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Serbia mantendrá su apuesta por la UE sin perder lazos históricos con Rusia

Tras vencer en las presidenciales del domingo, el hasta ahora primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, ve confirmada su opción por un acercamiento a la UE, pero sin hipotecar sus lazos tradicionales con Rusia, e incluso con China. Varias cestas donde meter los huevos.


Primer ministro desde 2014, Aleksandar Vucic logró una victoria contundente con un 55% de los votos en la presidenciales del domingo, ensombrecida, eso sí, por un escaso nivel de participación (54,60%).

Vucic fue, junto con el presidente saliente, Tomislav Nikolic, el creador del Partido Progresista Serbio (SNS), que surgió de las cenizas del panserbio Partido Radical Serbio (SRS), del exprisionero de La Haya, Vojislav Seselj, quien el domingo no llegó al 5% de sufragios con su promesa de campaña de minar las fronteras para impedir la llegada de más refugiados.

Nikolic y Vucic se erigieron en valedores de una formación conservadora homologada según los criterios occidentales. Y el segundo tiene ahora las manos libres después de haber «matado al padre», al todavía presidente y abiertamente prorruso Nikolic, quien vio vetada su apuesta por revalidar su candidatura al sufrir una zancadilla en el interior del partido.

Vucic tendrá las manos libres para seguir negociando la adhesión a la UE, que sueña con completar para 2022, cuando expire su mandato presidencial.

Para eso no tiene elecciones (legislativas) a la vista hasta 2020 y en mayo, cuando suceda a Nikolic, podrá nombrar a un primer ministro de su absoluta confianza y sumisión.

Bruselas ya se ha felicitado por el resultado y recuerda que fue Vucic quien en 2013 superó el escollo para inicio las negociaciones al firmar el acuerdo de normalización de relaciones con Pristina. En ese sentido, es irreal pensar que Vucic, con su pasado panserbio, vaya a reconocer algún día a Kosovo como país independiente pero no incrementará la tensión al ser consciente de que «tenemos que seguir con las reformas para enfilar el camino europeo».

Camino europeo pero «protegiendo siempre nuestros lazos con Rusia y con China. Y es que Vucic es consciente de que debe capear con buena parte de su electorado, pro-Putin y muy antioccidental.

El presidente ruso, Vladimir Putin, le felicitó por su «convincente» victoria y saludó el hecho de que Vucic es partidario «de reforzar la amistad con Rusia y de consolidar la asociación estratégica entre dos pueblos hermanos».

Vucic y el SNS parecen haber acertado con la fórmula de apostar por el acercamiento en paralelo tanto con Rusia como con la UE.

Más allá de tácticas electorales, la apuesta parece ir más allá y consiste en no poner todos los huevos en una misma cesta. No sea que esta última caiga.

Un defensor del pueblo y un «payaso showman»

En segundo lugar, pero con un lejano 16,27% de los votos, quedó Sasa Jankovic, candidato independiente de centro izquierda y antiguo defensor del pueblo. Jankovic no tiene partido, pero se ha beneficiado del apoyo de los liberales del Partido Democrático (DS), del que fuera presidente entre 2004 y 2012 Boris Tadic. Las formaciones de la oposición liberal y pro-UE están políticamente muertas. Al punto de que tras el segundo puesto de un candidato sin partido, el tercero fue para el estudiante de comunicaciones, Luka Maksimovic quien, con sus promesas electorales de «robar pero solo para mí» y de «dar todo lo que quiera al pueblo» obtuvo el 9,44 %. de votos. Frente a las acusaciones de que estaría financiado por George Soros y de lazos con la organización juvenil Otpor, decisiva en el derrocamiento de Slobodan Milosevic, Maksimovic, apodado Beli (Blanco), no es que niegue la mayor sino que asume que «tengo complots con todo el mundo». Su candidatura, y el hecho de que haya superado a exministros aspirantes como Vuk Jeremic, revela la podredumbre de la política serbia y la orfandad política de la juventud serbia.D.L.