Raimundo Fitero
DE REOJO

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Cuando un directivo de TVE compara a los miembros del consejo de redacción con ETA, no hace otra cosa que seguir la doctrina Garzón, Aznar, Mayor Oreja, Fernández Díaz y otros iluminados de la extrema derecha que decidieron hace unas décadas que todo lo que no les gustaba era ETA. Es una manera sencilla de anular a los contrarios, de colocarlos al borde de la excomunión política. Se ha usado, y se usa, de manera tan descabellada que se ha entrado en un colapso, casi en una contradicción, porque a la vez que se acaba con su eficacia, aumenta la sospecha de que son justamente los que tienen más tics franquistas quienes se agarran a ese clavo ardiendo de manera contumaz.

Ahora mismo el más destacado descerebrado y partidista propagador de la posverdad de la banda de Rajoy es Jenaro Castro, que está empeñado en hundir definitivamente a un espacio televisivo que fue referencia y buque insignia de una manera de hacer televisión, siempre arrimando el ascua a la sardina del partido que gobernaba, pero con algunas prevenciones, algunas formas para que no fuera la total desvergüenza actual que le ha llevado a ser insignificante en influencia. Nos referimos nada menos que a lo que fue una joya:  “Informe Semanal”.

Su última hazaña fue hacerle una entrevista a Juan Antonio Sánchez, expresidentes de la Región de Murcia, con una introducción que decía que había dimitido para salvar a los murcianos de un gobierno tripartito. Hasta el quinto párrafo no salió lo de la imputación en el caso Auditorio, ni en la Púnica. Eso era poco  importante, todo fue como un publirreportaje de ese político anclado a su escaño por la incoherencia de Ciudadanos y su pacto secreto para que siga aforado. ¿Con quién comparamos a Jenaro? Con Alfredo Urdaci o con  Sergio Martín, que de 24 horas ha pasado a “Los desayunos”.