Junto al punto, agridulce, el derbi del lunes dejó otro titular destacado para el Eibar. El regreso de Kike García, dos meses y medio después de lesionarse, precisamente en el Sadar, entonces en visita copera. El conquense lo hizo, además, de la mejor manera para un delantero, celebrando un gol.

Más allá del acierto de Kike en el derbi, la buena noticia para José Luis Mendilibar es que cuenta con una alternativa más en ataque, donde si no fuera por la polivalencia de Rubén Peña, el Eibar habría tenido que sobrevivir estas últimas semanas casi exclusivamente con Sergi Enrich. Y en cierta medida lo ha hecho pero la acumulación de minutos del menorquín tampoco es novedosa; no en vano es el cuarto jugador más utilizado de la plantilla y el único, junto a Pedro León, que ha participado en todos los partidos de Liga.

Pero hasta Navidad, Enrich había tenido la posibilidad de tomarse algún respiro. Hasta cuatro encuentros los empezó en el banquillo, con Kike en el equipo titular. El conquense, de hecho, fue el elegido por Mendilibar en el inicio de temporada, aunque con el transcurso de las semanas fue perdiendo protagonismo. Pero siguió teniendo minutos, ya fuera para acompañar o refrescar a Enrich. Con la lesión del pasado tres de enero, el técnico armero perdió una opción, a la que se unió la de Nano –con escasísima aportación hasta entonces pero la alternativa más lógica en esa situación–, igualmente lesionado.

El Eibar ha tenido que sobrevivir, así, el intensísimo calendario de enero y febrero con Sergi Enrich como único delantero específico. Y no le ha ido mal. El menorquín lo ha jugado todo menos los últimos minutos del encuentro frente al Málaga, que acabó lesionado, y buena parte del derbi de Anoeta –Rubén Peña ejerció allí de referencia ofensiva–, que se disputó apenas tres días después y al que llegó entre algodones. Mendilibar podrá dosificar algo más sus esfuerzos una vez recuperado Kike García.