierra la puerta al resto de casos, ya que en la demanda de Josetxo Arizkuren se plantean más cuestiones relacionadas con la condena al destierro que supone el alejamiento de su entorno afectivo, familiar, social y cultural», que tendrán que ser valoradas.

En paralelo, los familiares denuncian los argumentos de Estrasburgo: «El número de visitas o llamadas recibidas no suaviza la vulneración de derechos que padecen los familiares y allegados en razón de la política de dispersión. Y es la perseverancia y amor a nuestros familiares presos la que nos hace recorrer miles de kilómetros por unas horas junto a ellos y ellas», replica.

Sea como sea, «Etxerat quiere señalar que vamos a seguir trabajando para que el final del alejamiento de nuestros familiares presos se resuelva en términos de voluntad política y social», prosigue su nota. Y cita como ejemplo el Acuerdo Social que reveló el lunes que está trabajando, y para el que ha detectado buena y muy amplia sintonía en los primeros contactos.