Aritz Intxusta
Periodista
IKUSMIRA

Tierra de nadie, territorio comanche

Los policías de Nafarroa se echaron a la calle el martes para protestar contra la modificación de la ley que regula su trabajo. Gritaban como si les despellejaran vivos y pedían que rodaran las cabezas. El cambio legislativo por el que protestan, sin embargo, no parece que sea para tanto. Todo era una pose y, además, bastante presumible. Es decir, era obvio que en algún momento ciertos sectores reaccionarios dentro de la Policía iban a cargar con todo lo que tuvieran contra el Gobierno del cambio, hiciera lo que hiciera.

Similar situación sucedió cuando llegó la famosa OPE de Educación con más plazas de euskara que de castellano. Los grupos más inmovilistas se rasgaron las vestiduras y aquello parecía el acabose. Detrás del griterío, todo era pura fachada. Estaban cargando con todo lo que tenían independientemente de que las cifras de maestros y su perfil de idioma estuvieran justificadas. El problema fue que el consejero se echó para atrás, dudó y hoy lo paga.

Dudar cuando el rival no atiende a razones es un error que sale caro en política. Cuando uno da un paso atrás, corre el riesgo de quedar en tierra de nadie. Porque pierdes el apoyo de quienes te han puesto en el poder y te critican de ambos lados. En jerga periodística, supone meterse en territorio comanche.

Los tiempos de cambio que vive Nafarroa no son tiempos para sabios Salomones de mitad y mitad. Corregir la situación heredada tras décadas de régimen en Nafarroa, exige decisión y valentía. Todavía estamos en tiempos de David y peleamos contra un gigante que no acepta treguas.