«No pienses demasiado, pero nunca te quedes parado, si no estás muerto»
En el gaztexe de Atarrabia, a la sombra del sol del verano de 2012 se reúnen Nestor, Simón y Gartxot para pergeñar un proyecto entre el punk-rock, el jarkore y el rock sangrante. Cinco años más tarde, The Guilty Brigade se ha convertido en una referencia. Disco a disco se han hecho más grandes y con «No aptos para cuerdxs» avasallan con su energía. Este sábado son parte del festival Vértigo de Ermua.
La escena punk-rock adolece de grupos con la tensión y contundencia de The Guilty Brigade, grupo formado por Gartxot Hualde, voz; Nestor Aranguren, batería; Xabier Olague, bajo y coros e Ivan Carmona, guitarra y coros. En 2013 debutan con “Desbideratuen deskontrola”, es una demo, sencilla, pero ya corre un saludable veneno por ella. Un año más tarde saludan al submundo con “Hacia el infierno”, donde ya apuntan lo que van a ser. Con “Pólvora & Whisky” (2015) son lo que querían ser y en “No apto para cuerdxs” consolidan todas las previsiones y explotan en contundencia, compacticidad y violento rock and roll. Es la mejor grabación que han hecho, es el bloque de canciones mejor soldado, de una eficacia inhumana.
Gartxot posee un timbre cercano a lo metálico; sin embargo cuando toma el micrófono se transforma en el hombre que aparece en la portada del nuevo disco. Lo tritura todo, destroza la garganta al tiempo que transmite tanta energía y pasión que no hay hueso o carne que no se desprenda, y con dolor. Por detrás una máquina rítmica abrumadora a veces imposible, más un puñado de incesantes coros que son voces en continua contestación con una habilidad de gestión admirable. Y entre golpe y golpe sin piedad al sistema: cuchilladas desde la guitarra, riffs vívidos con distorsión, wha wha y mucha tradición por el rock zapatillero. De hecho, The Guilty Brigade no es solo una banda de punk-rock, sino un cuarteto de rock salvaje que acoge al punk y al jarkore asilvestrado.
Este sábado están en el festival Vértigo Rock de Ermua, su undécima edición, y allí se encontrarán con sus amigos Rat-Zinger, con los que congenian en actitud, estilo y brindis al infierno por encima de obispos y cardenales. No obstante, si se les quiere ver en otra ocasión, el camino es sencillo: visitar su web, siempre cargada de conciertos. «Somos una banda que apenas para a respirar, creo que el año pasado tan solo dejamos dos semanas de ensayar y ya lo echábamos de menos. En cuanto dejamos de ensayar o de tocar es como si nos faltara el oxígeno. Nos ahogamos, somos yonkis de todo esto».
¿Como se plantean The Guilty Brigade?
Nunca nos hemos marcado objetivos, retos ni metas. Creo que ese es el error más común. Hacemos lo que queremos cuando nos apetece y ya. Funcionamos muy deprisa, somos muy inquietos y nos gusta enredar continuamente… Es simplemente nuestra forma de entender todo esto. No pienses demasiado, pero nunca te quedes parado, si no estás muerto.
Son una banda bastante activa, ca van a disco por año... ¿Mucha dedicación al grupo, hiperactivos...?
Más que dedicación es que entendemos el rock and roll como forma de vida, y no como jobi o algo así. Yo no concibo otra forma de verlo, por eso quizás sí que somos una banda hiperactiva, como apuntas. Continuamente estamos enredando en cosas nuevas, y a pesar de estar girando seguimos produciendo historias. La máquina está continuamente escupiendo humo, y quizás esto logra que no caigamos en la rutina. En el momento que haces algo por pura inercia u obligación es cuando la cagas.
Son una banda de punk-rock y jarkore básicamente. Las influencias generales llegan de Estados Unidos, quizá de una banda emblemática como The Casualties, pero sin descartar el lado crudo británico: GBH, Discharge, Exploited... o incluso Motörhead.
Sí, como señalas las principales influencias que compartimos todos provienen del punk hardcore estadounidense, pero, por otro lado, somos muy diferentes unos de otros en este aspecto. Ahí creo que está parte de la esencia de la banda, de la mezcla de todo esto. Aparte de las comunes que hemos comentado, las influencias van desde el punk-rock más clásico como pueden ser los Rancid, hasta el metal-industrial entremezclado con electrónica que hacen grupos como Combichrist o el mítico Rob Zombie. Encontrando entre medio bandas como The Unseen, Peter Pan Speedrock, The Exploited, Backyard Babies, Krum Bumbs, Motörhead, y un largo etc. Sin olvidarnos de Barricada, R.I.P, Cicatriz… o clásicos ingleses como GBH, UK Subs, Discharge, etc.
Van como una bala por todo el disco, pero con matices. «Como el hierro» es una gran canción: mucha caña, pero siempre con buenos estribillos y en este caso con una cambio de guitarra muy sonoro y original que va turnándose en el corte.
Nunca renegamos de temas más rockeros. Los cortes como ese son uno de los pilares de la banda donde tratamos una temática quizás más personal. De todas formas somos una banda que no premedita a la hora de componer, disparamos a quemarropa y de forma natural. No nos preocupa si a la gente le gusta o le deja de gustar lo que hacemos.
Tampoco reniegan de los riffs de guitarra, siempre emergiendo con mucha fuerza y control, son riffs muy zapatilleros e incluso con uso de wha wha en títulos como «Egunsenti odoltsunean» o «A ti asqueroso».
La velocidad y la potencia también son una de nuestras armas preferidas y que nos gusta utilizar en temas más rabiosos, como los que comentas. De alguna manera, dentro de la propia esencia de la banda tenemos esas dos vertientes activas, la rockera por un lado y la hardcore punk por otro. Por eso quizás el público sea más amplio tanto en estilos como en edades.
Los bilbainos Rat-Zinger cabe imaginar que son una banda hermana, les veo muchas similitudes.
Siempre es una gozada cuando coincidimos, como este sábado. De hecho fueron ellos de los primeros en apostar por nosotros. La primera vez que pisamos Vallekas fue con ellos y allí es donde explotó de alguna forma ese “algo”. Rat-Zinger son rock and roll, corazón y actitud al mismo tiempo. Lo más puro que jamás he visto en todo esto.
Se tiende a la creación individual gracias a los estudios caseros, ¿cuál es su caso?
Las letras las escribo en casa ya que creo que escribir es algo muy personal, es un acto solitario como el suicidio o la masturbación. Lo musical en cambio siempre nace en el local, entre todos. Eso sí, dependiendo del enfoque de la letra, la dirección de los riffs, velocidad o ambientación del tema será uno u otro. Hay días en los que en tres minutos hacemos un tema y otros en cambio nos tiramos tres horas. De todas formas nunca nos hemos complicado la vida, lo que hacemos es sencillo, pero nos vale. Es lo que nos gusta.
¿Se está perdiendo en Iruñerria el gusto por el punk? Da la impresión de cada vez hay más pop y rock y menos punk-jarkore-rock. Una cierta soledad sobre la contundencia.
El punk siempre ha estado ahí, pero más que por gusto por necesidad. Como forma de vida, y como arma. Si las nuevas (y las viejas) generaciones reniegan de todo eso y prefieren bailar a ritmo de samba mientras nos ahogan con collares de adiestramiento, ellos verán. Nosotros tenemos claro qué hacer y cómo hacerlo.
La Brigada Culpable, ¿una consecuencia de la falta de libertades, de las mordazas continuas?
Hoy en día al individuo que se sale del camino marcado se le tacha de culpable, se le acusa, se le margina, se le llama antisocial, oveja negra… ¿Qué mejor que una brigada de todos estos piratas y animales para hacer un akelarre y tocarle los testículos dorados a cualquiera que se siente en el trono?
Fascista, «Arrancaré tu corazón», muy rápida y rotunda. «Sangre sobre la arena», más pasión y brutalidad en todos los aspectos... Cabe suponer que este sistema induce al cabrear en los musical y en lo letrístico.
Además de lo que he comentado antes, todo esto es una herramienta para escupir lo que llevas dentro de tus entrañas, una forma de expresarte… Si no estamos cómodos con los que tejen y manejan los hilos, con los que calientan el cuero de los asientos del parlamento, con sus perros etc… sería un error no escupirles a la cara con ese ácido que llevamos dentro.
La voz de «Intro» («La silla eléctrica» en la memoria) o la de «12.4» recuerda a Barricada. Da la impresión de que han sido parte de su juventud o adolescencia. De hecho les versionan en el disco anterior, «Pólvora & Whisky», con «Y las estrellas», de la época de «La araña».
A todos nos han marcado los Barri de una forma u otra, por eso decidimos hacer en forma de homenaje esa versión. Como dijo el Kutxi: ‘Quien no quiere a los Barri no quiere a su madre’. En mi caso, encontré la cintas de “Noche de rock & roll” y “Barrio conflictivo” entre las cintas de mis padres y fue un antes y un después. Barricada son parte de mí. Soy como soy y estoy en todo esto gracias a ellos.
«Escupo fuego» es como un rosario apócrifo.
Adictos del momento, yonkis de la locura… Eso es lo que somos, para lo bueno y para lo malo este es el camino hemos elegido. El rock and roll puede que nos mate, pero al mismo tiempo es lo que nos da la vida. Se trata de vivir y no de morir lentamente.