V.E.
GOODBYE BERLIN

El mejor peor verano en la vida de Maik y Tschick

La situación del joven Maik es crítica. Su madre ha ingresado en un centro de desintoxicación. Su padre cada día muestra menos pudor a la hora de ocultar sus –lascivas– intenciones para con su joven secretaria. El amor de su vida (la chica más guapa de su clase) ni siquiera es consciente de su existencia. Por si todo esto fuera poco, ha llegado un nuevo alumno a su instituto: un bicho raro que se ha fijado en él como único compañero para sus desmadradas aventuras. Resultado, a los 14 años de edad, parece que el protagonista ya ha agotado toda su esperanza de vida.

El carnet de identidad de Fatih Akin, por cierto, marca 43 primaveras en su contador personal. Una cantidad que muchos consideran insostenible para seguirle considerando como un talento fresco y renovador. Quizás para responder a estas voces (o quizás por aquello de contrarrestar la crisis de los cuarenta), este director germano de origen turco decide mostrarse más joven que nunca. No en unas formas ya vistas en los dominios de la “high-school”, sino más bien en los modales gamberros de quien se niega a ser invisible para el resto de la humanidad. Actitud destructiva que se descubre como principal combustible para una road movie algo irregular, pero ciertamente divertida en su desmadre teenager.