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CICLismo

Kwiatkowski se aprovecha de la ambición de Sagan

El polaco y Alaphilippe respondieron a un gran ataque del eslovaco en el Poggio y ganó la Milán San Remo.


Michal Kwiatkowski logró la victoria ayer en la Milán San Remo tras superar en un apretado sprint a Peter Sagan, que consiguió el segundo puesto más meritorio de toda su carrera, y a Julian Alaphilippe, que completó el trío que consiguió evitar el sprint del primer pelotón.

Peter Sagan no quiso esperar a una llegada masiva y lanzó un ataque en el Poggio al que solo pudieron responder Kwiatkowski y Alaphilippe, pero fue el eslovaco el que asumió la mayor parte del trabajo en los últimos kilómetros mientras sus dos compañeros de escapada apenas le dieron algún relevo.

El eslovaco, siempre valiente, pecó en exceso de esta virtud y se precipitó en la llegada. A pesar de ser más rápido que Kwiatkowski y Alaphilippe, lanzó el ataque desde demasiado lejos y permitió al polaco remontarle en los últimos metros y conseguir el primer monumento de su carrera para adornar un palmarés que ya presenta el campeonato del mundo de 2014.

El polaco de 26 años pasó a profesionales con 19 con el Caja Rural en 2010 por mediación del Movistar, fichó por RadioShack (2011), por el actual Quick Step (2012-15) y desde el 2016 corre con el Sky. Su primer año en el equipo inglés fue pobre, solo ganó en Harelbeke, y esta temporada ha vuelto a recuperar su mejor nivel y ya ganó la Strade Bianche antes que en San Remo.

Protagonismo de Amezketa

Hasta la última subida al Poggio, el primer monumento de la temporada estuvo protagonizado por una fuga de diez corredores en la que entró el único vasco participante, Julen Amezketa, junto a Frapporti, Maestri, Clarke, Skujins, Rovny, Marangoni, Poli, Zurlo y Denz. Los últimos supervivientes de la fuga fueron atrapados a 27 kilómetros de la meta en la subida a la Cipressa.

Gougeard (Ag2r) fue el primero de los corredores del gran pelotón que empezó a moverse, luego lo intentaron Gallopin y Gilbert, pero nadie pudo romper la disciplina del grupo principal hasta que la carrera llegó a la subida final al Poggio. Tom Dumoulin (Sunweb) intentó endurecer la ascensión para seleccionar el grupo y reducir la nómina de sprinters que quedaran en el grupo con la esperanza de que Matthews fuera el que mejor subía de todos ellos, pero el que hizo la selección fue Peter Sagan con un ataque muy duro a un kilómetro de la cima.

Kwiatkowski y Alaphilippe saltaron del pelotón para atraparlo y el eslovaco no quiso esperar la ayuda de sus compañeros de fuga y asumió todo el trabajo en el descenso y apenas concedió relevos en el tramo final. A pesar de que afrontó los últimos dos kilómetros con 17 segundos de ventaja sobre el grupo, no quiso especular en su trabajo y tampoco tuvo la sangre fría para esperar el momento adecuado para lanzar el sprint. Peter Sagan no ganó la clásica italiana por vez primera, pero sí volvió a ganarse la admiración de todos los aficionados al ciclismo por su carácter.

Viviani le dio vía libre

Kwiatkowski señaló tras la victoria que «todos esperábamos un sprint, pero el ataque de Sagan lo ha cambiado todo. Estaba previsto que trabajáramos para Viviani, pero cuando Peter saltó tenía que reaccionar. He preguntado a Elia y me ha dicho que intentara jugar mi opción».

Peter Sagan, por su parte, comentó que «ser segundo es algo habitual. Al comienzo de la escapada estaba solo y después me han dado algunos relevos y en los últimos kilómetros han recuperado más que yo. He continuado porque creía que podíamos ganar al sprint. Lo importante no es el resultado, sino dar espectáculo a los aficionados».