MAR. 26 2017 Referéndum y nueva constitución de las islas feroe (I) TENER LA ÚLTIMA PALABRA PARA SER LA PRIMERA AUTORIDAD Las Islas Feroe votarán en referéndum el 25 de abril de 2018 una nueva constitución que allanará el camino a la independencia. Definirá como nación al archipiélago y recogerá sus derechos y obligaciones como pueblo, incluido el derecho de autodeterminación. Mikel ZUBIMENDI Las Islas Feroe son un pequeño archipiélago situado en el Atlántico Norte, entre las islas Shetland de Escocia, Islandia y Noruega. Son 18 islas de origen volcánico, 17 de las cuales están habitadas, con una tierra pobre, sin bosques y con praderas, de montañas y acantilados, en las que viven cerca de 50.000 habitantes, casi la mitad de ellos en la capital Tórshavn y su área conurbana. Los feroeses son un pueblo orgulloso, con un fuerte sentido de identidad nacional, con una lengua y cultura que hunden sus raíces en los tiempos vikingos, más similar a la islandesa que a las lenguas nórdicas peninsulares. Tienen sus selecciones nacionales de fútbol y también su propia Iglesia: la “Iglesia de las Islas Feroe”, evangélica luterana, oficialmente la más pequeña del mundo. Como los vascos, con los que comparten océano e interactuaron con sus arrantzales hace siglos, fueron –aún mantienen esa práctica– un pueblo de cazadores de ballenas; y también como los vascos, con el simbolismo de la oveja latxa, los feroeses llaman a su país en su lengua Føroyar, que significa «isla de las ovejas», y tienen en su escudo de armas a un carnero. Con una economía fuertemente dependiente de la pesca, que representa un 95% de sus exportaciones, y con una subvención anual de 68 millones de euros por parte de Dinamarca, la sociedad feroesa es muy avanzada, cuenta con un estado de bienestar y un índice de desarrollo muy elevado. Con pujantes compañías de telecomunicación propias u obras punteras de ingeniería, con unas infraestructuras de túneles bajo el mar que conectan a sus siete principales islas y evitan su despoblación, con prácticamente un metro de túnel por habitante, lo cierto es que las Islas Feroe han sabido prosperar desde su pequeño tamaño, su bien definido territorio y su fuerte conciencia nacional. A pesar de que aparentemente no les van tan mal las cosas, la noticia saltó hace semanas: las Islas Feroe harán un referéndum sobre una nueva constitución el 25 de abril de 2018, que allanará el camino a una posible votación de independencia. Según declaró el primer ministro Aksel V. Johannesen, «la nueva constitución definirá nuestra identidad como nación y nuestros derechos y obligaciones como pueblo, incluido el derecho de autodeterminación». Y reflejará claramente que «el pueblo feroés debe ser consultado en referéndum sobre cuestiones relacionadas con una mayor independencia de o una mayor integración en Dinamarca u organizaciones supranacionales». Política exterior de altos vuelos El Parlamento feroés existe desde el siglo X y continuó bajo el dominio noruego y danés. En 1928, las Islas recibieron su primera constitución. En 1946 los propios feroeses organizaron un referéndum de autodeterminación para determinar su futuro, probablemente animados por la decisión tomada dos años antes por Islandia de romper con una Dinamarca ocupada por los nazis en 1940 y declararse como república soberana. Los resultados del referéndum fueron reñidos: 48,7% en favor de la secesión y un 47,2% en contra. Días después el Gobierno danés contestó el resultado y disolvió el Parlamento feroés y llamó a nuevas elecciones. Dinamarca ganó el control sobre el archipiélago en 1814 y desde entonces Copenhague domina los asuntos de exteriores y de defensa. Aunque las Islas Feroe son parte del Reino de Dinamarca y están formalmente sujetas a la Constitución danesa, no hay una sola ley implementada si previamente no ha sido aprobada por el Gobierno feroés. El control absoluto sobre las cuestiones internas, aunque no sea el caso formalmente, es la realidad. Pongamos por ejemplo la Policía. Es pagada y formalmente controlada por los daneses. Sin embargo, hace cumplir las leyes feroesas que, en algunos casos, son opuestas a las danesas. Por ejemplo, la caza de ballenas piloto es legal y una práctica de más de 1.200 años de tradición en las Islas Feroe, pero no en Dinamarca ni en la Unión Europea. Polémica y sangrienta a los ojos de los no nativos, es un objetivo muy visual para campañas de acción directa de organizaciones como Sea Shepherd. Ante ello, la Policía danesa destina muchos efectivos, dinero y material para defender la caza de la ballena, ¡una práctica ilegal en Dinamarca! Este pragmatismo no se para en la frontera insular. Los feroeses tienen instrumentos a la hora de articular su política exterior. En 1973 Dinamarca entró en la Comunidad Económica Europea. A los feroeses se les dio la oportunidad de decidir y decidieron quedarse fuera. Este modelo hizo del entendimiento político algo necesario para evitar abusos. A más competencias que van a Bruselas, más competencias en materia internacional que el Gobierno danés da a las Feroe. Hacen acuerdos de comercio y de pesca con países muy relevantes, sin ninguna interferencia de Dinamarca. En 2002 se convirtió en miembro asociado de la Organización Marítima Internacional, organismo especializado de la ONU a la que entró con voz y voto propios. Colmada la autodeterminación interna, ambos gobiernos decidieron dar cierto sentido a la autodeterminación externa. Así, las Islas Feroe pueden desarrollar sus propias relaciones comerciales, impuestos y regulación empresarial (excepto en el sector bancario); puede regular la pesca y otros recursos naturales, la energía, educación, investigación y cultura. Ha negociado acuerdos pesqueros con la UE y en 2006 estableció un tratado económico especial con Islandia. También tiene tratados de libre comercio exclusivos con Noruega y Suiza y, en medio de las sanciones de la UE contra Rusia, que no las apoyaron, comercian sin límites con los rusos que han aumentado considerablemente la importación de productos pesqueros desde las Islas. En otras palabras: todos estos son ejemplos de política exterior de altos vuelos. Pragmatismo del Atlántico Norte El periodista y político feroés Sjurdur Skaale reflexiona sobre los términos de esta relación: «Llamadla la versión danesa de la estrategia del divide et impera o un reconocimiento de la necesidades feroesas. Pero lo cierto es que las Islas Feroe prosperan dentro del Reino de Dinamarca. Obtienen ventajas de la Unión cuando las necesitan y operan como Estado cuando se necesita. Pero exigen que su propia Constitución establezca firmemente el derecho de autodeterminación». A menudo Dinamarca y las Islas Feroe han ido en direcciones opuestas y tienen encontronazos serios. Skaale afirma que Dinamarca es pragmática: «Entiende que en tanto que el Reino no se rompa, las Islas Feroe necesitan seguir defendiendo por sus propios medios sus intereses nacionales». Hacerlo así da espacio a un pensamiento político prudente que hace que la relación funcione. Las provisiones legales sobre esa relación son muy generales y un tanto oscuras; la Constitución danesa no dice nada sobre la ruptura de la unidad del Reino. Muchos primeros ministros daneses se declaran favorables a que los feroeses «tomen y paguen» su independencia. Incluso el Legislativo danés votó una enmienda que decía: «Este Parlamento reconoce que es el pueblo feroés quien puede decidir la futura relación entre Dinamarca y las Islas Feroe». Establecer un Estado (autodeterminación externa) a una escala de 50.000 habitantes no es fácil. Las Islas Feroe nunca han sido una colonia y su gente no ha sido oprimida; no pueden, en teoría, reclamar ese derecho basándose en la ley internacional. Pero siempre han tenido su sistema político, su lengua y cultura, nunca han aceptado formalmente ser parte de Dinamarca. Esto les confiere un derecho político a la independencia, una vez que haya una mayoría clara favorable. ¿Podrán ejercer ese derecho mediante el entendimiento con los daneses? ¿Aceptará el pragmatismo de estos la ruptura de la unidad de su Reino? Pronto se verá. VÍA A LA INDEPENDENCIASegún ha declarado el primer ministro Aksel V. Johannesen, la nueva Constitución que se votará en referéndum el 25 de abril de 2018 definirá «la identidad de las Islas Feroe como nación y sus derechos y obligaciones como pueblo, incluido el derecho de autodeterminación». LA POLÍTICA BASCULALa política de las Islas Feroe está marcada por los ejes izquierda-derecha, independentismo-unionismo. Tras las elecciones de 2015 ha basculado claramente hacia la independencia y la izquierda. Repúblicanos, progresistas y socialdemócratas componen un Gobierno tripartito.