Marivi Erdozain, José Mari Egillor y Patxi Erdozain
Miembros de Sasoia
KOLABORAZIOA

A vueltas con las pensiones

Para hablar de las pensiones tenemos que comenzar reconociendo que es un mundo muy variopinto. Aunque dejemos de lado las pensiones que se han autoadjudicado los ladrones de guante blanco, llámense banqueros, empresarios, políticos y otra gente de alta alcurnia, entre las «normales» hay un abanico muy amplio en cuanto a cantidades a percibir se refiere. Estas tienen el denominador común de que su futuro no es nada halagüeño, pero son grandes las diferencias.

Nuestra reclamación se centra en exigir un mínimo para todas las personas mayores, mínimo que asegure vivir una vejez digna. Es larga la lista de personas con pensiones de miseria, la mayoría mujeres a quienes no se les reconoce el trabajo de casa. Por si esto fuera poco, inventaron el copago para las medicinas y rebajaron su lista, obligándonos a pagar muchas que a muestra edad resultan imprescindibles para la salud.

Si nos afecta el presente y futuro de las pensiones, también nos preocupa la situación de muchas personas cercanas que viven problemas parecidos como la angustia del paro, la precariedad e inseguridad en el trabajo, la falta de perspectivas para la juventud, etc.

Y al indagar en el porqué de esta situación, no creemos equivocarnos cuando miramos alto y decimos que este sistema económico, diseñado para acaparar riqueza para unos pocos explotando a la mayoría, es el causante real de lo que sufrimos.

Nos podrán decir que políticos y expertos en economía, que nunca van a tener problemas con sus pensiones, están analizando partiendo del Pacto de Toledo diversas fórmulas para dotar de futuro a nuestras pensiones; también nos podrán decir que esperemos a que crezca el empleo y las cotizaciones porque con ello el problema está solucionado, cuando quienes manejan el dinero de las pensiones y el empleo y los salarios y en general toda nuestra vida económica son los mismos. Nos hablan de crisis, pero la están reordenando a favor de sus propios intereses.

Su único interés con relación a las pensiones es crear desasosiego y miedo al futuro para impulsar los Planes Privados. Así revierten para ellos el dinero de quienes pueden apuntarse a esos planes, mientras en pocos años condenan a la mayoría a pensiones de beneficencia.

Hacia ese derrotero nos llevan. Introdujeron en su Constitución la cláusula de que el primer deber del Gobierno es pagar la deuda antes que atender nuestras necesidades y con la implicación de todo el entramado institucional crece la corrupción, el fraude y los paraísos fiscales.

No lo tenemos fácil. Voces de sirena nos llaman a la resignación. Pero somos conscientes de que es mucho lo que nos jugamos, quienes vivimos hoy de las pensiones y quizás más quienes nos siguen.

Palabras que en nuestra vida laboral muchas veces vivimos con intensidad, como unidad y solidaridad, las tenemos que volver a recuperar. Como entonces, tampoco ahora nadie nos sacará las castañas del fuego; conscientes de que solo exigimos una vejez digna por ser personas y porque la riqueza de hoy es fruto en parte de nuestro trabajo de ayer.

Necesitamos una implicación de todos los trabajadores, sin distinción de edades, ya que las pensiones son un problema de todos, independientemente de los años de cada uno. Los problemas generales, se llamen renta básica, educación o sanidad…, son también nuestros. Desde cada problemática es necesario hacer piña con los demás. No creemos que haya otra fórmula para un porvenir más humano.

Apelamos al Gobierno de Navarra. En su corta trayectoria ha dado pasos interesantes, pero le exigimos más. El futuro de nuestras pensiones también es su problema; no aceptamos que se refugie en que eso es problema de Madrid. Queremos que dé pasos para asumir las competencias de la Seguridad Social. No será la panacea, pero si de Madrid dependemos lo seguiremos teniendo muy mal. En Navarra nos será más fácil avanzar hacia una justa fiscalidad, un control del fraude y una mejor distribución del dinero publico.