Maite UBIRIA BEAUMONT
baiona
SEGUNDA VUELTA DE LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES FRANCESAS

Macron gana una elección marcada por una significativa abstención

Emmanuel Macron es desde ayer el octavo presidente de la V República francesa. A sus 39 años, es también el más joven. Aupado por un movimiento también novel, En Marcha, la elección de Macron otorga una importancia clave a las elecciones legislativas de junio. La derrotada Marine Le Pen anunció de inmediato que prepara ya esa batalla.

Emmanuel Macron fue elegido ayer presidente de Francia al imponerse con claridad frente a la aspirante del Frente Nacional, Marine Le Pen. Al 88% del escrutinio, el líder de En Marcha lograba un 64,59 % de los votos emitidos, frente al 35,41% obtenido por la candidata ultraderechista.

La alusión al voto emitido es del todo pertinente dado que el otro dato relevante que dejó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales fue, de una parte, el porcentaje histórico de abstención, y de otra, el significativo aumento del voto blanco y nulo. La abstención alcanzó el 24,8% y la suma de voto blanco y voto nulo se situó en el 12%. Cifras del todo extraordinarias, ya que desde 1969 no se había dado la circunstancia de que en la segunda vuelta de una elección presidencial se registrara una participación más baja que en la primera. En aquel escrutinio, la abstención superó el 30% y el voto blanco y nulo el 6%.

Efectivamente, en aquella elección se dio una circunstancia extraordinaria, ya que enfrentó a dos candidatos del espacio de centro y derecha (Poher-Pompidou). Sin candidato de izquierda en segunda vuelta, la abstención y el voto blanco/nulo se convirtieron en arma de expresión política en los comicios en que se eligió al sucesor del general De Gaulle.

Sin las opciones clásicas

Guardadas las distancias, la elección de ayer estaba marcada por la circunstancia de que la izquierda y derecha republicanas que se han venido alternando en el Elíseo quedaban apeadas en primera vuelta.

Ello dejó huerfanos a millones de electores, lo que explica, al menos en parte, que Macron obtuviera ayer una victoria clara, pero no un voto de adhesión.

En su primera alocución como presidente, Macron hizo referencia expresa a los muchos mensajes que ha lanzado la ciudadanía del Hexágono en esta elección. Macron afirmó que escuchará ese sentimiento de «malestar, ansiedad, duda» que ha transmitido esta votación, y aseguró que responderá a «las dificultades que nos han debilitado y dividido» con una política que hará una prioridad de «proteger a los más débiles, atajar las injusticias y devolver la seguridad y la unidad».

Un discurso marcado por un tono de gravedad, aunque con algunas alusiones al «tiempo nuevo» que se abre con la llegada al Elíseo de un presidente que tiene ante sí la tarea de dotarse de los apoyos necesarios para desarrollar su programa, para lo que le deberá construir una mayoría legislativa.

Y es que si la primera vuelta electoral puso de manifiesto que Francia se adentraba en un periodo de recomposición política, el voto definitivo ha venido a corroborar la importancia clave de las legislativas, que se celebrarán el mes próximo.

La imagen bicolor del legislativo francés puede cambiar de forma importante, dado que «la segunda fuerza más votada por delante del Frente Nacional» –tal como definió el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ayer esa cifra inédita de abstención más votos blancos y nulos– deja las espadas en alto para esas elecciones.

Al menos así lo interpretan en el movimiento izquierdista, que a la par de congratularse, «porque se ha cerrado el paso al Frente Nacional», interpretaba como un elemento de fuerza cara a las legislativas que una parte de su electorado haya expresado su voluntad de cambiar las cosas, no secundando a Macron.

Marine Le Pen también centró su primera alocución como candidata derrotada a abordar esa cuestión y lo hizo para sentenciar que esos comicios corroborarán la recomposición del tablero político en torno a dos ejes «patriotas ( FN) y mundialistas (En Marche)». Y se anunció desde ya dispuesta a dar la batalla.