Pello Guerra
Periodista
IKUSMIRA

¿Defender una bandera o atacar otra?

A Trump no paran de salirle discípulos. Vivimos tiempos en los que la verdad no cuenta y lo realmente importante es lanzar un mensaje impactante, con independencia de que sea cierto o no, para generar una respuesta en la sociedad. Como no podía ser menos, esta forma de proceder tiene su versión navarrísima con la «imposición» de la ikurriña y del euskara. En una vuelta de tuerca, hasta se ha convocado una manifestación en defensa de la bandera navarra para el 3 de junio.

Que la gente se manifieste por lo que le parezca oportuno me parece estupendo, ya que yo también lo hago. Eso sí, hacerlo bajo una premisa cuando menos dudosa ya es otro cantar, porque ¿de qué hay que defender a la bandera navarra? Se supone que esa necesidad ha surgido por la supresión de la Ley de Símbolos, una norma destinada a prohibir la ikurriña en aquellos lugares donde la ciudadanía quería colocarla.

¿Que se pueda izar la ikurriña en un Ayuntamiento junto a las que ya ondean si así lo decide el Pleno supone una amenaza para la bandera navarra? Por ejemplo, durante décadas ondeó en los consistorios de Agoitz y Atarrabia hasta que se les obligó a retirarla al ser aprobada la citada ley. ¿En esos años corrió algún peligro? Evidentemente, no.

Si tan preocupante es que la bandera navarra tenga «competencia» en los edificios públicos, los convocantes podían pedir que ondee sola para que luzca en todo su esplendor. Pero algo me dice que esa idea no les agradará, ya que más que defender, me parece que se trata de atacar un símbolo que no quieren ni ver.