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PARÍS

Fillon consigue imponer su candidatura a la derecha

La negativa de Alain Juppé a ser la alternativa de urgencia a François Fillon en las presidenciales francesas allanó el camino al candidato, que ayer se impuso a la cúpula de Los Republicanos y se aseguró su apoyo unánime pese a su casi segura imputación y su caída en las encuestas.

Los Republicanos decidió ayer apoyar de forma unánime «después de una larga discusión» la discutida candidatura a las elecciones presidenciales francesas de François Fillon, al que la Justicia probablemente imputará por un caso de malversación de fondos públicos en la contratación de su esposa, Penélope, y dos de sus hijos, según anunció Gérard Larcher, miembro de la formación de derecha y presidente del Senado, al término de la reunión del comité político.

La decisión se produjo horas después de que Alain Juppé descartase ser una alternativa como candidato a Fillon, que deberá comparecer el 15 de marzo ante los jueces de instrucción con vistas a su posible imputación por los supuestos empleos falsos de su esposa e hijos.

«Esta mañana –por ayer– Alain Juppé ha descartado definitivamente ser candidato a la elección presidencial, lo que confirma que no había un ‘plan B’», declaró Fillon al inicio de la reunión del comité político. Y llamó a «todos los hombres y mujeres de buena voluntad a unirse» en torno a él. «Hemos perdido demasiado tiempo en discusiones estériles, dejando el camino libre a la extrema derecha y a los candidatos de la izquierda, que se frotan las manos contemplando nuestra división», sostuvo.

Otro miembro de la cúpula de Los Republicanos, Bernard Accoyer, afirmó que el partido está listo para batirse en la campaña por su candidato, quien parte en desventaja respecto a la ultraderechista Marine Le Pen y el socioliberal Emmanuel Macron, según los sondeos, en los que Fillon sigue cayendo.

«Para mí, es demasiado tarde»

Juppé, actualmente alcalde de Burdeos, primer ministro entre 1995 y 1997 y luego varias veces ministro, estaba considerado una alternativa a la vista de las encuestas. Pero ayer, el que fuera derrotado por Fillon en las primarias de la derecha en noviembre, declaró: «Lo confirmo de una vez por todas, no seré candidato a la Presidencia de la República».

Tras criticar la «obstinación» de Fillon en mantenerse como candidato, afirmó que «para mí, ya es demasiado tarde», y dijo no tener la capacidad de «unir» a la derecha y al centro «en torno a un proyecto federador».

«Jamás bajo la Quinta República (desde 1958), una elección presidencial se presenta de forma tan confusa» –alertó Juppé, de 71 años y considerado más moderado que Fillon– con una izquierda «extraviada», una extrema derecha que se reviste de «fanatismo antieuropeo» y la popularidad creciente del centrista Emmanuel Macron pese a su «inmadurez política» y la «fragilidad» de su proyecto.

Ayer por la mañana, el expresidente Nicolas Sarkozy, tercero en las primarias aunque con un importante peso en el partido, propuso una reunión con Fillon y Juppé para «hallar una salida digna a una situación que ya no puede durar más». «Fillon, se acabó», había asegurado, al parecer, a miembros del partido el domingo por la noche.

Hasta el último momento, el círculo cercano a Sarkozy –que también se descartó como alternativa– trataron de convencer a Fillon de que asumiera su responsabilidad y dejara paso a otro candidato. Pero fue en vano, crecido por haber logrado congregar el domingo en París a decenas de miles de partidarios en un acto de apoyo a su candidatura. El domingo por la noche, volvió a rechazar tirar la toalla, pese a la multiplicación de deserciones en su entorno, unas 300, entre ellos las de su portavoz y de su jefe de campaña. «Nadie puede hoy impedirme ser candidato», dijo Fillon, quien reiteró que su candidatura es «la única legítima».

La Europa agrícola divide a los candidatos

Ayudas europeas, búsqueda de un precio justo para los productores: los candidatos presidenciales franceses que desfilaron por el Salón de la Agricultura que finalizó el domingo en París afinaron su visión con el objetivo de reactivar un sector castigado, pero creador de empleo y fuente de divisas. Excepto Jean-Luc Mélenchon, que apoya una agricultura «campesina y ecológica» y rechaza la agricultura «productivista», los otros cuatro candidatos se sometieron al ritual mediático de posar entre vacas premiadas. La principal línea de división entre los candidatos está en Europa, en vísperas de otra reforma de la política agrícola común (PAC). Marine Le Pen propone «afrancesar» las ayudas agrícolas y «revisar el sistema» para que se distribuyan de forma diferente. Mientras, Emmanuel Macron, François Fillon y Benoît Hamon abogan por «mantener el presupuesto de la PAC», que permite al Estado francés ser un importante exportador de productos agroalimentarios. Los dos primeros con visión y«productivista», frente a Hamon, que defiende privilegiar la calidad y el respeto al medio ambiente.GARA